46 min

Mis proyecciones-mis proyectos; por lo tanto mi realidad‪.‬ Destinos Inconscientes

    • Salud mental

¿Cuantas ocasiones hacemos deseos únicamente con base en nuestras fantasías pero lejos de una realidad?

¿Cómo lograr todo aquello que aparentemente aspiro pero que no hace congruencia con mis deseos?

En este último programa de la primera temporada de destinos inconscientes discutimos respecto a lo relevante que es hacer consciente no es tus pensamientos.

Cada fin de año al menos en la cultura mexicana existe la tradición de comer una uva por cada campanada de la medianoche, representando y colocando en cada uno de nuestros deseos, son una bella tradición, pero, cuando platicamos entre amigos y familiares los deseos del año anterior y su porcentaje de éxito, observamos que la mayoría se quedan en buenas intenciones.

Cada uno puede viajar y navegar profundamente su mundo interno, con el objetivo de hacer proyecciones, es decir, permitirse navegar en la fantasía la cual nutre, para posteriormente aterrizar en proyectos, que a su vez contendrán variables para poderlos realizar en objetivos los cuales sean específicos, medibles, alcanzables, retadores y en un tiempo determinado.

Para fantasear prácticamente cualquiera puede acceder a ese mundo, pero concretar las proyecciones y lograr los objetivos, sinceramente pocos

¿Cuantas ocasiones hacemos deseos únicamente con base en nuestras fantasías pero lejos de una realidad?

¿Cómo lograr todo aquello que aparentemente aspiro pero que no hace congruencia con mis deseos?

En este último programa de la primera temporada de destinos inconscientes discutimos respecto a lo relevante que es hacer consciente no es tus pensamientos.

Cada fin de año al menos en la cultura mexicana existe la tradición de comer una uva por cada campanada de la medianoche, representando y colocando en cada uno de nuestros deseos, son una bella tradición, pero, cuando platicamos entre amigos y familiares los deseos del año anterior y su porcentaje de éxito, observamos que la mayoría se quedan en buenas intenciones.

Cada uno puede viajar y navegar profundamente su mundo interno, con el objetivo de hacer proyecciones, es decir, permitirse navegar en la fantasía la cual nutre, para posteriormente aterrizar en proyectos, que a su vez contendrán variables para poderlos realizar en objetivos los cuales sean específicos, medibles, alcanzables, retadores y en un tiempo determinado.

Para fantasear prácticamente cualquiera puede acceder a ese mundo, pero concretar las proyecciones y lograr los objetivos, sinceramente pocos

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