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#CasoOlaBiniEnMedios Derechos digitales: medios, cobertura y justicia. El caso Ola Bini #EntreNos Conversaciones en La Barra

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Contar una historia sobre un tema altamente técnico requiere de mucha responsabilidad. El caso del programador sueco Ola Bini ha pasado por innumerables violaciones al debido proceso desde su detención ilegal, el 11 de abril del 2019. Pero también ha mostrado que una decisión política puede incidir en la aplicación o no de la justicia sin que la sociedad entera se alarme siquiera.

¿Por qué publicamos prejuicios y le hacemos el juego al poder? ¿Por qué tomamos partido en temas que desconocemos? ¿Qué clase de periodismo estamos practicando cuando alimentamos los intereses de los políticos de turno, sus miedos, sus venganzas o sus fechorías?

Como periodistas tenemos la obligación de alertar y criticar cuando un activista por la privacidad, por la libertad de expresión y por los derechos digitales -venga de donde venga- está siendo perseguido por las instituciones de un Estado. No hacerlo implica ponernos la soga al cuello nosotros mismos.

En el caso Ola Bini, así como en otros casos que están en manos del sistema de justicia ecuatoriano, una serie de medios, periodistas y activistas políticos se han aprovechado para promover venganzas mientras otros seres humanos y sus familias viven a la espera de que a los jueces y a los fiscales les lleguen las ganas de trabajar. ¿Por qué esos periodistas y esos medios no eligieron estudiar minuciosamente los temas de los que hablan antes de opinar? ¿Qué sabemos de industria petrolera, de hidroeléctricas, de pueblos indígenas o de ciberseguridad los periodistas que publicamos sobre esos temas?

Esta semana debería tener lugar la audiencia de juicio en el caso que la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) sigue en contra del programador sueco Ola Bini. Pero esto ocurre después de casi tres años de haberlo sometido sistemáticamente a un limbo jurídico que ha sido criticado por medios de todo el mundo pero muy poco por los medios locales.

Hablar de política o de economía es algo que hacemos a diario en los medios. En redes sociales, abundan los juicios de valor, los prejuicios y las medias verdades y a muchos usuarios no les importa si conocen o no sobre un tema. Pero los asuntos que requieren de conocimientos más técnicos y mucha profundidad no pueden ser tratados como si fueran chismes domésticos y mucho menos eso debería dominar las agendas de los medios de prensa.

¿Cómo ha sido la cobertura del Caso Ola Bini en los medios? ¿Hemos sabido darle la rigurosidad técnica que el campo de la programación y los derechos digitales requiere? ¿Nos hemos adentrado en las particularidades del proceso judicial? ¿Cómo hemos combinado la reportería de tecnología con la del debido proceso y los derechos humanos?

Lee más aquí ---- CASO OLA BINI

Contar una historia sobre un tema altamente técnico requiere de mucha responsabilidad. El caso del programador sueco Ola Bini ha pasado por innumerables violaciones al debido proceso desde su detención ilegal, el 11 de abril del 2019. Pero también ha mostrado que una decisión política puede incidir en la aplicación o no de la justicia sin que la sociedad entera se alarme siquiera.

¿Por qué publicamos prejuicios y le hacemos el juego al poder? ¿Por qué tomamos partido en temas que desconocemos? ¿Qué clase de periodismo estamos practicando cuando alimentamos los intereses de los políticos de turno, sus miedos, sus venganzas o sus fechorías?

Como periodistas tenemos la obligación de alertar y criticar cuando un activista por la privacidad, por la libertad de expresión y por los derechos digitales -venga de donde venga- está siendo perseguido por las instituciones de un Estado. No hacerlo implica ponernos la soga al cuello nosotros mismos.

En el caso Ola Bini, así como en otros casos que están en manos del sistema de justicia ecuatoriano, una serie de medios, periodistas y activistas políticos se han aprovechado para promover venganzas mientras otros seres humanos y sus familias viven a la espera de que a los jueces y a los fiscales les lleguen las ganas de trabajar. ¿Por qué esos periodistas y esos medios no eligieron estudiar minuciosamente los temas de los que hablan antes de opinar? ¿Qué sabemos de industria petrolera, de hidroeléctricas, de pueblos indígenas o de ciberseguridad los periodistas que publicamos sobre esos temas?

Esta semana debería tener lugar la audiencia de juicio en el caso que la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) sigue en contra del programador sueco Ola Bini. Pero esto ocurre después de casi tres años de haberlo sometido sistemáticamente a un limbo jurídico que ha sido criticado por medios de todo el mundo pero muy poco por los medios locales.

Hablar de política o de economía es algo que hacemos a diario en los medios. En redes sociales, abundan los juicios de valor, los prejuicios y las medias verdades y a muchos usuarios no les importa si conocen o no sobre un tema. Pero los asuntos que requieren de conocimientos más técnicos y mucha profundidad no pueden ser tratados como si fueran chismes domésticos y mucho menos eso debería dominar las agendas de los medios de prensa.

¿Cómo ha sido la cobertura del Caso Ola Bini en los medios? ¿Hemos sabido darle la rigurosidad técnica que el campo de la programación y los derechos digitales requiere? ¿Nos hemos adentrado en las particularidades del proceso judicial? ¿Cómo hemos combinado la reportería de tecnología con la del debido proceso y los derechos humanos?

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