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Perdón, una decisión Hablemos de...

    • Christentum

El perdón es una decisión que debemos tomar todos los días a lo largo de nuestras vidas, ya sea como hijas, compañeras, hermanas, mamás, maestras, es algo que todas tenemos oportunidad de practicarlo y ser libre, o dejar que la ofensa crezca y dañe nuestro corazón y por consiguiente nuestras relaciones.

Aunque es una oportunidad que se nos presenta diariamente y a veces sí llegamos a practicarlo, no es un tema que se vuelva más fácil, cada momento en el que estamos en una posición de perdonar trae sus propios retos.

En Mateo 6:15, Jesús dijo algo realmente contundente: "pero si ustedes no perdonan a los otros sus ofensas, tampoco el Padre de ustedes les perdonará sus ofensas"

La historia de Corrie Ten Boom, una holandesa que estuvo presa en los campos de concentración alemanes, es sorprendente y nos anima a soltar eso que hemos abrazado durante mucho tiempo y solo nos ha hecho daño. 

Un día, uno de los guardias que había sido el más cruel durante su cautiverio, se presentó al término de una de sus conferencias y le pidió perdón; Corrie dudó, pero de inmediato supo que Dios quería que perdonara; ella, entonces dijo: “Jesús no puedo perdonarlo, dame tu perdón”.

El amor abundante que brotó de su corazón luego de esa oración la hizo darse cuenta de que “la sanidad del mundo no descansa en nuestro perdón ni en nuestra bondad, sino en Dios. Cuando Dios nos ordena amar a nuestros enemigos, junto con el mandamiento, nos da el amor que necesitamos”.

Su testimonio de fe, misericordia y entrega nos reta a dejar de centrarnos en nuestro propios deseos y aspiraciones, y correr hacia el llamado del Evangelio.

¿Tú qué piensas de esto? ¿Serías capaz de entregar tu vida para servir a otros, aún a quienes te han hecho daño? ¿Qué te motiva a ayudar y ser compasivo con los que te rodean?

El perdón y no la venganza es la única manera de liberar a nuestros corazones de quienes nos han lastimado.

El perdón es una decisión que debemos tomar todos los días a lo largo de nuestras vidas, ya sea como hijas, compañeras, hermanas, mamás, maestras, es algo que todas tenemos oportunidad de practicarlo y ser libre, o dejar que la ofensa crezca y dañe nuestro corazón y por consiguiente nuestras relaciones.

Aunque es una oportunidad que se nos presenta diariamente y a veces sí llegamos a practicarlo, no es un tema que se vuelva más fácil, cada momento en el que estamos en una posición de perdonar trae sus propios retos.

En Mateo 6:15, Jesús dijo algo realmente contundente: "pero si ustedes no perdonan a los otros sus ofensas, tampoco el Padre de ustedes les perdonará sus ofensas"

La historia de Corrie Ten Boom, una holandesa que estuvo presa en los campos de concentración alemanes, es sorprendente y nos anima a soltar eso que hemos abrazado durante mucho tiempo y solo nos ha hecho daño. 

Un día, uno de los guardias que había sido el más cruel durante su cautiverio, se presentó al término de una de sus conferencias y le pidió perdón; Corrie dudó, pero de inmediato supo que Dios quería que perdonara; ella, entonces dijo: “Jesús no puedo perdonarlo, dame tu perdón”.

El amor abundante que brotó de su corazón luego de esa oración la hizo darse cuenta de que “la sanidad del mundo no descansa en nuestro perdón ni en nuestra bondad, sino en Dios. Cuando Dios nos ordena amar a nuestros enemigos, junto con el mandamiento, nos da el amor que necesitamos”.

Su testimonio de fe, misericordia y entrega nos reta a dejar de centrarnos en nuestro propios deseos y aspiraciones, y correr hacia el llamado del Evangelio.

¿Tú qué piensas de esto? ¿Serías capaz de entregar tu vida para servir a otros, aún a quienes te han hecho daño? ¿Qué te motiva a ayudar y ser compasivo con los que te rodean?

El perdón y no la venganza es la única manera de liberar a nuestros corazones de quienes nos han lastimado.

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