Jueves de lectura Adriana Gallardo
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- Arts
Espacio pensado para y con otros, donde estudiantes y profesores ofrecen su voz y nos regalan la lectura de diversos textos
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Virtudes de San Antonio: caridad y obediencia
La caridad es la virtud primera de la moral espiritual antoniana, cuyos rasgos se reflejan por una intensidad afectiva y un sentimiento de gratuidad por el que devolvemos a Dios el bien que en su plenitud le pertenece.
Además, el Santo señala una disposición de escucha atenta y activa en la obediencia. -
Virtudes de San Antonio: humildad y pobreza
En la base nuestro santo coloca la humildad, raíz y madre de todas las virtudes. La humildad conduce al hombre a conocerse a sí mismo y a Dios.
La pobreza es una de las bienaventuranzas, virtud evangélica que incluye la renuncia de las cosas. -
Los deberes de Pedro, de Alejandro Dolina
Pedro se sienta en los últimos bancos del aula, como corresponde a un chico que desdeña la educación y la vecindad de los poderosos. Las conspiraciones y los batifondos nunca lo hallan ajeno. Busca el riesgo de las transgresiones y la compañía de los más beligerantes. A veces lo tientan el estudio y la inteligencia...
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Las zapatillas de Sarita de Juan Solá
La tarjetita decía que a las cinco, pero Sarita llegó a las cuatro porque su mamá la dejó de pasada cuando se fue a tomar el colectivo, así que nos sentamos abajo del gomero para ver lo que hacía mi mamá, que iba y venía por el patio, con el vestido de flores hecho una campana, inflado de tanto viento norte.
La tarjetita decía a las cinco, pero mi mamá había salido en la bicicleta bien temprano, a las ocho... -
Algo muy grave va a suceder en este pueblo de Gabriel García Márquez
Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos,uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella responde: "No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.
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La felicidad de Juan Solá
Mi abuela, que no era mujer y vieja en balde, me dijo una vez: -M'hija, si usted supiera que la felicidad vive en una de las casas del pueblo, pero no supiera en cuál, ¿qué haría? (...) -Iría a tocar timbre casa por casa, hasta encontrarla, ¿o no?