Nada está perdido Cooperativa

En octubre de 1962, el planeta estuvo al borde de una guerra nuclear. Aquí, la historia bélica, de los caudillos políticos, se cruza con los testimonios de los adolescentes que sintieron el pánico ante un Armagedón que parecía inevitable.

Al sur de Buenos Aires, con fachada de granja y el rostro de una vieja gloria de la TV de los 90, opera una clínica de rehabilitación para adictos, donde la clandestinidad da pie al abuso adolescente.

1907. En plena fiebre del caucho, un empresario amazónico - "don Julio" - fundó la Casa Arana, una mansión siniestra que fue escenario de un holocausto latinoamericano.

Buenos Aires, Argentina. Bajo la fachada de una escuela de Yoga, se escondía el infierno de la secta de Villa Crespo. El contador Juan Percowicz lideraba la agrupación que operaba bajo un sistema piramidal y abusivo, con millonarios diezmos y una red de explotación sexual de niños y adultos que involucra por estos días a celebridades y fortunas.

Puerto Príncipe parece una ciudad fantasma. 150 pandillas controlan la mitad de los barrios. Asesinatos, redadas, secuestros. Esta es una de las caras ocultas de la crisis que fuerza la migración de miles de haitianos.

New York, 1959. Una sombra chinesca, una silueta oscura envuelta en una capa, merodea el barrio de Clinton. Los locales conocen la zona como “Hell´s Kitchen”, la cocina del infierno. Por sus calles, de noche, merodean pálidos “los vampiros”, una pandilla de adolescentes boricuas que se disputa el territorio con “teenagers” irlandeses. Salvador es uno de ellos, y una noche de verano del 59 cometió los crímenes que – a sus 16 años – lo condenaron a muerte.