23 episodes

Este programa literario es una iniciativa de colaboración entre mujeres escritoras para alzar la voz femenina en el mundo de la literatura. Por ello, recibimos fragmentos o audios de escritos a podcast@libelar.com. ¡Anímate y manda! Cada domingo publicaremos un podcast nuevo de una autora.

Libelar, vuelan las palabras..‪.‬ Libelar

    • Arts

Este programa literario es una iniciativa de colaboración entre mujeres escritoras para alzar la voz femenina en el mundo de la literatura. Por ello, recibimos fragmentos o audios de escritos a podcast@libelar.com. ¡Anímate y manda! Cada domingo publicaremos un podcast nuevo de una autora.

    Voy a amarte hasta el final

    Voy a amarte hasta el final

    Hola, bienvenidos al último episodio de la temporada de Libelar hasta septiembre, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento de la escritora Rose B. Loren titulado «Voy a amarte hasta el final». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
    «El timbre suena. Debe de ser Cooper, a juzgar por el tiempo que ha transcurrido desde nuestra conversación telefónica. Ivy se levanta como un resorte y se dirige a la puerta, pero, sin ni siquiera saber de dónde ha salido, Clark se le adelanta y abre la puerta. Ambos hombres se miran, desafiantes.
    —Buenos días. Vengo a buscar a Payton. Me ha dicho que está aquí —dice Cooper.
    —Buenos días. Sí, pasa —acepta con tono hostil.
    —Hola, tú debes de ser Cooper, el amigo de Payton. Un placer conocerte, soy Ivy —interviene la muchacha con cordialidad.
    Yo me he levantado y me he dirigido allí como he podido al oír el timbre. Estoy apostada en la puerta de la cocina, observando la situación, y tengo la sensación de presenciar una pelea de gallos».
    Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. Después del verano nos encontraremos con nuevos y frescos episodios de Libelar, vuelan las palabras.

    • 4 min
    El llanto de la tierra

    El llanto de la tierra

    Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento de la escritora Andrea Moliner titulado «El llanto de la tierra». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
    «Cuentan las voces vivas del lugar que en la Calle Santa Lucía vivía una mujer llamada Angustias. Los que todavía se acuerdan de ella la sitúan en el mismo sitio. Quieta. Con su sempiterna mirada en el horizonte. En las espesas montañas.
    Cuentan las voces muertas del lugar que en su diario caminar, sus pasos la conducían hacia donde ellas descansaban. No siempre en paz. Bajo la sombra del Tejo, donde por miles las almas se agolpan. Unas encima de otras. En un baile de intimidad y terror.
    Con nosotros, los muertos, Leocadia expiaba su pesar. Sus lágrimas, como lluvia de septiembre, caían sobre nuestros despojos. Aliviando el dolor de su corazón herido. Nos empapábamos de ellas. Tal vez para sentirnos más cerca de lo terrenal. De un tiempo en el que los ideales cabalgaban libremente. Hacia delante. Sin pensar en la mano y el crucifijo acechando por detrás. Tratando de amaestrarnos, doblegarnos, asesinarnos».
    Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

    • 2 min
    Un sueño muy peligroso

    Un sueño muy peligroso

    Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo la escritora Andrea López leerá un fragmento de su libro titulado «Un sueño muy peligroso». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
    «[...] Sentada en el mullido banco que ocupa la parte inferior de la ventana y que las dos últimas noches me ha servido de cama improvisada, observo sobrecogida el jardín. Todas las luces de los farolillos y los focos que normalmente lo iluminan permanecen apagadas sumiéndolo en una oscuridad solo mitigada por la luz de la luna, que con su manto plateado baña árboles, plantas y flores confiriéndoles un aspecto mágico, haciéndolos brillar de forma casi irreal, y por los pequeños puntos de luz que las luciérnagas van depositando aquí y allá cada vez que se posan en algún sitio. Absorta, sigo su vuelo por la negrura del cielo y, sin poder evitarlo, mi mente retrocede muchos años atrás. El sentimiento de nostalgia que me oprime el pecho es tan fuerte que me duele respirar, y la sensación de soledad que se apodera de mí se vuelve insoportable. Quiero dejar de mirar, parar de perseguirlas con la vista para esconderme y escapar de los recuerdos y las emociones que me provocan, pero soy incapaz de apartar los ojos de esas pequeñas luces que revolotean ante mí como pequeñas estrellas descendidas del cielo».

    Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

    • 6 min
    Los muertos no saben nadar

    Los muertos no saben nadar

    Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo la escritora Ana Lena Rivera leerá un fragmento de su libro titulado «Los muertos no saben nadar» de la editorial Maeva Noir. Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
    «Mario Menéndez Tapia, jefe de policía del Principado, encendió un puro sentado en el sillón orejero de su salón y miró a los turistas que caminaban por la calle, en pleno casco histórico de Oviedo, en busca de un restaurante para cenar. Menéndez fumaba de tanto en tanto, resto de un hábito que intentó asumir como propio cuando los hombres muy hombres fumaban, y más si eran tipos duros como los policías. De aquella no llegó a conseguir que el tabaco le enganchara del todo. En cambio, cuando llegó el momento en el que las fotos de pulmones podridos por la nicotina sustituyeron a las del vaquero de Marlboro, el hábito no arraigado se negó a abandonarle. El cerebro humano, como la vida, era caprichoso. Mario era un hombre de principios, satisfecho con su trabajo, a pesar de los treinta años que llevaba dedicado al Cuerpo de Policía, y firme creyente de que la labor policial era vital para la sociedad. Policías, médicos y profesores eran, en su opinión, los pilares básicos de la humanidad, los que conseguían que la sociedad siguiera funcionando y que el mundo fuera cada día mejor. Con semejante visión de la vida y de su profesión, recuperaba en los integrantes del cuerpo la ilusión infantil que los había llevado a ser policías: perseguir a los malos y proteger a los buenos. Sin familia directa, y sin más aficiones que cantar en el Coro Vetusta, con el que incluso había grabado un disco, dedicaba muchas horas al trabajo y exigía lo mismo a sus equipos».

    Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

    • 5 min
    La prisa

    La prisa

    Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo la escritora Eva Fernández leerá un poema titulado «La prisa». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com. «Estoy harta de la prisa y de sus malas pasadas. No se puede andar siempre como si Esto no importara. Rodeada de seres bajitos, la inmunda prisa se disipa. Ellos tienen un sexto sentido y una poderosa llama; les impulsa a concentrarse y a vivir Esto con calma. La lluvia, una lombriz; El viento, una hoja; una mosca en la nariz. La vida, al fin y al cabo. Es importante y es así».
    Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

    • 1 min
    Peregrino salvaje

    Peregrino salvaje

    Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un poema de la escritora Ayphos titulado «Peregrino salvaje». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com. «Desquitaré mis penas en un triste baile, ahogaré tu esencia en una copa de aire, hoy beberé mis penas en nombre del caído en combate para olvidar tu rastro en mi lecho inquebrantable. Sacudiré mis huesos y encontraré el brebaje que me despertará del sueño de tus engranajes, no olvidaré tu gesto, mas mi memoria salvaje logrará cesar su ritmo entre el denso oleaje. Despertaré del sueño de tus mil combates y miraré al cielo marcando el fin de mi peregrinaje.» Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

    • 1 min

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