Dante Gebel Live Dante Gebel
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- Religion und Spiritualität
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Conferencista, influencer, actor y conductor de televisión.
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Hombres en extinción
Hoy estamos ante una generación de hombres de ánimo inestable, en el que sobresale la fragilidad emocional; un grupo de hombres que “por todo reclama, por todo se queja, por todo llora y por nada pelea”. Sin embargo, nuestro Dios es un guerrero fuerte y temible en la batalla, que conduce personalmente a sus propios ejércitos. La vida nos va a proveer un millar de oportunidades para entrenar nuestro carácter como hombres y no debemos huir de eso. No se ganan las batallas barriendo el conflicto debajo del tapete. Dejemos la pasividad a un lado y recordemos que estamos hechos a imagen de Dios. ¡Recuperemos de una vez por todas la masculinidad en nuestras filas!
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Rápidos y furiosos... pero agobiados
La prisa mata todo lo que consideramos valioso: la espiritualidad, la salud, la pareja, la familia, la capacidad de reflexión, la creatividad, la generosidad y el escuchar a Dios. Seguir a Jesús es una relación, y todas las relaciones ameritan y requieren tiempo. Si hay algo que podemos leer en los cuatro evangelios, es que Jesús nunca tenía prisa. El seguir a Jesús tiene que convertirse en nuestro estilo de vida. Lo que necesitamos es una espiritualidad más lenta; que nuestras almas, que se quedaron atrás, alcancen de una buena vez, a nuestros cuerpos. El Señor, nos invita a caminar hombro a hombro con Él, a compartir el yugo; de manera que, a nosotros, el vivir se nos haga liviano.
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El evangelio del Poseidón
Cuando el Señor dice: “El que se humilla a sí mismo será enaltecido”, está diciendo que somos nosotros los responsables de nuestra propia humildad. El gran problema a resolver, es que tenemos que lograr humillarnos sin sentirnos orgullosos de habernos humillado, y aprender a confesar nuestros pecados voluntariamente, sin que nos confronten. No hay nada que reemplace nuestra humillación ante Dios. Todo aquel que se empeñe en subir y ser alguien, en realidad se está yendo al fondo del mar. Y todo aquel que decida bajar a las profundidades de la humillación, en realidad está subiendo a la superficie y salvando su vida.
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El muro
En nuestra vida, muchas veces tenemos que mantener el rumbo, incluso cuando no sabemos a dónde vamos. Fijamos metas, ponemos lo mejor de nosotros y aún así nos chocamos contra un muro. Pero Proverbios afirma: “Los justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse”. El desafío es mantener la fe cuando la neblina baja y lo único que podemos ver frente a nosotros es una colina rompe corazones. Recordemos que la carrera no es siempre para los rápidos, ni la batalla para los fuertes, sino para los que perseveran hasta el final.
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Un Dios celoso
Todos somos adoradores de algo, o de alguien. La idolatría no es uno de muchos pecados; sino el gran pecado, del cual se desprenden todos los demás. Si comenzamos a escarbar debajo de la superficie de cualquier lucha que estemos enfrentando, vamos a descubrir que debajo de todo, siempre hay un “dios falso”. Y mientras ese “dios” no sea destronado y el verdadero Dios no ocupe ese lugar, no vamos a alcanzar la victoria.
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Pensé que era gratis
No hay forma de seguir a Jesús sin negarse a uno mismo; no hay perdón sin arrepentimiento; no hay salvación sin entrega. Sin embargo, en lugar de enfocar nuestra fe con un espíritu de renuncia que exprese: «¿Qué puedo hacer por Jesús?», hemos desarrollado una mentalidad socialista que pregunta: «¿Qué puede hacer Jesús por mí?» o lo que es peor: “Si lo sigo, ¿qué me va a dar?”. Si no ha habido sacrificio en tu vida, si al menos no te has sentido un poco incómodo por seguir al Señor, quizá no estés llevando tu cruz. ¡Un mensaje revelador!