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El reloj de las dimensiones Historias Fut Y Más

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El reloj de las dimensiones.

¿se lo va a llevar?, ¿está seguro? Fueron las preguntas que me advertían lo que sucedería si yo aceptaba la compra de un reloj bastante lujoso, que podría vender o tener en mi casa, simplemente para darle un toque muy antiguo, pero elegantísimo a la vista de los mirones que llegaban a mi casa.

Me dijo el encargado, que tenía algunas fallas y que no había devoluciones, la hora se adelantaba y en ocasiones, simplemente dejaba de funcionar, pero yo no quise escuchar, la verdad me hacía ilusión tener un aparato como ese y no desaprovecharía.

En mi casa, instalo mi reloj, justamente en la pared de la sala, la verdad, se veía mejor de lo que me imaginaba, se veía bastante imponente, y brillaba por si solo.

Justamente ese día, tenía visita y no diría nada, me daba igual, si la gente hablaba de lo que tenía y de lo que me faltaba, al fin de cuentas, ni que ellos me ayudaran…

Le digo a mi amiga que pase y que se sienta cómoda, como si estuviera en su casa y de asombro al ver su cara, que se ponía pálida y me dio la mano, tratando de saludar, pero no quitaba la mirada de mi reloj.

¿Qué te pasa?, le digo al ver que el silencio reinaba en la sala y no nos decidíamos para ver quien hablaba.

Ella me contesta, nada, simplemente que me asombré al ver esa magnitud de reloj que tienes, creo que es de oro.

Le digo que sí, pero veía una expresión en su cara de miedo y de angustia, pero no se atrevía a mencionar nada de eso, parecía que estaba amenazada por algo o alguien de no mencionar nada de lo vivido.

La verdad, es que no me gusta insistir, si yo veía algo y no le seguiría preguntando, hasta que me dijera la verdad y siguió el transcurso de la tarde y la noche con bastante normalidad, que hasta nos olvidamos de que hora era.


Parecía que de un coro se tratára y nos preguntamos ¿Qué hora será?...

Vemos hacia el reloj y marcaban las 12 y cuarto de la media noche y como si de un aparato hipnótico, nos quedamos viendo el reloj, justamente estaba retrocediendo las manecillas y no se movían los números, es como si todo el reloj estuviera moviéndose, girando, los números se movían, pero no avanzaba ni retrocedía en la hora.

Cuando todo no parecía empeorar, se vio como una nube de vapor colorido y no sentí que estaba en mi casa, estaba repleto de oscuridad y se escuchaban pasos por todos lados…

Risas y voces acompañaban el lugar en donde me encontraba y se iniciaron a escuchar unos lamentos, bastante terroríficos que hicieron que tomara de la mano a mi amiga que tenía su pequeña mano bastante fría y no tenía voz de la impresión, se veía tan vulnerable que la traté de cargar en mis brazos y buscar la puerta de salida del lugar y después de tanto batallar, encontré una puerta que estaba abierta y salí corriendo, antes de que se cerrara, ya que parecía que tenía una energía que la estaba cerrando con una fuerza desmedida.

Después del portazo que me rebotó en la cabeza, salí y me di cuenta que estaba en mi casa, esa puerta, no existía más en mi casa, no había gritos, ni lamentos y no había pasos, es más, la luz del día, ya estaba en el cielo, un sol bastante caliente, como si fueran las 3 de la tarde…


Nos preguntamos, la hora y ella no podía creer lo que había pasado, pensaba que era una broma de mal gusto y me dio una cachetada que me sorprendió, ella no era agresiva y menos con alguien que pronto sería su novio y después su futuro esposo, o al menos eso teníamos planeado.

Pero no le diría nada, por supuesto que yo era el responsable, era mi casa y todo había sucedido dentro de mi casa, de una u otra manera, me veía responsable.

Le digo que iré a ver la hora, ya que me había quedado dormido en el piso y ella, quien sabe, ya se veía el atardecer por las ventanas y ella, ya partiría para su casa.


Veo el reloj y se asomó por el reloj un águila enorme, con fuego por todos lados y me decía, ¡no digas nada de esto!,

El reloj de las dimensiones.

¿se lo va a llevar?, ¿está seguro? Fueron las preguntas que me advertían lo que sucedería si yo aceptaba la compra de un reloj bastante lujoso, que podría vender o tener en mi casa, simplemente para darle un toque muy antiguo, pero elegantísimo a la vista de los mirones que llegaban a mi casa.

Me dijo el encargado, que tenía algunas fallas y que no había devoluciones, la hora se adelantaba y en ocasiones, simplemente dejaba de funcionar, pero yo no quise escuchar, la verdad me hacía ilusión tener un aparato como ese y no desaprovecharía.

En mi casa, instalo mi reloj, justamente en la pared de la sala, la verdad, se veía mejor de lo que me imaginaba, se veía bastante imponente, y brillaba por si solo.

Justamente ese día, tenía visita y no diría nada, me daba igual, si la gente hablaba de lo que tenía y de lo que me faltaba, al fin de cuentas, ni que ellos me ayudaran…

Le digo a mi amiga que pase y que se sienta cómoda, como si estuviera en su casa y de asombro al ver su cara, que se ponía pálida y me dio la mano, tratando de saludar, pero no quitaba la mirada de mi reloj.

¿Qué te pasa?, le digo al ver que el silencio reinaba en la sala y no nos decidíamos para ver quien hablaba.

Ella me contesta, nada, simplemente que me asombré al ver esa magnitud de reloj que tienes, creo que es de oro.

Le digo que sí, pero veía una expresión en su cara de miedo y de angustia, pero no se atrevía a mencionar nada de eso, parecía que estaba amenazada por algo o alguien de no mencionar nada de lo vivido.

La verdad, es que no me gusta insistir, si yo veía algo y no le seguiría preguntando, hasta que me dijera la verdad y siguió el transcurso de la tarde y la noche con bastante normalidad, que hasta nos olvidamos de que hora era.


Parecía que de un coro se tratára y nos preguntamos ¿Qué hora será?...

Vemos hacia el reloj y marcaban las 12 y cuarto de la media noche y como si de un aparato hipnótico, nos quedamos viendo el reloj, justamente estaba retrocediendo las manecillas y no se movían los números, es como si todo el reloj estuviera moviéndose, girando, los números se movían, pero no avanzaba ni retrocedía en la hora.

Cuando todo no parecía empeorar, se vio como una nube de vapor colorido y no sentí que estaba en mi casa, estaba repleto de oscuridad y se escuchaban pasos por todos lados…

Risas y voces acompañaban el lugar en donde me encontraba y se iniciaron a escuchar unos lamentos, bastante terroríficos que hicieron que tomara de la mano a mi amiga que tenía su pequeña mano bastante fría y no tenía voz de la impresión, se veía tan vulnerable que la traté de cargar en mis brazos y buscar la puerta de salida del lugar y después de tanto batallar, encontré una puerta que estaba abierta y salí corriendo, antes de que se cerrara, ya que parecía que tenía una energía que la estaba cerrando con una fuerza desmedida.

Después del portazo que me rebotó en la cabeza, salí y me di cuenta que estaba en mi casa, esa puerta, no existía más en mi casa, no había gritos, ni lamentos y no había pasos, es más, la luz del día, ya estaba en el cielo, un sol bastante caliente, como si fueran las 3 de la tarde…


Nos preguntamos, la hora y ella no podía creer lo que había pasado, pensaba que era una broma de mal gusto y me dio una cachetada que me sorprendió, ella no era agresiva y menos con alguien que pronto sería su novio y después su futuro esposo, o al menos eso teníamos planeado.

Pero no le diría nada, por supuesto que yo era el responsable, era mi casa y todo había sucedido dentro de mi casa, de una u otra manera, me veía responsable.

Le digo que iré a ver la hora, ya que me había quedado dormido en el piso y ella, quien sabe, ya se veía el atardecer por las ventanas y ella, ya partiría para su casa.


Veo el reloj y se asomó por el reloj un águila enorme, con fuego por todos lados y me decía, ¡no digas nada de esto!,

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