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Estadio Azteca: Maradona en Nápoles Podimo Latino
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Estadio Azteca es un podcast donde contamos historias tomando como eje un hecho o personaje relacionados con el fútbol. En Maradona en Nápoles, una temporada exclusiva de Podimo, repasamos los siete años que Diego Maradona pasó en Italia a donde llegó como un refugiado, logró lo impensado de hacer del Nápoli un equipo competitivo y del que se fue casi de la misma manera que llegó. Trascendió al deporte y se convirtió en un icono político, social y hasta religioso puesto que le compitió palmo a palmo a San Genaro, el patrono de la ciudad. La identificación es tal que, incluso antes de su muerte, se tornaba imposible pasar por una zona de la ciudad donde su imagen no estuviese. Actualmente no se puede hablar de Nápoles sin hablar de Diego.
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La Llegada
Tras el Mundial de 1982 Maradona aterrizó en Barcelona como una suerte de salvador para cortar con la hegemonía de los equipos madrileños y vascos. Los choques con el presidente Jose Luis Nuñez y sobre el final con Cesar Menotti lo llevó a forzar su salida a Nápoli, un equipo que no estaba a la altura de su talento, pero que fue el único que puso el dinero que pedían los culés.
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Norte vs Sur
La rivalidad entre el norte rico y el sur pobre encontró en Maradona a un abanderado capaz de agrandar aún más la grieta, pero que logró a fuerza de goles, pelear mano a mano contra Inter, Milan y Juventus. Fue tal el impacto que Silvio Berlusconi, dueño de Milan, ofreció un cheque en blanco para llevarlo. Los napolitanos vieron en Diego a alguien que los legitimó.
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En primera persona
Más allá de impacto y la imposibilidad de moverse como una persona normal, Diego se manejó con un círculo cerrado chico con personas que le fueron leales por sobre todo. Uno de ellos fue Guillermo Blanco, su jefe de prensa en Barcelona y los primeros años e Nápoli, a quien conoció en los Juegos Evita cuando los dos estaban buscando llegar a primera en sus trabajos.
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El amor
El magnetismo de Maradona fue más allá de lo futbolístico y terminó adoptado por los napolitanos que lo sintieron como una suyo desde el día que lo presentaron a estadio lleno en el San Paolo. Diego retribuyó ese cariño no solo con títulos, sino también entregándose en cuerpo y alma a la ciudad. “En ningún lado me quisieron como acá”, dijo siempre.
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La Magia
Por más amor, identificación y respeto que hubiera, nada hubiera sucedido si Diego no hubiese tenido ese talento adentro de la cancha. Nápoli solo había sido subcameón en un puñado de oportunidades y con Maradona ganó cinco títulos, entre ellos dos ligas y una copa UEFA. De un equipo de cabotaje, lo llevó a ser un con aspiraciones europeas.
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La Caída
El mojón que empezó a marcar su salida fue la filtración de unas fotos con los hermanos Giuliano, los capos de la Camorra y los rumores sobre su consumo de cocaína. La victoria de Argentina contra Italia en el Mundial de 1990 fue lapidario y la suspensión por doping positivo en 1991 marcó la huída de un país que supo amarlo y ahora hacía todo para sacárselo de encima.