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Reflexiones (Episodio 03) - ¿Dios está en control de nuestro sufrimiento? [Mateo 14.22-27‪]‬ Reflexiones

    • Christianity

Mateo 14:22-27
“En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!”

Tengo unos amigos que hace unos años tuvieron que vivir la muerte de su hijo de cuatro meses de nacido, debido a varios problemas cardiacos congénitos. Una noche mientras nos compartían acerca de todo el dolor que sintieron durante ese tiempo, algo que me quedó en el corazón fue escucharles hablar sobre la presión que sentían solo con pensar en la posibilidad de responsabilizar a Dios por todo lo que estaban pasando; creyendo que debían callar su dolor, aceptando únicamente la verdad de la soberanía de Dios.

Eso me hace preguntar sí, ¿Será que el silencio y la aceptación sin críticas al plan de Dios, es la forma en la que debemos reaccionar ante el sufrimiento?

La historia sobre el casi naufragio de los Apóstoles, es un buen punto de partida para comprender una verdad muy importante sobre el sufrimiento, que implica un comienzo para sanar el corazón dolido.

En esta ocasión Cristo mismo fue el autor del plan que llevaría a los apóstoles a vivir esa experiencia traumática en medio del mar que puso su vida en riesgo, fue Él quien decidió enviarlos a esa hora, en ese lugar, en esas condiciones y con ese propósito.
No fue casualidad que la barca en la que iban los apóstoles estuviera siendo azotada por las olas, sí Dios tiene control hasta de los cabellos de nuestro cabeza, debemos comprender que fue su plan someterlos a esa experiencia de vida o muerte.
A lo largo de la historia Biblica se puede observar momentos en los que Dios consintió que su pueblo pasara por el dolor y sufrimiento como en ésta ocasión, pasajes como Isaias 45.7, Amos 3.6, Lamentaciones 3.37-38 ilustran esta verdad.
Así como Dios es el responsable final por el sufrimiento que vivimos, también Él está listo para brindarnos su consuelo y ayuda en el momento oportuno, y tiene el poder de transformar las situaciones de dolor en experiencias que nos permiten conocerle íntimamente y aumentar más nuestra fe.

Cuando pasamos por el dolor y el sufrimiento una de las primeras preguntas que nos hacemos es ¿por qué?, pero muchas veces se nos ha dicho que no debemos preguntarnos esto, sino mas bien, ¿para qué?, pero, como somos creados a la imagen de Dios, y Él es justo, nosotros también tenemos un sentido de justicia que pide una respuesta ante el sufrimiento.

Entender que Dios no es el que produce en nuestras vidas el sufrimiento, pero si es el que da su consentimiento para que suceda, nos permite responder la pregunta: ¿Quién es el autor del sufrimiento?, y aunque a primera vista no parezca serlo, porque a veces sufrimos por nuestro propio pecado y por la maldad de otros, en el fondo de todo, Dios es quien lo permite.

Cuando se responde el ¿quien?, se puede responder el ¿por qué?. Es posible que en este punto hallamos dado un paso gigantesco para entender el sufrimiento, pero al mismo tiempo nos hará tropezarnos con una “montaña” que nos resultará imposible escalar, esa montaña es la soberanía de Dios y su derecho de hacer con su creación lo que Él considere mejor.

Como Job, cuando por fin tuvo con quien entablar la discusión, la sabiduría y autoridad de Dios le dejaron entender que Él puede hacer cualquier cosa en su creación.
«Dios está en control de nuestro sufrimiento, entenderlo ayuda a sanar el alma» - Ministerio UMCD-

MinisterioUMCD.orgbr...

Mateo 14:22-27
“En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!”

Tengo unos amigos que hace unos años tuvieron que vivir la muerte de su hijo de cuatro meses de nacido, debido a varios problemas cardiacos congénitos. Una noche mientras nos compartían acerca de todo el dolor que sintieron durante ese tiempo, algo que me quedó en el corazón fue escucharles hablar sobre la presión que sentían solo con pensar en la posibilidad de responsabilizar a Dios por todo lo que estaban pasando; creyendo que debían callar su dolor, aceptando únicamente la verdad de la soberanía de Dios.

Eso me hace preguntar sí, ¿Será que el silencio y la aceptación sin críticas al plan de Dios, es la forma en la que debemos reaccionar ante el sufrimiento?

La historia sobre el casi naufragio de los Apóstoles, es un buen punto de partida para comprender una verdad muy importante sobre el sufrimiento, que implica un comienzo para sanar el corazón dolido.

En esta ocasión Cristo mismo fue el autor del plan que llevaría a los apóstoles a vivir esa experiencia traumática en medio del mar que puso su vida en riesgo, fue Él quien decidió enviarlos a esa hora, en ese lugar, en esas condiciones y con ese propósito.
No fue casualidad que la barca en la que iban los apóstoles estuviera siendo azotada por las olas, sí Dios tiene control hasta de los cabellos de nuestro cabeza, debemos comprender que fue su plan someterlos a esa experiencia de vida o muerte.
A lo largo de la historia Biblica se puede observar momentos en los que Dios consintió que su pueblo pasara por el dolor y sufrimiento como en ésta ocasión, pasajes como Isaias 45.7, Amos 3.6, Lamentaciones 3.37-38 ilustran esta verdad.
Así como Dios es el responsable final por el sufrimiento que vivimos, también Él está listo para brindarnos su consuelo y ayuda en el momento oportuno, y tiene el poder de transformar las situaciones de dolor en experiencias que nos permiten conocerle íntimamente y aumentar más nuestra fe.

Cuando pasamos por el dolor y el sufrimiento una de las primeras preguntas que nos hacemos es ¿por qué?, pero muchas veces se nos ha dicho que no debemos preguntarnos esto, sino mas bien, ¿para qué?, pero, como somos creados a la imagen de Dios, y Él es justo, nosotros también tenemos un sentido de justicia que pide una respuesta ante el sufrimiento.

Entender que Dios no es el que produce en nuestras vidas el sufrimiento, pero si es el que da su consentimiento para que suceda, nos permite responder la pregunta: ¿Quién es el autor del sufrimiento?, y aunque a primera vista no parezca serlo, porque a veces sufrimos por nuestro propio pecado y por la maldad de otros, en el fondo de todo, Dios es quien lo permite.

Cuando se responde el ¿quien?, se puede responder el ¿por qué?. Es posible que en este punto hallamos dado un paso gigantesco para entender el sufrimiento, pero al mismo tiempo nos hará tropezarnos con una “montaña” que nos resultará imposible escalar, esa montaña es la soberanía de Dios y su derecho de hacer con su creación lo que Él considere mejor.

Como Job, cuando por fin tuvo con quien entablar la discusión, la sabiduría y autoridad de Dios le dejaron entender que Él puede hacer cualquier cosa en su creación.
«Dios está en control de nuestro sufrimiento, entenderlo ayuda a sanar el alma» - Ministerio UMCD-

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