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Vivir en abundancia parte 9 (audiolibro‪)‬ Cada vez Me Equivoco Mejor

    • Espiritualidad

7. Ley del mínimo esfuerzo
La idea de tener que sacrificarse es una idea de cuando no había ni tecnología ni, sobre todo, conciencia. Pensar que esforzarse es algo que dignifica tu vida es el dinosaurio de las creencias y no es adaptativo porque te desgasta, te genera estrés y consume tu energía. Es posible que estés tan familiarizado con el hábito de que para conseguir cualquier cosa hay que esforzarse que no te imaginas una vida sin esfuerzo y sacrificio. El esfuerzo es un indicador de que no estás respetando tu esencia. Una trucha tendría que esforzarse mucho para saltar de árbol en árbol, y lo mismo le sucedería a una ardilla para respirar debajo del agua, además de que encontraría el plancton marino algo salado. Afortunadamente, como respetan su inteligencia natural no hacen ninguna de estas cosas y son lo que son sin ningún esfuerzo, que es lo mismo que nos sucede a los seres humanos cuando comprendemos que nos sacrificamos sólo porque pensamos que es el único medio para obtener algo de valor en la vida. No necesitas esforzarte para que las cosas importantes de la vida sucedan. Sólo tienes que conocer y respetar las leyes de la abundancia, y una de ellas es la ley del mínimo esfuerzo, que indica que no se puede obtener abundancia mediante el esfuerzo. A la mayoría de nosotros se nos transmitió en nuestra infancia de manera involuntaria que hay algo inadecuado en lo que somos, en nuestro ser esencial. La palabra que más escuchamos de niños durante años fue probablemente «no». Y también se nos transmitió que tenemos que esforzarnos para ser una cosa que aún no somos y por esa razón creemos desmedidamente en el sacrificio. Sin embargo, en la naturaleza no hay nada inadecuado o imperfecto, por tanto, tú tampoco puedes serlo ni necesitas esforzarte para conseguir nada ni por ser quien no eres. Cuando respetes tu esencia, cumplirás con gozo y aceptación con aquello que decidas mientras.
«Necesitas palancas. Encuentra y emplea palancas que multipliquen el efecto de tus acciones.» Las palancas multiplican la fuerza y la influencia que les administramos, así que es preciso emplearlas en todo momento con suma responsabilidad, ya que magnificarán el resultado, positivo o negativo.
1. Dinero: La financiación es una palanca de primer orden porque te permite acceder en el presente a recursos a los que sin esta tardarías mucho en acceder.
2. Relaciones: Tenemos la responsabilidad de relacionarnos en entornos abundantes, ya que creceremos tanto como lo hace la media de nuestro entorno.
3. Autodominio: Esta es quizá la mayor de las palancas. Aunque nuestro cerebro lo hace por cuestiones adaptativas, es lamentable que funcione en piloto automático la mayor parte del tiempo. Piloto automático significa que toma decisiones sin que tu parte consciente haga nada al respecto.
4. Conocimiento: Cuando observes a una persona que está disfrutando de una abundancia que aún no disfrutas, puedes preguntarte: «¿Qué sabe y hace esa persona que yo desconozco?». O, mejor aún: «¿Qué necesito creer de mí mismo para conseguir esto?».
¿Cómo aplicar la ley del mínimo esfuerzo?
1. Libérate de esforzarte para el resto de tu vida: Nunca más presumas del esfuerzo realizado porque esforzarse altera las leyes de la naturaleza. A partir de ahora concéntrate con tesón en aquello que te gusta. Esforzarte no te convierte en mejor persona. Una persona abundante no se esfuerza, sino que se dedica con pasión a lo que ama. Ponte la mano en el pecho y di en voz alta: «Me libero de esforzarme para siempre. A partir de ahora sólo me implicaré en asuntos que me proporcionen felicidad»
2. ¿Qué ganas con el esfuerzo? No dejarás de esforzarte mientras el esfuerzo te reporte algún beneficio. Cada situación de la vida que mantenemos nos aporta beneficios, aunque sea en un nivel profundo.
3. Establece cortafuegos: Un cortafuegos Es un límite que eliges firmemente y que te comprometes a respetar para que,

7. Ley del mínimo esfuerzo
La idea de tener que sacrificarse es una idea de cuando no había ni tecnología ni, sobre todo, conciencia. Pensar que esforzarse es algo que dignifica tu vida es el dinosaurio de las creencias y no es adaptativo porque te desgasta, te genera estrés y consume tu energía. Es posible que estés tan familiarizado con el hábito de que para conseguir cualquier cosa hay que esforzarse que no te imaginas una vida sin esfuerzo y sacrificio. El esfuerzo es un indicador de que no estás respetando tu esencia. Una trucha tendría que esforzarse mucho para saltar de árbol en árbol, y lo mismo le sucedería a una ardilla para respirar debajo del agua, además de que encontraría el plancton marino algo salado. Afortunadamente, como respetan su inteligencia natural no hacen ninguna de estas cosas y son lo que son sin ningún esfuerzo, que es lo mismo que nos sucede a los seres humanos cuando comprendemos que nos sacrificamos sólo porque pensamos que es el único medio para obtener algo de valor en la vida. No necesitas esforzarte para que las cosas importantes de la vida sucedan. Sólo tienes que conocer y respetar las leyes de la abundancia, y una de ellas es la ley del mínimo esfuerzo, que indica que no se puede obtener abundancia mediante el esfuerzo. A la mayoría de nosotros se nos transmitió en nuestra infancia de manera involuntaria que hay algo inadecuado en lo que somos, en nuestro ser esencial. La palabra que más escuchamos de niños durante años fue probablemente «no». Y también se nos transmitió que tenemos que esforzarnos para ser una cosa que aún no somos y por esa razón creemos desmedidamente en el sacrificio. Sin embargo, en la naturaleza no hay nada inadecuado o imperfecto, por tanto, tú tampoco puedes serlo ni necesitas esforzarte para conseguir nada ni por ser quien no eres. Cuando respetes tu esencia, cumplirás con gozo y aceptación con aquello que decidas mientras.
«Necesitas palancas. Encuentra y emplea palancas que multipliquen el efecto de tus acciones.» Las palancas multiplican la fuerza y la influencia que les administramos, así que es preciso emplearlas en todo momento con suma responsabilidad, ya que magnificarán el resultado, positivo o negativo.
1. Dinero: La financiación es una palanca de primer orden porque te permite acceder en el presente a recursos a los que sin esta tardarías mucho en acceder.
2. Relaciones: Tenemos la responsabilidad de relacionarnos en entornos abundantes, ya que creceremos tanto como lo hace la media de nuestro entorno.
3. Autodominio: Esta es quizá la mayor de las palancas. Aunque nuestro cerebro lo hace por cuestiones adaptativas, es lamentable que funcione en piloto automático la mayor parte del tiempo. Piloto automático significa que toma decisiones sin que tu parte consciente haga nada al respecto.
4. Conocimiento: Cuando observes a una persona que está disfrutando de una abundancia que aún no disfrutas, puedes preguntarte: «¿Qué sabe y hace esa persona que yo desconozco?». O, mejor aún: «¿Qué necesito creer de mí mismo para conseguir esto?».
¿Cómo aplicar la ley del mínimo esfuerzo?
1. Libérate de esforzarte para el resto de tu vida: Nunca más presumas del esfuerzo realizado porque esforzarse altera las leyes de la naturaleza. A partir de ahora concéntrate con tesón en aquello que te gusta. Esforzarte no te convierte en mejor persona. Una persona abundante no se esfuerza, sino que se dedica con pasión a lo que ama. Ponte la mano en el pecho y di en voz alta: «Me libero de esforzarme para siempre. A partir de ahora sólo me implicaré en asuntos que me proporcionen felicidad»
2. ¿Qué ganas con el esfuerzo? No dejarás de esforzarte mientras el esfuerzo te reporte algún beneficio. Cada situación de la vida que mantenemos nos aporta beneficios, aunque sea en un nivel profundo.
3. Establece cortafuegos: Un cortafuegos Es un límite que eliges firmemente y que te comprometes a respetar para que,

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