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TREN DE LAS EMOCIONES CAPITULO 1 CUENTO INFANTIL

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Tengo un tren muy especial. Visto de afuera parece un tren como cualquier otro, pero lo que lo hace especial es su carga. ¿Quieren que se los enseñe?

Uno de los vagones de mi tren, contiene todas las cosas que me dan miedo. Un fantasma tras la cortina de mi ventana, que resultó ser el viento que estaba soplando. Una extraña sombra en la pared de mi cuarto parecida a un murciélago, que resultó ser una traviesa lechuza. Un misterioso ruido bajo mi cama, que resultó ser mi perro mordiendo un soldadito de plástico. Un dinosaurio de dientes afilados asomado bajo un mueble, que resultó ser un juguete que me habían regalado para mi último cumpleaños. Y así otras cosas me dan miedo, algunas reales y otras no. Este vagón tiene brujas (con o sin escoba), monstruos (con o sin garras), extraterrestres (con o sin nave espacial) y payasos (con o sin zapatos grandes).

¿Cómo sé qué cosas cargar en este vagón? ¡Muy fácil! Es todo lo que me da ganas de huir o de esconderme. Son las cosas que me asustan, que me hacen latir el corazón rápido y respirar cortito.

Otro de los vagones de mi tren, contiene todas las cosas que me dan tristeza. Un juguete muy querido que perdí en el jardín y otro que se rompió en casa. Un animal abandonado en la calle. Alguien a quien extraño mucho y no veo hace tiempo, o que ya no puedo ver más. La rueda de mi bicicleta que se pinchó con un clavo. Mi pelota de playa desinflada. Un globo que se me voló con un fuerte viento y ya no pude recuperar.

¿Cómo sé qué cosas cargar en este vagón? ¡Muy fácil! Es todo lo que me da ganas de llorar. Son las cosas que me estrujan el corazón y hacen que las lágrimas broten de mis ojos, aunque los tenga cerrados bien fuerte.

Tengo un tren muy especial. Visto de afuera parece un tren como cualquier otro, pero lo que lo hace especial es su carga. ¿Quieren que se los enseñe?

Uno de los vagones de mi tren, contiene todas las cosas que me dan miedo. Un fantasma tras la cortina de mi ventana, que resultó ser el viento que estaba soplando. Una extraña sombra en la pared de mi cuarto parecida a un murciélago, que resultó ser una traviesa lechuza. Un misterioso ruido bajo mi cama, que resultó ser mi perro mordiendo un soldadito de plástico. Un dinosaurio de dientes afilados asomado bajo un mueble, que resultó ser un juguete que me habían regalado para mi último cumpleaños. Y así otras cosas me dan miedo, algunas reales y otras no. Este vagón tiene brujas (con o sin escoba), monstruos (con o sin garras), extraterrestres (con o sin nave espacial) y payasos (con o sin zapatos grandes).

¿Cómo sé qué cosas cargar en este vagón? ¡Muy fácil! Es todo lo que me da ganas de huir o de esconderme. Son las cosas que me asustan, que me hacen latir el corazón rápido y respirar cortito.

Otro de los vagones de mi tren, contiene todas las cosas que me dan tristeza. Un juguete muy querido que perdí en el jardín y otro que se rompió en casa. Un animal abandonado en la calle. Alguien a quien extraño mucho y no veo hace tiempo, o que ya no puedo ver más. La rueda de mi bicicleta que se pinchó con un clavo. Mi pelota de playa desinflada. Un globo que se me voló con un fuerte viento y ya no pude recuperar.

¿Cómo sé qué cosas cargar en este vagón? ¡Muy fácil! Es todo lo que me da ganas de llorar. Son las cosas que me estrujan el corazón y hacen que las lágrimas broten de mis ojos, aunque los tenga cerrados bien fuerte.

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