45 min

Nada más que música - Nina Simone NADA MÁS QUE MÚSICA

    • Musica

Bueno, pues hoy vamos a dedicar nuestro espacio a una cantante, compositora, pianista, arreglista, activista por los derechos civiles y, por encima de todo, una gran mujer. Interprete de una amplia gama de estilos musicales que van desde la música clásica al jazz pasando por el blues, folk, R&B, gospel y el pop.
Había nacido en el seno de una familia pobre y negra en Tryon, Carolina del Norte. Sexta de ocho hermanos, empezó a tocar el piano a los tres o cuatro años demostrando ya un gran talento para la música.
Su primer concierto, a los doce años, marcó su deriva política posterior. El incidente ocurrió cuando sus padres, que habían ocupado los primeros asientos del auditorio para escuchar a su hija, fueron desalojados al final de la sala para dejar sus asientos a personas blancas. La niña dijo que, o trasladaban a sus padres a la primera fila o no tocaba. Por supuesto, sus progenitores volvieron a sus asientos y dio comienzo el concierto.
La madre era ministra metodista en su tiempo libre y sirvienta a tiempo completo. Su padre, también reverendo, tenía un negocio de limpieza en seco pero su mala salud le dejaba fuera de juego durante largos periodos.
No lo he dicho ¿verdad?, bien pues estamos hablando de Nina Simone.

A pesar de todos los impedimentos que tuvieron que sortear, apoyada por su primera profesara de música y también de un fondo local para la educación y de diversas becas, la joven Nina pudo graduarse. Su objetivo era entrar en el Curtis Institute of Music de Filadelfia pero su solicitud fue denegada. Solo tres de los setenta aspirantes lo consiguieron ese año. Fue un duro golpe porque su familia se había trasladado a Filadelfia esperando su ingreso en la importante escuela. Siempre pensó que había sido rechazada por cuestiones racistas pero el instituto lo ha negado sistemáticamente. Tampoco pudo volver a intentarlo porque el Curtis no aceptaba alumnos mayores de 21 años.
Curiosamente, unos días antes de su muerte, en 2003, el instituto le otorgó un título honorífico.
Así que, desanimada, Nina Simone se dedicó a trabajar como asistente de un fotógrafo, simultaneando esta actividad como acompañante al piano en una academia de canto y dando clases particulares.
Al poco, le llamaron para actuar en un bar en Atlantic City, cuyo propietario insistió en que cantara y tocara el piano. Fue allí donde adoptó el nombre artístico de ·”Nina Simone”. Nina por “Niña”, apodo que le había puesto su novio de entonces y Simone por la actriz francesa Simone Signoret de la que era admiradora.
Este cambio de nombre también estaba motivado porque sabía que su madre nunca aprobaría que su “niña” tocara la música del diablo. Así que tenía que pasar desapercibida.
La mezcla de jazz, blues y música clásica de Simone en sus actuaciones en el bar le valió una pequeña pero leal base de fans.

En 1958 conoció a Don Ross, un trotamundos que trabajaba en las ferias invitando a gritos a la gente para que entrara en su espectáculo. Pero pronto se arrepintió de su matrimonio.
Estaba trabajando por pequeños clubs cuando le ofrecieron grabar una de las canciones de la opera Porgy and Bess que se aprendió escuchando la que ya había realizado Billie Holiday. Fue un éxito y récord de ventas pero como había vendido todos los derechos del álbum por 3.000 dólares, no recibió ni un céntimo por los derechos, ni en ese momento ni nunca.
A pesar de su mala cabeza para los negocios, su popularidad fue creciendo y firmó un contrato con Colpix Records que le permitió grabar una gran cantidad de álbumes de estudio y en directo. El estudio le cedió todo el control creativo, incluida la elección del material que se grabaría, a cambio de que ella firmara el contrato con ellos.
El disco Nina Simone at Town Hall le abrió las puertas de Nueva York y se convirtió en la artista favorita de Greenwich Village, el barrio bohemio y artista de la gran manzana.
Vamos a escucharle precis

Bueno, pues hoy vamos a dedicar nuestro espacio a una cantante, compositora, pianista, arreglista, activista por los derechos civiles y, por encima de todo, una gran mujer. Interprete de una amplia gama de estilos musicales que van desde la música clásica al jazz pasando por el blues, folk, R&B, gospel y el pop.
Había nacido en el seno de una familia pobre y negra en Tryon, Carolina del Norte. Sexta de ocho hermanos, empezó a tocar el piano a los tres o cuatro años demostrando ya un gran talento para la música.
Su primer concierto, a los doce años, marcó su deriva política posterior. El incidente ocurrió cuando sus padres, que habían ocupado los primeros asientos del auditorio para escuchar a su hija, fueron desalojados al final de la sala para dejar sus asientos a personas blancas. La niña dijo que, o trasladaban a sus padres a la primera fila o no tocaba. Por supuesto, sus progenitores volvieron a sus asientos y dio comienzo el concierto.
La madre era ministra metodista en su tiempo libre y sirvienta a tiempo completo. Su padre, también reverendo, tenía un negocio de limpieza en seco pero su mala salud le dejaba fuera de juego durante largos periodos.
No lo he dicho ¿verdad?, bien pues estamos hablando de Nina Simone.

A pesar de todos los impedimentos que tuvieron que sortear, apoyada por su primera profesara de música y también de un fondo local para la educación y de diversas becas, la joven Nina pudo graduarse. Su objetivo era entrar en el Curtis Institute of Music de Filadelfia pero su solicitud fue denegada. Solo tres de los setenta aspirantes lo consiguieron ese año. Fue un duro golpe porque su familia se había trasladado a Filadelfia esperando su ingreso en la importante escuela. Siempre pensó que había sido rechazada por cuestiones racistas pero el instituto lo ha negado sistemáticamente. Tampoco pudo volver a intentarlo porque el Curtis no aceptaba alumnos mayores de 21 años.
Curiosamente, unos días antes de su muerte, en 2003, el instituto le otorgó un título honorífico.
Así que, desanimada, Nina Simone se dedicó a trabajar como asistente de un fotógrafo, simultaneando esta actividad como acompañante al piano en una academia de canto y dando clases particulares.
Al poco, le llamaron para actuar en un bar en Atlantic City, cuyo propietario insistió en que cantara y tocara el piano. Fue allí donde adoptó el nombre artístico de ·”Nina Simone”. Nina por “Niña”, apodo que le había puesto su novio de entonces y Simone por la actriz francesa Simone Signoret de la que era admiradora.
Este cambio de nombre también estaba motivado porque sabía que su madre nunca aprobaría que su “niña” tocara la música del diablo. Así que tenía que pasar desapercibida.
La mezcla de jazz, blues y música clásica de Simone en sus actuaciones en el bar le valió una pequeña pero leal base de fans.

En 1958 conoció a Don Ross, un trotamundos que trabajaba en las ferias invitando a gritos a la gente para que entrara en su espectáculo. Pero pronto se arrepintió de su matrimonio.
Estaba trabajando por pequeños clubs cuando le ofrecieron grabar una de las canciones de la opera Porgy and Bess que se aprendió escuchando la que ya había realizado Billie Holiday. Fue un éxito y récord de ventas pero como había vendido todos los derechos del álbum por 3.000 dólares, no recibió ni un céntimo por los derechos, ni en ese momento ni nunca.
A pesar de su mala cabeza para los negocios, su popularidad fue creciendo y firmó un contrato con Colpix Records que le permitió grabar una gran cantidad de álbumes de estudio y en directo. El estudio le cedió todo el control creativo, incluida la elección del material que se grabaría, a cambio de que ella firmara el contrato con ellos.
El disco Nina Simone at Town Hall le abrió las puertas de Nueva York y se convirtió en la artista favorita de Greenwich Village, el barrio bohemio y artista de la gran manzana.
Vamos a escucharle precis

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