De mi corazón a tus oídos Argenis Ochoa

Eres tan difícil de olvidar a pesar del tiempo, parece que sigues ahí, ya sin tocarme, sin siquiera voltear a verme. Y es que la distancia fue complicada, por eso paso lo que paso, no echemos la culpa a ninguno de los dos, que bien en cualquier momento alguien de nosotros se pudo levantar y decir: “No quiero que nos alejemos, luchemos por esto, luchemos por aquello” pero a ninguno se le ocurrió. Ya coincidiremos en el futuro, vaya mierda poética que puede calmar al corazón casi por la eternidad de un segundo. Y es que cuando esto sangra no vuelve a parar, no se va a estabilizar, o es que tal vez estoy siendo tan pesimista que nos declare muertos desde el primer segundo en el que nos dijimos adiós.

Solo quisiera que estuvieses aquí, nunca te toque, pero supongo que así sentía el cielo, supongo que, aunque tus ojos no fueran azules se podía percibir un mar de ilusiones. No nos hagamos tontos que ni tu me has olvidado, ni yo te he olvidado, porque, aunque pase el tiempo, yo te seguiré escribiendo, aún desde mi tumba me haré presente, me verás ahí, a un costado de ti, y desearás haberme amado más. Y apuesto que lloraré por querer tocar, aunque sea la punta de tus manos.

Eres un amor difícil de olvidar, cuántas canciones nos habremos dedicado, cuántas cartas habré escrito, cuántas raíces clavamos en el corazón. Aún miro al vacío y parece que allá arriba hay una terraza donde posiblemente habremos sido amor, donde nos formamos como amigos, y claro que no somos enemigos porque apostamos por la física, que había sido tan moderna. Cuántas veces no quise levantar el teléfono para marcarte y decirte que todo fue una mala pesadilla que se había soñado al mismo tiempo entre los dos, empezar un nuevo amanecer, planear un viaje a Grecia sin querer. Fue por eso por lo que nuestra alma parecía dinamita cuando nos veíamos pasar, simplemente al sonar una canción lo único que queríamos era bailar, porque entre tú y yo aprendíamos a querernos cada día que pasaba.

Acuérdate de mí porque esto no se va, ya lo dije, somos un amor, difícil de olvidar. Me preguntaste ¿A dónde vamos? Parecía que íbamos a San Lucas a perdernos en el amor eternamente porque éramos un sueño juvenil porque teníamos ese no sé qué que nos enloquecía. Y ahora solo es un recuerdo. Vayamos a vivir lo que nos resta de la vida, porque estoy seguro de que, si en tu corazón aun queda un rastro de mí, nunca me vas a olvidar, y yo nunca te voy a olvidar porque decidí enmarcar la raíz que dejaste en mí, no para no volverme a enamorar, no me confundas sino para cumplir aquella promesa de contarles a mis hijos que alguien en mi juventud me hizo tan feliz.

Después de un largo tiempo pude darme cuenta de que ni borrándote de todos lados pude evitar que tu rostro apareciera en mis sueños. Todo fue extraño, me encontraba en la cama, acostado, no entendía por qué ni cómo, pero ahí estabas, olías tan hermoso, vestían tan perfecto, y fue ahí donde entendí que no estaba bien, por fuera te odiaba, por dentro te amaba, algo en mí me decía quiero que sigas aquí, olvidemos lo que paso, olvidemos quien se equivocó, solo éramos dos torpes que no sabían de amor.

Más tarde recordé aquella promesa que me hiciste, me miraste: prométeme que si t e rompo el corazón no me vas a perdonar, lo mucho que te ruegue, lo poco que te hice, no vas a perdonarme, porque que ironía llorar por la persona que en un principio te hacía tan feliz.

Tome mis cosas y me fui, no necesito estar aquí, necesito estar allá, lejos de ti y aunque sea un poco cerca de mí, entenderme nunca fue complicado, solo quería que no me entendieras, y aquí estoy, soy un mentiroso, y tal vez mentí por amor, mentí porque te vi tan perfecta que me sentí intimidado, y a la mierda las inseguridades y lo que decía la gente.

Espero que en algún nos podamos encontrar, te mire siendo tan feliz, independiente, espero algún día conocer a tus hijos y que les haya contado de mí, que les hayas dicho lo que aquella carta decía: Que les contaras que alguna vez en tu juventud hubo alguien que te hizo tan feliz.

Al igual que yo, espero que mis hijos sepan de ti, que sepan que su padre amaba con intensidad, y se despedía cuando había que despedirse sin voltear atrás. Que sepan que alguna vez en mi juventud alguien me amo como nunca me imaginé que me iban a amar.

Me la paso muy triste cuando te extraño.

Esta sensación que me otorga la cama, no me la da ni el aire.

¿Qué demonios pasa por mi cabeza?

Te veo paseando en el reflejo de mis ojos, justo cuando no hay nada delante de mí.

Es interesante creer que ibas a regresar. No me merezco tu regreso, nunca me gane tu amor, ¿Habremos sido una falsa ilusión? No lo creo, yo nos vi amándonos, y lo hicimos con mucha pasión.

Ahora estoy acá y tu allá. Son las palabras que tengo tatuadas en mi corazón,

¿Quién seré yo para pedirte que coincidamos a la velocidad?

Es muy difícil que esta piedra partida en dos, vuelva a unirse pareciendo que nada ocurrió.

Me la paso muy triste cuando te extraño. Es de cada semana esto que siento, es delicado y no lo comprendo.

Me inundo en alcohol, libero mi estrés. No entiendo que fue lo que paso.

Debía haber sido un día normal, donde te saludará a lo lejos, te sintiera tan cerca, te desnudará en mi mente. Pero no paso, así se largó…Lo nuestro.

Se fue despidiendo poco a poco, nos mando un beso bastante hermoso. Y le dijimos adiós.

No sé si me gustaría si me gustaría enamorarme de nuevo.

Pero sí lo hiciera, sería de ti. Aunque no estés aquí. Que estés allá, tal vez amando a alguien más, mi corazón te será fiel. O mi mente me traicionará y te borrará de este eterno resplandor.

Te mando un beso, y solo quiero decirte que me la paso muy triste cuando te extraño.

Cuando me acuerdo de tus ojos en plena poesía, cuando recuerdo tus curvas y tu voz formando perfecta melodía. Solo te recuerdo, solo te recuerdo.

Caricias del corazón

Son caricias del corazón, cuando imagino tu mano rozando mi cuerpo

Son caricias del corazón.

El mundo es tan imperfecto que nos cabemos perfectamente en él.

Unas rosas para tu piel, unas orquídeas de papel. O tal vez unos girasoles para tu bien.

No necesitamos poesía barata, necesitamos escribirla, que sangre del corazón, que alguien la lea con mucha pasión.

Nos tenemos para amarnos, para conquistarnos, para llorar si un día nos extrañamos.

Me es difícil llamarte si no me quieres contestar cuando estas enojada.

Pero me es fácil amarte, porque soy capaz de verte desnuda como ni tus ojos te han visto.

¿Es extraño no lo crees? Creer que el destino está escrito, si fuera así, sería un loco buscando el libro.

Ver si estabas ahí destinada para mí, o en esa parte solo estaba en blanco.

La historia la escribiremos nosotros.

Soy más fan de la idea de que ese libro lo escribimos nosotros cada día que pasamos vivos.

Y cuando estamos muerto, solo alguien lo lee, pero no puede cambiar la historia, no nos puede meter en su libro, solo somos un recuerdo, estamos destinados a ser un recuerdo solamente.

Caricias del corazón, caricias por doquier cuando me tocas y me excitas sin ni siquiera estar aquí.

Te imagine desnuda la otra vez, vaya que me encanto

¿Quién soy yo para mentirte?

Soy un simple hombre escribiéndole al amor que siento por ti.

En las nubes se tinta el color de tu piel, el cielo me susurra tu nombre. En la cama, te imagino ahí.

Son caricias del corazón las que siento por ti,

Son solo palabras las que vuelan de mi boca,

Te juro que algún día estaré parado frente a ti,

Callando los silencios con hermosos besos,

Jugando a ser eternos,

Solo por ti.

La gente a veces se refugia en cosas que le lastiman

No entiendo por qué sucedían las cosas, solo dolían, y me quitaba el sueño en las noches.

Todo parecía ser más filoso, hasta un el Te amo empezó a doler.

¿Cómo llegas a ese extremo?

¿Cómo una persona puede acabar contigo de semejante manera?

No sé, si fue mi culpa o la de ella, pero lo que tengo claro es que siempre busque la forma de ser el culpable.

Si ella me había roto por dentro, para que darle el gusto por fuera.

Los cigarrillos empezaron a acompañarme, el alcoholo era como mi cama, no había otra que hacer en mi cuarto, más que sentarme y no conseguir nada.

El ejercicio lo intente hacer, pero en cada km recorrido, iba dejando un poco de mí.

No sabía si estaba avanzando, o corría en círculos.

Me tarde en salir de ahí.

Siento que me defraude, siento que yo mismo me golpee.

Tenía que salir de ahí.

Hubo una bella mañana, decidí despertarme, recoger mi cama, levantar los pedazos de mí que había dejado la noche anterior.

Los tire a la basura, ya no los podía pegar, para qué intentarlo, si me iba a sabotear.

Parece que yo mismo buscaba la tristeza.

Lo pensé todo el día.

Lo pensé una y otra vez.

Tenia que salir de ahí.

Un mensaje basto, ni la cara le quería ver.

No es odio, no tengo nada en contra de ella.

Solo tenia que salir de ahí.

Dolió mucho, y no sé por qué.

Tal vez no estábamos conectados, tal vez no era ahí.

Solo tenia que salir de ahí.

Siempre busqué un refugio, los senos nunca fueron suficiente, solo estábamos mi libreta y yo.

Ahí en aquella noche oscura, pensando si la vida era real, y si lo era, por qué nunca tuvo estabilidad.

Era mi pluma la que hacía la magia, era la libreta la que inspiraba tristeza, perfecta combinación para adentrarnos al arte.

Mi libreta es testigo de las veces que me rompí, de las veces que me levante, que deje que me construyeran de nuevo sin hacer nada, y también es testigo de las veces que esperaba el Ocaso.

La música sonaba, era perfecta para seguir pensando en ella, una mujer tan única, de la que escribo cada día, por quien tomo unos tragos y brindo, aunque no esté aquí, está allá, y ahí está bien, porque está sentada esperándome, y pa qué correr, si ya nos alcanzamos.

Qué bella manera de iniciar mi día, escribiendo en mi libreta, agarrando mi corazón, expresándome tal como soy, no soy una pintura, soy real, solo somos mi libreta y yo.

A veces me tiro a la cama sin sentido, parece un recital que hago cada día, miro las cosas que valen la pena, me esperan para que las viva, no las puedo dejar ahí, de eso es testigo mi libreta, y nadie más.

La soledad puede ser abrumadora para las personas, para mí es como una manta caliente en un día frio. Solo te sientas y sientes, no hay más, no hay menos. Así funciona el mundo, así funcionas tú.

En fin, un día menos que preocuparnos, la vida se solucionará, fue un momento de reflexión, no debe haber un por qué, no debes de entender cómo sucedió, solo deja fluir, si tienes que escribir, tienes que escribir, si tienes que llorar, tienes que llorar. Pero déjalo fluir, nunca sostengas tu problema con las manos, que recorra tu cuerpo, que afecte un solo día, pero no que te joda la vida entera.

Tal vez la clave está, en tener una libreta, y crearte un mundo donde solo estén tú y ella.