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Reflejos de su gloria es un programa que tiene como objetivo compartir las enseñanzas de las Escrituras, celebrando la gloria de Dios, con el deseo de reflejar su carácter con cada enseñanza.

Reflejos de su gloria David y Maribel

    • 宗教/スピリチュアル

Reflejos de su gloria es un programa que tiene como objetivo compartir las enseñanzas de las Escrituras, celebrando la gloria de Dios, con el deseo de reflejar su carácter con cada enseñanza.

    Corintios-102 La esperanza del cristiano

    Corintios-102 La esperanza del cristiano

    La esperanza del cristiano

    Hacia la conclusión de la carta a los Corintios, Pablo repasa el evangelio por el que confiamos que un día estaremos con Dios. Este evangelio de salvación proclama que todo el que cree en Jesucristo como Salvador de los pecados es salvo, y pasará la eternidad con Dios.

    Esta esperanza está basada en un hecho histórico muy importante, la resurrección de Cristo de los muertos.

    “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí (dice el apóstol): Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;” dicen los versículos 3 y 4 del capítulo 15.

    Los datos históricos nos confirman que esto ocurrió y no se puede refutar. Hubo una gran cantidad de testigos oculares que vieron a Jesús resucitado. Lo vieron al tercer día sus discípulos, mas cientos lo vieron antes de su ascensión al cielo.

    Dios ha prometido que un día todos los humanos de todo lugar y todo tiempo comparecerán ante el trono de Dios. Aquellos cuyos nombres estén escritos en el libro de la vida pasarán a una eternidad con Cristo, y aquellos que rehusaron creer en Cristo en esta vida, pasarán una eternidad de desoladora separación de Dios. Esto puede parecer drástico para algunos, mas Dios da la oportunidad de creer y gozar de Él a cada persona durante su tiempo aquí en la Tierra.
    Algunos de Corinto no creían en la resurrección de los muertos. Pablo expone claramente el problema de no creer en la resurrección, en los versículos 13 al 19:

    “Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.”

    Pablo está presentando un argumento lógico que va así: si no hay resurrección de los muertos, Cristo entonces no resucitó.
    Si Cristo no resucitó, nuestra fe entonces es vana, y estamos todavía en nuestros pecados y condenación porque nuestra fe estaría basada en una mentira. Si así fuera, entonces todos tendrían que sentir pena de nosotros.

    ¿Sigues el razonamiento aquí expresado? Sin embargo, este razonamiento no es real, porque los hechos son distintos.

    Cristo resucitó, y de ello tenemos evidencia. La segunda parte del capítulo Pablo expone el siguiente argumento opuesto:

    Cristo resucitó, y Él fue el primero de los que resucitaremos. Así como Adán murió y luego todos tenemos una cita con la muerte, como Cristo resucitó, tenemos una cita para la resurrección.

    “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.” (1 Corintios 15:23)

    Esto es lo que ocurrirá en la venida de Cristo.

    “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.”

    Esta es la gran esperanza del creyente. Así como Cristo resucitó, resucitaremos para gloria cuando el Señor venga. Y cuando esto haya ocurrido, llegará el fin de lo que ahora se conoce y el comienzo de una gloriosa eternidad para aquellos que en Él hemos confiado.

    Y entonces ya no habrá más muerte, porque el último enemigo de Dios en ser destruido será la misma muerte.

    En un mundo en el que vemos la muerte como algo triste y...

    • 8分
    Corintios-101 Entendimiento y edificación

    Corintios-101 Entendimiento y edificación

    Entendimiento y edificación

    “Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
    Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.”


    Así se entrelazan los capítulos 13 y 14 de la primera carta a los Corintios, marcando lo que debería definir a cada congregación en la iglesia de Cristo. Con una base común del gran amor que Dios ya ha dado a cada uno de sus hijos, y apreciando cada don espiritual, el don que Pablo quisiera promover aquí es el de la profecía.  El don de profecía se refiere a la capacidad de tomar lo que Dios ha dado en Su Palabra y comunicar el mensaje de Dios a los oyentes. 


    Había otro don que Dios había dado en Pentecostés y que se mantenía en los tiempo de los apóstoles que llamaba la atención de muchos; el don de hablar lenguas que no habían estudiado. Cuando esto ocurrió por primera vez durante la entrega del Espíritu Santo, vemos que las lenguas de las que trata el texto son idiomas reales, hablados en diferentes partes del mundo. Los oyentes testificaron el haber oído la Palabra en su propio idioma de la boca de extranjeros. Muchos procuraban este don de lenguas, y algunos hablaban en la congregación en lenguas que otros no entendían; recordemos que en Corinto había personas de muchas nacionalidades. En estos casos, aunque la Palabra de Dios fuera compartida, no tenía ningún provecho, como dice Pablo en este texto, porque lo que otro no entiende no puede edificar. 

    Dice en el versículo 2: “Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.” 

    Y en los versículos 21 y 22 explica el propósito de las lenguas y el de la predicación: 

    “En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor.
    Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes,” dice Pablo.


    Las lenguas y las sanaciones milagrosas de Hechos habían sido dadas para autentificar el Espíritu Santo que Dios había enviado, y en cumplimiento de lo profetizado en el Antiguo Testamento. Pero la iglesia debía ser edificada desde dentro, creciendo en el conocimiento de Cristo. Y para la edificación de la iglesia era necesaria buena enseñanza y doctrina. Para esto, el hablar idiomas o lenguas no era el plan para el beneficio de otros. El mensaje debía ser comprensible para crecer en el Señor. 

    En el versículo 4 dice Pablo: “El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.”

    Recuerdo a una amiga muy querida, que cuando nos juntábamos a orar, pedía si podía hacerlo en un idioma de Guinea Ecuatorial, su tierra natal. Para ella, hablar con Dios en castellano resultaba raro, y se comunicaba mejor con Dios en bubi. Pero desde luego, yo no podía entender nada de lo que decía a menos que ella lo tradujera después.

    Para tratar sobre la importancia de entender el mensaje, Pablo utiliza un lenguaje musical:

    “ Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?
    Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire. Tantas clases de idiomas hay, seguramente , en el mundo, (dice el apóstol) y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí.”

    Si vamos a crecer en conocimiento, lo importante es recibir el mensaje de la Palabra en un idioma que conocemos y de manera que comunique el significado. 

    Hay provecho en el mensaje de la predicación. Mas si oímos solo ruido y no se entiende el mensaje, poco se entenderá lo que decís....

    • 6分
    Corintios-100 El mayor don

    Corintios-100 El mayor don

    El mayor don

    En la carta a los creyentes de Roma Pablo había hablado de los diferentes dones que Dios ha regalado a cada uno, y cómo pueden ser usados para la edificación del cuerpo de Cristo, esto es, el conjunto de cristianos en cada congregación, y extendiéndolo a la iglesia de Cristo repartida por el mundo. 

    Una vez más vemos que Pablo trata temas similares para diferentes iglesias, ya que en todo lugar y en todo tiempo, el ser humano sufre de limitaciones y tentaciones similares. También en el capítulo 12 de Corintios Pablo habla de cómo los cristianos, cada uno con diferentes dones, nos complementamos unos a otros, formando un cuerpo en Cristo. Aquí el apóstol presenta diferentes dones espirituales con los que el Señor permite que nos edifiquemos mutuamente en la congregación. Pablo nombra algunos en el texto, y cada uno como bien dice, para provecho del cuerpo que es la iglesia:

    “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.
    Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.
    Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.” 1 a los Corintios 12:4-6

    Algunos dones son de conocimiento, por los que pueden ayudar a los demás a entender la Palabra, otros de servicio, con los que echan una mano en las necesidades físicas de la congregación, otros de generosidad, que saben notar las necesidades especiales para ser de bendición de tantas formas. Los dones son distintos, los ministerios en los que estos son utilizados son diferentes, pero el Dios que da los regalos con los que servimos a otros es el mismo, y todos los dones son útiles y provechosos. 

    Y es que el deseo de Dios es “que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.
    De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.” Concluye el apóstol diciendo: “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.” (12:25-27)
     
    Así que después de dar una lista de los regalos que Dios ha repartido a su iglesia, Pablo les abre las puertas a un regalo que todos hemos recibido de Dios. Acaba así el versículo 31: “Mas yo os muestro un camino aun más excelente.”

    En el famoso capítulo 13 sobre el amor, Pablo presenta la importancia de amar como Dios nos ha amado. El apóstol dice que aunque uno pudiera hablar el idioma de los ángeles, el don de lenguas no serviría para nada si no se tiene amor. Sería mero ruido, metal que retiñe, címbalo que resuena. “Y si... entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, (pero) no tengo amor, nada soy.” Fíjate; ni el don de profecía, ni el de conocimiento de la Palabra y ni siquiera la fe capaz de mover montañas llega a ser eficaz si no viene acompañada de amor a Dios y al prójimo. 

    Podrías ser tan generosa que repartieras todos tus bienes; tan entregada que acabaras en la hoguera por tus convicciones, pero si no tienes amor, dice la Palabra de Dios que de nada te sirve. 

    Todos hemos conocido a alguien con creencias firmes, o con un increíble talento, o con formación que supera a la de la mayoría, pero que no llega a tener un impacto positivo en este mundo porque le falta afecto hacia los demás. 

    Dios dice que el amor genuino es mucho más valioso que cualquiera de estos dones. El apóstol describe así el amor que Dios da: 

    “es sufrido, es benigno.” Pablo acababa de tratar el tema de la ofensa, de cómo algunos ofendían sin pensarlo, y como algunos se sentían ofendidos fácilmente. Y aquí afirma que el amor no se ofende fácilmente por las acciones de otros (es sufrido). Y al otro lado de la moneda, es benigno, por lo que procura no ofender. 


    “el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo,...

    • 9分
    Corintios-099 Imítame

    Corintios-099 Imítame

    Podríamos decir que esta es una invitación atrevida. Cuando le decimos a otro que nos imite, se supone que nuestra conducta es no sólo aceptable, sino admirable. Cuando estás aprendiendo un idioma, intentas imitar a alguien que tenga buen dominio del idioma. Si estás aprendiendo un deporte, quieres imitar a uno que lo juegue bien.

    Pablo dice en el capítulo 4:16 “os ruego que me imitéis” y en el 11:1 “Sed imitadores de mí, como yo de Cristo.” Él era una persona fiable para imitar, porque él mismo imitaba al Maestro. Cuando nosotros imitamos a Dios, otros pueden imitarnos con confianza.


    Pablo repite este imperativo en otras cartas. Lo dice a los Tesalonicenses, a los Filipenses, y a los Efesios directamente les pide que imiten a Dios.

    Cualquiera de nosotras que vivamos imitando a Dios podríamos decir a otros al igual que Pablo que nos imiten a nosotros.

    ¿Alguna vez has estado perdida en una ciudad, y bajando la ventanilla has pedido dirección al coche de al lado. La forma más segura de llegar es cuando esta persona sabe adónde vas y te dice: “Sígueme.” Del mismo modo, si nosotras sabemos lo que Dios desea y lo estamos haciendo, los que nos sigan llegarán a buen fin con nosotros.

    ¿Qué debían imitar? Para verlo debemos leer el final del capítulo 10: “yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.”

    Con esto no quería decir que intentaba agradar a todo el mundo, una meta imposible de alcanzar, y no lo que Dios pide de nosotros. Más bien les estaba diciendo que debían glorificar a Dios con sus vidas, intentando no ser de tropiezo a nadie,

    Pablo, en el capítulo 10 les había advertido contra la idolatría. Curiosamente, el ejemplo que da al pueblo puede sorprendernos, porque no les recrimina aquí que adoraran a otros dioses, lo cual el Señor condena, sino que les acusa de rendir culto a uno mismo. Dice el versículo 7: “Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.” Uno pensaría, “¿Qué hay de malo en ello? No hay nada de malo en el mero hecho de comer o beber, o jugar, pero el texto denunciaba que algunos vivían para sí mismos, posicionándose ellos como el centro de su universo, y dándose culto a ellos mismos. En lugar de vivir para agradar a Dios, vivían para agradarse a sí mismos.

    Pablo mostraba con su vida algo muy distinto, procurando el bien de otros y deseando para ellos la salvación del alma.

    Así debemos vivir, conscientes de que aún deseando hacer lo correcto, lo natural para nosotros es la idolatría, y fácilmente nos quejamos y tentamos a Dios con nuestro egoísmo.


    “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” Así anima el apóstol a estar alerta si no queremos caer. Mas lo bonito es que las situaciones que se nos presentan las podemos enfrentar con éxito si seguimos el ejemplo de Cristo, el supremo maestro. Este nos dice: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”

    Hasta Jesús fue tentado, y resistió haciendo buen uso de la Palabra de Dios. La salida siempre está ahí, a nuestro alcance. Sólo tenemos que tomarla, confiando en el que nos la ha dado. Pablo resistía la tentación de mirar por su propio bienestar porque valoraba más la salvación de almas, y Dios le permitió mantenerse fiel al evangelio para su bien y el nuestro.

    Fiel es Dios, que no nos dejará solos en la tentación. Si le seguimos, no nos perderemos; llegaremos a nuestro destino; si le imitamos, seremos más y más como Él es.

    • 6分
    Corintios-098 ¿Quién ha de juzgar?

    Corintios-098 ¿Quién ha de juzgar?

    En la segunda parte de la primera carta a los Corintios, Pablo trata una serie de temas por los que la iglesia de Corinto había preguntado. Habían preguntado sobre si era mejor servir al Señor casado o soltero, o si era lícito comer lo sacrificado a los ídolos. Pablo contestaría estos temas, pero antes, en el capítulo 6, les amonesta sobre algo que había llegado a sus oídos. Algunos de la congregación, habiendo tenido algún desacuerdo con otro creyente, había denunciado el caso para que un juez decidiera sobre el asunto. Pablo consideraba esto como desacertado, ya que dos cristianos que están en desacuerdo deberían poder llegar a un acuerdo sin necesidad de que un juez tenga que mediar. Dice Pablo en los primeros dos versículos: 

    “¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?

    Si Dios ha anunciado que en el juicio final, nosotros juzgaremos la Tierra con Él, dice Pablo, ¿cómo no vamos a poder juzgar las pequeñeces que nos dividen?

    “Así que, (prosigue Pablo) por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos.”


    ¿Tiene sentido que dos creyentes tengan que ir a juicio? Lo ideal sería que entre cristianos, primeramente, no hubiera pleitos; que como dice el texto intentáramos por un lado no defraudar al hermano, y cuando nos sintamos defraudados, soportáramos el agravio sin causar pleitos. Mas cuando estos surjan, busquemos ayuda entre hermanos, para llegar a un acuerdo sin tener que llevar las discusiones a las instituciones públicas.

    Las aclaraciones de Pablo sobre diversos temas se encuentran en diferentes capítulos. Los corintios habían preguntado sobre qué era mejor, si servir al Señor estando casado (como lo estaba Pedro), o si era mejor estar soltero, como era el caso de Pablo. Específicamente parece que su pregunta trataba la situación de viudos y viudas. Hay incluso buenos motivos para creer que Pablo había perdido a su esposa en su juventud, antes de conocer a Cristo. Pablo es muy cercano y sincero en su respuesta, dando tanto los beneficios como los inconvenientes de cada situación. Expresa que mejor sería si un viudo o una viuda no se volviera a casar, porque así tendría más libertad para servir al Señor, sin tener que repartir el tiempo entre las cosas de Dios y de la familia, pero asegura enfatizar que eso era su opinión personal, y que la relación íntima pertenecía exclusivamente al ámbito matrimonial. Pablo enfatiza que si uno estaba casado, debía permanecer con su esposa, y atender a su familia fielmente. Es probable que algunos, después de recibir el evangelio, hubieran sentido el deseo de salir como Pablo a compartir y ayudar a otros, mas Pablo quería dejar claro que los que están casados tienen una obligación personal a su familia, y no es correcto desatenderlos para “hacer la obra de Dios.” 


    Otro tema que trató con ellos fue el de no ser tropiezo a otros. Así como tuvo que hablar a los de Roma sobre el principio del respeto por encima de los derechos personales, Pablo advierte a los corintios en el capítulo 8:8-9:  
    “Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos. Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles.”

    Pablo dice, que no pecamos por comer carne que alguien ha sacrificado a los ídolos, pero podríamos pecar contra nuestro hermano por ser desconsiderados. Sería mejor abstenerse de “comer lo sacrificado a los ídolos” con tal de respetar la conciencia del que está con nosotros que disfrutar

    • 7分
    Corintios-097 No me pertenezco

    Corintios-097 No me pertenezco

    En la segunda parte del capítulo 6 de Corintios, Pablo continúa respondiendo aquellas cuestiones que los creyentes en Corinto no parecían tener claras aun. Pablo les habla aquí de la importancia de dar gloria a Dios con nuestros cuerpos.

    Comienza en el versículo 12 diciendo: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna. Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder.”

    Al mismo tiempo que somos libres en Cristo y no dependemos de una obediencia a leyes sobre tales cosas como la comida, debemos recordar que no deberíamos dejar que nada terrenal tome las riendas de nuestra vida. Pablo está diciendo que debemos recordar que las cosas de esta vida son pasajeras, y por lo tanto, serán destruidas, pero lo que hagamos con nuestro cuerpo tiene efectos duraderos. “El cuerpo es para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y un día 
    El mismo que levantó el cuerpo de nuestro Señor levantará el nuestro con su poder. 


    “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?” pregunta Pablo por si no se han enterado. Así que, si mi cuerpo es un miembro de Cristo, pregunta Pablo: 

    “¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.”


    Este texto es un tanto explícito. Habla de la unión sexual, y cómo cuando dos personas se unen físicamente, llegan a ser uno. No es algo que se debe tomar a la ligera. El sexo no es una actividad de ocio para practicarla con quien apetezca en el momento. Dios deja claro en su Palabra que Él diseñó el sexo para el matrimonio. Por eso cuando habla de la unión matrimonial, dice “y serán una sola carne.” Esto, aunque no se limita a la relación sexual, sin duda deja claro que el matrimonio es el ámbito para la culminación de la intimidad en pareja. 

    Pablo va más allá, y compara esta unión íntima con nuestra unión al Señor. “El que se une al Señor, un espíritu es con él” Y es que este no es el único lugar en la Biblia en el que la unión matrimonial es utilizada para presentar la unión espiritual entre Cristo y su iglesia. 

    Pablo dice, cuidado a quién das tu cuerpo, porque al dar tu cuerpo, estás dando tu todo. Así como nuestra unión a Dios ha de ser exclusiva, debes reservar la unión física más íntima para el matrimonio, y no compartirla con cualquiera. 
    El hecho de que la unión física represente la íntima unión espiritual existente entre Dios y el que a Él se entrega es suficiente argumento como para pedir que esta mantenga su exclusividad, mas Pablo ofrece aún otra razón en los siguientes versículos: 

    “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

    Nuestro cuerpo no es nuestro; pertenece a Dios. Si has recibido a Cristo en tu vida, el Espíritu Santo de Dios mora en ti, y tu cuerpo es su templo. 

    Ya lo había dicho Pablo en el capítulo 3:16-17 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

    Cristo ha pagado gran precio por ti; su vida. Tiene sentido que todo nuestro...

    • 8分

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