Te prometo que sí se puede Aniela GA

Ser o no ser responsables, esa es la cuestión. Y es que cabe señalar, que si escarbamos un poco en lo que implica ser responsables nos vamos a encontrar con que necesitamos habilidades blandas (o soft-skills pa' los cuates) para hacer frente a las situaciones a las que nos tenemos que enfrentar... y es que pareciera que no nos estamos dando chance de ser adultos.

¿Qué harías si un día te vuelves una lidereza o líder y te topas con un miembro del equipo que dice que "pasar es pasar"? ¡Ahí sí dolió, ¿verdad?! Pues es que resulta y resalta que ningún tipo de carrera se construye caminando tranquilito, ¡Ya quisiéramos!. Y es que lo cierto es que para lograr lo que queremos, tiene que doler. Te explico por qué.

Seguro lo has escuchado (y si no, ahí te va)... "Ponte las pilas", "ponte buzo, caperuso" ¿Te suena? ¿Qué tiene que ver todo esto con el sentido común? Que dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos, y es sumamente necesario en este melting pot de habilidades para resolver problemas. A mi querida chaviza, aquí les va la neta del planeta sobre "ponerse vivos, pilas o abusados" como le quieras decir.

Ese momento en el que te pones las dos manos en la cabeza para echar hacia atrás tu pelo, mirar la situación con los ojos más grandes que los de una caricatura japonesa y más preocupado(a) que si hubieras reprobado el primer parcial del primer semestre… o sea, hay bronca y no es pequeña. Pero cometer errores no es tan malo ¿sabías? En realidad es el momento del mayor aprendizaje, claro, si te das cuenta del valor que tienes ahí. Así que, pásale a lo barrido y ponte cómodo(a), esta vez respira profundo y escucha con apertura. Abrazo grupal.

Admiro inconmensurablemente (palabra de profesora investigadora jiji) a las personas disciplinadas. Es que en serio ¿cómo logran estar ahí en tiempo y forma con sus decisiones? El ejercicio diario, la lectura de 20 minutos a las 9pm, las cinco comidas, la tarea antes de las 6pm… o sea, ¿Son semidioses o qué onda? Bueno, pues una terrenal que de disciplinada no tiene nada les contará de su travesía por el camino hacia hacer su vida más ordenada, menos estresada y mejor... de ese tamaño. Como siempre digo, si no lo hacemos por amor, hagámoslo por negocio. La indisciplina cuesta caro.

La Netflix no es un tema nuevo ni les vengo a contar cosas que ustedes ya saben. Pero la motivación parece ser la sazón de la vida universitaria y, que cuando no se tiene, la carrera se vuelve insípida como la sopa maruchan sin su salsita Valentina de todo #estudihambre que se respeta. ¿Vale la pena anclarse en la motivación? ¿De verdad necesito de esto para perseguir mi sueños? Pásale a lo barrido, igual y te hace sentido algo de lo que te cuento aquí.