Un Siervo Para Su Gloria Ezequiel Guzman

Unas de las tareas más difíciles que enfrentan los líderes es encontrar quien le suceda, entrenar a otros para set líderes. Muchos grandes logros fueron iniciados por personas de gran capacidad cuya vida o carrera terminó antes de que la visión se hiciera realidad. La muerte es la última fecha tope de los líderes. Un de las mejores pruebas de nuestro liderazgo esa dispoción y capacidad que demostremos para entrenar a otros para que ocupe nuestra posición. Moisés tomos un desicion excelente (admirable) cuando cuando escogió a Josué como ayudante. Esa se selección después fue confirmada por Dios mismo cuando mandó a Moisés que comisionar a a Josué. (Num 27:15-23). Josué había jugado un papel clave en el Éxodo (Egipto). Como como jefe del ejército de Israel, fue única persona a la que se permitió acompañar a Moisés parte del camino cuando este subió al Sinaí para recibir la Ley. Y es en este contexto donde, luego de la muerte de Moisés, Dios le encomienda el liderazgo del Israel, para lo cual se señala de manera imperativa la necesidad de esforzarse y ser valiente, estudiar, aplicar (obedecer) y modelar los mandamientos, lo que a su vez le garantizaría el éxito en la misión encargada.

Estamos viviendo en un tiempo excepcional. Nunca he visto al mundo entero tan atenazado por el temor y la incertidumbre. Los expertos y los profetas están opinando todos ellos sobre lo que significa esto, por qué está sucediendo y cuánto tiempo durará. Yo no conozco todas las respuestas, pero hay algunas cosas que podemos saber con seguridad. Como hijos de Dios, tenemos acceso a una paz que sobrepasa todo entendimiento; es decir, no es natural o carnal. Es sobrenatural, superando lo que la mente y el intelecto pueden comprender. Eso es importante porque lo que necesitamos en este momento no es más información, pues estamos siendo bombardeados con noticias. Lo que necesitamos es algo que vaya directamente a lo más hondo de nuestro ser y nos fortalezca desde el interior. Eso es lo que hace la Palabra de Dios

Según estadísticas, los adultos invierten un promedio de entre 4 y 5 horas diarias frente a la pantalla de su teléfono específicamente. Además de eso, una persona promedio checa su teléfono cada 12 minutos. Es decir, más de 80 veces al día. Industrias enteras y las redes sociales mismas tienen como objetivo capturar tu atención y mantener tus ojos en sus contenidos por la mayor cantidad de tiempo posible. Eso por eso que tenemos una nueva tentación con el acceso a la tecnología: una creciente distracción que nos puede desenfocar de lo más importante.