Pastor Miguel Diaz Ortiz Ministerios Unidos En la Fe

El pueblo pecó de dos maneras: hablaron contra Dios y contra Moisés, debido a esto estaban muriendo. "La paga del pecado es la muerte" (Rom 6:23). Aquí tenemos los dos aspectos de la ley de Dios: conducta hacia Dios y conducta de los unos con los otros. 

Por más que seamos hij@s de Dios, no tengamos duda alguna de que también experimentaremos tiempos difíciles en la vida. El ser un hijo/a de Dios no te exime de esto y debes contar con ello. Es más, necesitamos estar preparado y no “tirar la toalla”.

En el versículo 48 del pasaje que hoy nos ocupa, Jesús da la razón básica por la cual las personas no creen: quieren ver señales y experimentar maravillas. Tengan presente que Satanás es capaz de realizar señales y milagros para engañar (1 Tes 2:9-10). Si nuestra salvación se basa en sensaciones, sentimientos, sueños, visiones, voces o cualquier otra evidencia carnal, nos hallamos en terreno peligroso. Es la fe en la Palabra de Dios que nos da la seguridad de la vida eterna (1 Jn 5:9-13).

¿Qué nos enseñan los Salmos? La pregunta es buena, porque como todas las Escrituras, el himnario de Israel es útil para enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia (2 Timoteo 3:16). Sin embargo, no fue escrito primordialmente para orientarnos, sino para adorar al Señor y clamar a él.

No se comprende cómo hay personas que dicen amar a Dios, pero no pueden o no quieren asistir a la iglesia una hora a la semana. Es cierto que Dios está en todas partes, sin embargo el hombre necesita un lugar y una hora determinados para adorar a Dios, para no correr el peligro de olvidarse de Él. 

Escondido en esta hermosa descripción poética del lugar del hombre en la creación, yace mucha enseñanza práctica para nosotros de hoy. Con la ayuda de las referencias al Salmo 8 que se dan en el NT, descubriremos algunas de las lecciones que se hallan aquí.