Historia de la Virgen de Fátima RadioSeminario

Sor Lucía la única testigo de las apariciones sobrevivió a los otros dos pastorcitos, entró como religiosa en el Carmelo Descalzo y durante toda su vida tuvo varias apariciones en distintos momentos de su vida. 

Jacinta Marto murió con tan solo 9 años tan solo un año después que su hermano Francisco, en los meses posteriores a las apariciones Jacinta estaba muy preocupada por la visión que tuvo del infierno que le marcó hondamente y que le hubiese gustado que la Virgen hubiese mostrado a mayor número de gente. Al igual que a su hermano, Jacinta enfermó por la gripe española de 1918 que sumado a una pleuritis hizo que falleciera en Lisboa el 20 de febrero de 1920.

Las palabras del ángel en su tercera aparición hicieron profunda impresión en la vida del pastorcito quien trataba solamente en pensar en consolar al Señor y a la Virgen, Francisco decía: ¿Cómo es Dios? No lo podemos decir, pero que pena que él esté tan triste. Pasó sus últimos días pensando en esa tristeza del Señor y en la manera de que pudiera ser consolado.

Sábado 13 de octubre de 1917, bajo una lluvia torrencial miles de personas acompañaban esta vez a los tres pastores y al llegar a Cova de Iria la gente cerró sus paraguas para rezar el Rosario, en esto la Virgen vuelve a aparecer haciendo varias peticiones; que se siga rezando el Rosario todos los días y que construyan un oratorio a ella a la Virgen del Rosario.

«Y abriendo las manos –añadió Lucia–, las hizo reverberar en el sol, y según se iba elevando, continuaba proyectando en el sol el reflejo de su propia luz. Mi intención no era llamar la atención del pueblo, pues ni siquiera me daba cuenta de su presencia. Lo hice llevada de un impulso interior que me movió a ello».

La multitud contempló, absorta, el prodigio. El cielo se abrió, cesando la lluvia de inmediato y deshaciéndose las nubes. De repente, el sol empezó a girar sobre sí mismo, como si fuera una rueda de fuego, mientras diseminaba por todas direcciones resplandores amarillos, verdes, rojos o azules. Minutos después, el sol se detuvo para reanudar poco después su increíble danza, como si fuese a desprenderse del firmamento y a precipitarse sobre el gentío. Presos del pánico, algunos cayeron de rodillas para rezar o gritar hasta enronquecer sus gargantas.

Jueves 13 de septiembre de 1917; los pastorcitos volvían como cada mes a Cova de Iria acompañados de miles de personas que apenas les dejaban andar, todos querían ver a los pastores y a Nuestra Señora.

Cuando terminaron de rezar el rosario en Cova de Iria, Nuestra Señora se apareció, la Virgen les pidió que siguieran rezando el rosario para conseguir el fin de la guerra y les promete que en octubre hará el milagro que tanto desea el pueblo.

19 de agosto de 1917, los pastorcitos días después de haber sido arrestados por el Administrador de Ourém para revelar los secretos de la Virgen sin soltar una sola palabra volvieron a ver a la Virgen sobre la encina. Lucía le pregunta que hacer con los donativos que las personas dan, y la Virgen les pide que construyan una capilla y la Virgen les pidió que siguieran rezando todos los días y acudiendo cada día 13, y que el último mes obrara el milagro que tanto ansían.