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En la prédica del día de hoy, Gerardo Berrones habla sobre la salvación a través de la fe por medio de la gracia. Nos recuerda el pacto Abrahamico y como podemos vivir perdonados en libertad, y cuales son las amenazas que enfrentamos en la iglesia que pretenden robarnos del gozo de ser justificados por medio de la fe por la obra de Cristo.

Dios te esta llamando, el éxito no depende de tus metas cumplidas, el éxito es cumplir y confiar con lo que Dios te esta pidiendo y esperar en el desierto. La bendición que Dios tiene para ti, esta acompañada de un momento a solas en el desierto con él. ¿Cuál es tu desierto? ¿Estas caminado confiado en lo que Dios quiere y esperando con paciencia el éxito que él tiene preparado para ti? A Dios no se le está escapando tu vida, tus acciones, tus enfermedades o tus problemas, él está en control de todo y por eso camina confiado porque él esta en control y tiene preparado el camino para ti.

Reflexionamos sobre la importancia de arraigarnos y edificarnos en Cristo. Reconocimos el peligro del individualismo tóxico y la necesidad de orar no solo por nuestras propias necesidades, sino también por los demás, incluyendo a la iglesia y a sus líderes. Pablo nos enseñó que la verdadera sabiduría viene del conocimiento de Dios y no de los falsos profetas, invitándonos a seguir los pasos de Jesús. Al caminar con Cristo, maduramos y nos volvemos fructíferos. En resumen, en Cristo encontramos siempre la solución a nuestros desafíos.

En esta poderosa predicación, exploramos el llamado al ministerio según las Escrituras. Desde la exhortación de Pedro a pastorear el rebaño de Dios hasta la revelación de Pablo sobre el misterio de Cristo, se nos insta a entender y abrazar la verdadera naturaleza del servicio. A través de la experiencia de Pablo y su gozo en el sufrimiento, comprendemos que cada desafío en el ministerio es una oportunidad para glorificar a Dios. Descubrimos que Cristo es la esencia misma de nuestro ministerio, y que proclamar Su nombre es nuestro propósito supremo. Se nos recuerda que todos, como siervos de Dios, somos llamados a ministrar con fervor y entrega total. La clave para un ministerio efectivo radica en nuestra dependencia del poder de Cristo y en la disposición a darlo todo por Su causa. Así, al abrazar nuestro llamado con alegría y valentía, nunca nos arrepentiremos de seguir y servir a nuestro Señor.

En esta poderosa predicación, se destacó la supremacía de Cristo en todas las áreas de nuestra vida. Basados en una selección de versículos bíblicos clave, se enfatizó que Cristo es la imagen visible del Dios invisible, trascendiendo el tiempo y el espacio. Desde la eternidad hasta la creación y redención, Cristo ocupa el lugar supremo. Nos recordaron que todas las cosas existen por Él y para Él, incluyendo nuestra reconciliación con Dios.


La pregunta crucial fue planteada: ¿Quién eres en Cristo y quién es Cristo en ti? Reconociendo nuestra condición de pecadores por elección, se resaltó la necesidad imperativa de la reconciliación con Dios a través de Cristo. Mantenernos firmes en la verdad de la supremacía de Cristo nos asegura la salvación.


El desafío final fue claro y directo: hacer de Cristo lo primero en todo. Esta es la clave para vivir una vida plena y conforme al propósito divino. Que este mensaje nos inspire a colocar a Cristo en el centro de nuestras vidas, en todas nuestras decisiones y acciones.

Los creyentes tienen que aprender a moverse entre tener concesiones espirituales y compromisos morales, lo que la mayoría de las veces resulta un alejamiento de la fe.
No muy diferente a la iglesia de Colosas, en esta carta nos podremos dar cuenta cómo los problemas de esa época pueden relacionarse fácilmente con lo que como creyentes vivimos hoy en día.