Historiando con miss histeria Cecilia Pérez

Años de terminada la Revolución mexicana, el descontento por el nuevo régimen fue un campo fértil para el surgimiento y adaptación de las nuevas ideas nacionalistas europeas nacidas en la posterioridad de la Primera Guerra Mundial. Algunos mexicanos habían llegado a admirar el nazismo alemán y el fascismo italiano.

La confirmación de la importancia de las máscaras en
la cultura mexica proviene de las docenas de máscaras mexicas que sobreviven en
los museos de hoy, la mayoría en la Ciudad de México, que se encuentra sobre
las ruinas de la capital mexica, Tenochtitlán. Las colecciones de máscaras
mexicanas han aumentado considerablemente desde 1978 con las docenas de
máscaras encontradas en ofrendas dedicatorias excavadas en los cimientos del
antiguo Templo Mayor, o “Gran Templo”.

Entre las culturas de la Mesoamérica precolombina, las máscaras desempeñaban una función metafísica, representando dioses y la creación divina, además de demostrar riqueza, estatus social y ceremonial. Después de la invasión y colonización española, la evolución de las máscaras sigue el rastro de la hibridación de culturas.

Nada se compara con la sensación de estar solo en la cima de una pirámide maya y ver solo selva hasta donde alcanza la vista. Los antiguos mayas, cuyos primeros asentamientos datan de alrededor del año 2000 a.C., vivían en lo que hoy es el sur de México y el norte de América Central. Como civilización, son reconocidos por sus sofisticados sistemas de calendario y escritura jeroglífica, así como por sus logros en áreas como la agricultura y la arquitectura.

La ciudad de Catemaco se encuentra en una encrucijada de geografía, tiempo y espacio. El nombre de esta ciudad selvática junto al lago de 35,000 habitantes proviene del idioma de los antiguos aztecas, el náhuatl, y significa aproximadamente "El lugar de la casa en llamas". Aislado durante mucho tiempo del resto de México.

Ubicado a orillas del pintoresco lago que comparte su nombre, Catemaco en el este de México es un centro de magia y brujería reconocido internacionalmente. El primer viernes de marzo, la pequeña ciudad celebra su festival anual de brujería y atrae a aproximadamente 5000 visitantes de todo el mundo.