Listas en 5 Minutos Angie Matamoros

¿Tienes un jefe injusto? ¿Por más que das todo de ti, parece nunca ser suficiente? Bueno, no eres el único. Resulta que esta situación de jefes astutos y empleados con impotencia no es precisamente nueva. A la luz una historia registrada en el primer libro de la Biblia, veremos cómo el hecho de ser conscientes que Dios se da cuenta de todo lo que nos ocurre, cambia por completo nuestra perspectiva en cuanto a nuestra manera de reaccionar ante una situación similar. Pues aunque no tengas el poder para cambiar lo que ocurre, el Dios Todopoderoso sí y, definitivamente se encargará de dar a cada uno según lo que sea justo.

La época de invierno, que puede simbolizar tristeza para algunos adultos, es una gran época para los pequeños. Hacer proyectos en nieve es una de las cosas que encuentran más emocionantes hacer los niños y niñas en los países del norte. Sin embargo, considerando la naturaleza pasajera de estos proyectos, me puse a pensar en cuántas de las cosas que nos esforzamos por conseguir, son tan similares a un refugio de hielo.

Hay mucho para decir de estos temas que de a poco se han ido normalizando en nuestra sociedad y es que, si tomamos como referencia al mismo Saúl quien por su desesperación y rebeldía decidió acudir a la adivina de Endor, no nos debe sorprender que estas prácticas, o matices de ellas se encuentren camufladas entre aquellos que dicen (o decimos) creer genuinamente en Dios.

Haciendo una pausa en la vida de inmigrante me encontré una historia de Max Lucado que nos puede traer un poco de luz reflejando el poder inmenso que hay en la oración.

Por más extraño que parezca, el ser humano sin importar su situación al parecer siempre encuentra alguna razón para quejarse. Dios, aunque siempre es bueno y paciente llega al punto en que no soporta más nuestro desagradecido corazón y toma medidas extremas. En este episodio veremos porqué algo tan simple como sentir nostalgia por la comida, puede ser algo terriblemente negativo para nuestras vidas si no entendemos las consecuencias de los que hacemos. 

Disfruté demasiado mis días acampando. En este episodio les contaré como pasé del espíritu hippie de querer acampar por siempre a querer volver pronto a casa. Todo esto por supuesto aplicado a la lección más grande que muchas veces olvidamos: Esta tierra es apenas un lugar temporal de paso.