Relatos y pensamientos Cristóbal Holzapfel

Diversas voces de la venerable tradición nos advierten que de la fatalidad nadie se puede librar, pero el destino suele dar lugar a que tú mismo lo puedas forjar.

Tanto en las relaciones humanas como en la relaciones internacionales entre Estados suele haber enemistad, pero ésta se acaba cuando surge un enemigo común.

Precisamente porque la fantasía, entre todas nuestras facultades, es la más propensa a romper con todo límite, a tal punto, que es la que más puede contraponerse con la realidad, ésta misma la lleva en ocasiones a estrellarse contra ella. 

Ejemplo éste que nos muestra lo que puede ocurrir cuando no eliminamos algo malo, cuando está comenzando a echar raíces. 

Hay un sugestivo contraste entre deseo y amor con respecto a la realidad, que destaca Stendhal: en general, los deseos que tenemos tienen que ajustarse a lo real, a ciertas condiciones dadas, en cambio con el amor sucede, en vistas de su propensión a la ilusión, que la realidad se acomoda a él.

La foca, el búfalo, el ganso tienen su entorno, pero en el caso del ser humano nos encontramos con un espacio que va más allá de cierto entorno delimitado y que en definitiva abarca el mundo, lo que trae consigo que él intervenga, modifique, transforme, y lamentablemente de modo violento, aquellos entornos.