Episodio 86 - Padre millonario, hijo buena vida, nieto pobre Consejo Financiero
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Uno de los mayores retos de cualquier persona que ha trabajado diligentemente durante años y ha logrado cosechar frutos de su esfuerzo es hacer que ese legado patrimonial permanezca y crezca en manos de las siguientes generaciones, ya sean hijos, nietos y demás. ¿Por qué?
Porque se requiere de gran sabiduría para preparar a dichas generaciones a ser buenos administradores de lo heredado.
Hay algo espectacular que registra las escrituras en el libro de proverbios que dice: “La gente buena deja herencia a sus nietos”.
¿Y esto que quiere decir? Que la persona sabia no sólo se conforma con dejarle herencia a sus hijos, sino que aspira a transferir su legado patrimonial a más generaciones.
El problema es que en la mayoría de los casos, la riqueza se va perdiendo conforme ésta va pasando de una generación a otra.
Un ejemplo de ello es el siguiente. Si desempolvarás una revista Forbes de la década de los 50, consultaras la lista de las familias más ricas e influyentes de entonces y la compararás con una lista de hoy, te darías cuenta que sólo menos de un 40% de dichas familias permanecen hoy.
Y esto también trasciende al ámbito empresarial. Según un estudio que hizo la firma PricewaterhouseCoopers, en el 2012, se encontró que un 70% de las empresas no pasan de la primera generación, un 15% no pasa de la segunda, un 12 por ciento no sobrevive a a la tercera generación y tan sólo un 3% permanece luego de la cuarta generación.
Así las cosas, la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Por qué se va perdiendo la riqueza familiar con el paso de los años y terminamos viendo padres ricos, hijos buena vida y nietos pobres?
¡Acompáñame en este episodio y descubrámoslo juntos!
¡Here we go!
Si quieres echarte una pasadita por mi casa, ve a:
www.consejofinanciero.com
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Porque se requiere de gran sabiduría para preparar a dichas generaciones a ser buenos administradores de lo heredado.
Hay algo espectacular que registra las escrituras en el libro de proverbios que dice: “La gente buena deja herencia a sus nietos”.
¿Y esto que quiere decir? Que la persona sabia no sólo se conforma con dejarle herencia a sus hijos, sino que aspira a transferir su legado patrimonial a más generaciones.
El problema es que en la mayoría de los casos, la riqueza se va perdiendo conforme ésta va pasando de una generación a otra.
Un ejemplo de ello es el siguiente. Si desempolvarás una revista Forbes de la década de los 50, consultaras la lista de las familias más ricas e influyentes de entonces y la compararás con una lista de hoy, te darías cuenta que sólo menos de un 40% de dichas familias permanecen hoy.
Y esto también trasciende al ámbito empresarial. Según un estudio que hizo la firma PricewaterhouseCoopers, en el 2012, se encontró que un 70% de las empresas no pasan de la primera generación, un 15% no pasa de la segunda, un 12 por ciento no sobrevive a a la tercera generación y tan sólo un 3% permanece luego de la cuarta generación.
Así las cosas, la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Por qué se va perdiendo la riqueza familiar con el paso de los años y terminamos viendo padres ricos, hijos buena vida y nietos pobres?
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