El Método Arjona Project EMAP

Que misterio, que misterio el que tendrá, qué tendrá el número 7¿?
Si, por qué tantas personas llegarán a la peluquería a pedirle al peluquero que les haga el siete¿?

Seguramente en el espacio, es sea un gran misterio, y más, porque hasta donde hemos visto, los seres estelares carecen de pelo. Lo que será una gran ventaja, pues no tienen que sufrir con un peluquero que confunde un centímetro con cinco y siempre corta más de la cuenta.

Si eso no les parece misterioso, están en lo cierto, pero si se adentran en lo más profundo de este capítulo, se convencerán de que somos un enigma ambulante y la única certeza que tenemos en este mundo, es que cuando nos juntamos a hablar mierda, siempre nos reímos mucho.

Si buscas un episodio para escuchar en pareja, déjanos decirte que esto no es.

Porque sí, hablamos muchos temas que les van a interesar a todos los que han vivido, o viven, con alguien, pero no salió como esperábamos.

O sí, salió muy divertido, nos reímos como locos, pero en cada tema que hablábamos, vimos que las parejas que asistieron a Mero Bar hubo discusiones fuertes y manotazos y miradas. 

Por eso les recomendamos escuchar en audifonos, escuchar por separado, y comentar en nuestras redes: lo bueno, lo malo, lo bonito y lo feo de vivir en pareja. 

Además, sabemos que pasan muy bueno viendo y escuchándonos, por eso les pedimos que por lo menos traten de convencer a un amig@ de vernos. A uno. Eso nos ayudaría a crecer mucho más como proyecto.

¡Los amamos! 

No tenemos mucho de que hablar al respecto, pues nuestra vida romantique poco se ha basado en estas  experiencias tecnológicas modernas.
Aunque si tuvimos cuenta, fue hace muchos años.
Afortunadamente la vida nos premió con reconocimiento y descubrimos que no es necesario ir a Tinder, cuando existe Instagram.
Aunque lo cierto es que en cualquiera de las dos plataformas siempre va a existir el riesgo, de que en la primera cita, la futura exnovia se aparezca con los dos niños.

No pedimos venir al mundo, y aún así, nacimos. Ya en otros episodios habíamos conversado largo y tendido sobre crecer, y en Bogotá, en el Teatro Ecci, nos explayamos en quejas y reclamos sobre la vida adulta.

Es muy hermoso que cientos de personas se rían a todo pulmón por nuestras ocurrencias, muchas de ellas muy pendejadas, y otras, que son para reflexionar y hacerse un autoexamen.

Bogotá, nos vamos a demorar en volver, pero la idea es cerrar el año a lo grande en un súper teatro, y lo queremos ver lleno a reventar.

No nos fallen cachetones.

Si fuéramos jueces o legisladores, nuestras cartas magnas estarían repletas de leyes, decretos, sanciones y llamados de atención por cosas mínimas, absurdas y tontas.

Menos mal no somos dictadores ni reyes. Pobres vasallos mandados al calabozo por pasar con la carreta mojando gente, o por asaltar la alacena ajena, o por vestir elegante su animal de compañía.
Ahora, por más sacadas de los cabellos, muchos de ustedes también mandarían a la cárcel por nuestras razones, no lo nieguen.

En fin. Cosas que también deberían dar cárcel: no escuchar, no dar me gusta y no compartir los episodios del Método Arjona. ¡Estamos vigilantes!

Sin importar el estado de salud, e incluso haciendo el show sobrios, decidimos cumplir al cita con nuestros fans que siempre llenan Mero Bar, y hablar de una época dura pero importante, donde uno no es niño pero tampoco responsable.

Esta vez no prometimos NO hablar de sexo, porque nos quedábamos sin tema.
Nuestras ocurrencias, que casi todas son reales, más las historias que nos manda el público y los desparpajados que se animan a hablar, salió un episodio muy muy brutal. 

Gracias por creer, ver, escuchar y compartir este humilde podcast.
¡Los queremos montones cachetones!