11 episodes

Una catarsis de emociones humanas.

Bla Bla PaTo Lopardo

    • Society & Culture

Una catarsis de emociones humanas.

    Dolar

    Dolar

    Desde que empezamos a trabajar y a ganar unos mangos por cuenta propia, hasta nuestros abuelos nos aconsejan que compremos dolares y los guardemos bajo el colchón.

    • 7 min
    Mudanza sin guionar

    Mudanza sin guionar

    De mudanza salió un episodio distinto, sin guión, a vena abierta.

    • 5 min
    Mi coiffeur preferido

    Mi coiffeur preferido

    Mas allá de que no pretendamos estar al top de la moda, la elección del peluquero no es una tarea para nada sencilla.
    Tener un peluquero de confianza es como tener un médico de cabecera.
    Generalmente si tenemos uno, no lo cambiamos así porque si, ¿pero llegado el caso de que cierre o se mude o se muera? ¿Cuál sería el plan B?

    ¿Qué elementos deberemos considerar importantes a la hora de elegir una nueva peluquería? ¿Dejarse llevar por la fachada del local? ¿Ver ejemplos de cortes que han hecho?

    Cuando vamos a la peluquería y estamos sentados esperando que se nos aproxime el joven manos de tijera podemos sentir la tranquilidad de que sea alguien conocido o todo lo contrario.
    Ya desde el vamos, puede ser horrible la sensación desde el inicio. Por ejemplo tener que contestar la pregunta: ¿Qué hacemos, como lo querés?
    Y tener que explicar el corte, para que lo entienda bien y no se equivoque.
    A no ser que nos fuéramos a rapar, unos tijeretazos mal dados pueden cambiar todo el entorno de la cara y tampoco somos Brad Pitt como para andar dando tantas ventajas.
    Entonces le respondemos:
    —lo quería un poco mas corto a los costados y arriba no mucho, solo unos centímetros.
    —Ok, te dejo el volumen pero te saco un poco de largo, entonces. (Dice el joven Scissorhands)
    Al cual le respondemos afirmativamente, pero sin saber si en realidad captó nuestra idea a la perfección. Nos persignamos mentalmente y dejamos todo a su merced.

    Este individuo no solo puede hacer con nuestro look lo que interprete, sino que simultáneamente comenzará con su batería de preguntas para establecer un diálogo y que el rato sea más llevadero.
    Y uno cuenta todo, en el afán de que el corte le salga bien y para no incomodar de ninguna manera la situación, hablamos de todo.
    El peluquero, como el taxista, es preguntón por naturaleza. La mayoría de las veces, comienzan la conversación comentando algo en particular sobre el clima.....
    —¡Al final salió el sol de nuevo eh! En la tele decían que llovía...
    O.....
    —Que humedad que hay, ¿en cualquier momento se larga, no?

    Te la dejan picando, son sutiles, por eso la primera pregunta no es casi pregunta....te dejan que te metas solito, que opines algo para que pasito a pasito, suave suavecito, te vayan metiendo en su terreno.
    Una vez que te tienen atrapado, cuidado porque ¡es muy difícil salirse eh! Para ese entonces estaremos contestando preguntas personales, como si estamos casados, si trabajamos por la zona, si ya nos fuimos de vacaciones o si ya llevamos a bañar a nuestro perro Bobby.
    Eso si, nunca pero nunca jamás en la vida, se te ocurra hablar de tu anterior peluquero, ni bien ni mal. Acordarte que tenés una persona detrás tuyo con una tijera en su poder.

    Todo esto ocurre con el espejo de frente y reflejándonos. No solo el nuevo corte sino nuestra cara y sus expresiones. Por momentos preferimos no mirar pero se hace difícil mantener la mirada alejada del frente.

    Cuando van terminando su obra de arte, pasan el plumerito por el cuello, nos sacan el babero gigante y nos tratan de peinar (siempre para el lado inverso al cual estamos acostumbrados).
    —¿Te paso un poquito de cera o lo dejamos así?
    —Así nomás. Gracias.
    Ahí nos sentimos desnudos, no sabemos si acomodarnos el pelo con las manos o levantarnos para ir a pagar rápido y marcharnos lo antes posible, tratando de mantener una sonrisa y agradeciendo, ya que podemos llegar a volver en cualquier momento.

    En fin, el cabello crece, o se cae, y tampoco es la muerte de nadie....pero ¿quien dijo que era fácil?


    ¿Nunca te paso?

    ¿Tenés alguien para recomendarme?

    ¿Qué características tiene tu coiffeur preferido?

    Soy Pato Lopardo, que tengas un excelente día, y te espero en el próximo episodio de BLA BLA.

    • 5 min
    Ondas sonoras

    Ondas sonoras

    *A veces me pregunto…*
    ¿De dónde vendrá este amor por el audio?
    Quizás, de la entonación de las palabras para formar oraciones, las mismas que luego les dan sentimientos a párrafos que terminan otorgándole vida propia a *historias*. Historias nuevas, historias viejas, historias que escuchamos sin descanso una y otra vez.
    Porque al fin y al cabo, buenas o malas, dramáticas o divertidas, lo que queremos es escuchar una historia, porque la mayoría dejan alguna reflexión.

    Tengo recuerdos de pequeño, de tardes con mi abuelo en su negocio, una ferretería donde no podía faltar jamás, el sonido de fondo de las inconfundibles voces de locutores de radio *AM* manteniendo ese tono tan particular e inimitable. La compañía de la *radio* era un ritual que formaba parte de la rutina diaria.
    Despertarse temprano, abrir el local, levantar las persianas, acomodar la vidriera, poner el agua para el mate y prender la radio.
    Entre venta y venta se podían escuchar partes de entrevistas, un poco de las noticias cada 30 minutos y hasta los famosos radioteatros que hoy en día muchos recuerdan con nostalgia.

    La *música*, también desde temprano, claro que ocuparía un papel más que importante y en lo personal me llevaría por el camino del estudio de varios instrumentos.
    Pero más allá de eso, fue y será parte fundamental de toda narración.
    La música es un lenguaje universal, independiente de dónde provenga. No importa el idioma en que se entone la melodía, el efecto sonoro que hay detrás nos hace sentir emociones que otras artes no pueden lograr.
    Con escuchar un violín, un piano melancólico, una guitarra distorsionada, un saxofón sensual, nos podemos transportar a distintos lugares y recordar momentos.
    Claro está que la elección del sonido debe ser la justa según la temática de cada historia. Escuchemos un ejemplo para notar diferencias

    Bienvenidos amigos, ¿Quién me acompañará por este oscuro túnel? Mua ja ja ja ja

    En este caso especifico es muy fácil saber cuál es la cortina correcta, pero no siempre es tan sencillo determinarla.

    Cuando escuchamos una locución que encaja perfectamente con la música de fondo es cuando percibimos la grandeza de lo que estamos oyendo.

    Pero pero perooooo..... ¿de qué nos estamos olvidando? Si, el silencio.
    El silencio forma parte de la banda sonora, bien como pausa entre diálogos o bien como recurso expresivo. La pausa contribuye al establecimiento de ritmos, a un respiro y un alivio, pero a la vez una tensión y a un sufrimiento.
    Digamos que es un arma de doble filo.
    La elocuencia no es una cuestión sólo de palabras, sino también de silencios.


    Para Hemingway el arte de contar historias consiste en narrar cómo es un iceberg, describiendo sólo la punta superior del mismo. Lo que es visible en un iceberg (el 10% o 15% de su totalidad) es lo que debe narrarse en un texto; el resto debe silenciarse y sin embargo, estar aludido.


    ¿Qué son estos trocitos de cinta que tiene usted en esta lata?
    Murke se ruborizó.
    -Son… -dijo-. Es que colecciono un tipo especial de recortes.
    -¿Qué tipo de recortes?
    - Silencios -dijo Murke-, colecciono silencios.
    Humkoke le miró interrogativamente y Murke continuó:
    - Cuando tengo que cortar trozos de las cintas, donde los oradores han hecho una pausa -también suspiros, inspiraciones o silencios absolutos-, no los tiro al cesto de los papeles; me los guardo.
    - ¿Y qué hace usted con los recortes?
    - Los uno, y me paso la cinta en casa por la noche. No es mucho; todavía no tengo más que tres minutos, es que la gente calla poco.

    Fragmento extraído de “La colección de silencios del Dr. Murke” de Heinrich Böll


    Ondas sonoras y acústicas que son convertidas en el oído humano y percibidas por el cerebro.
    Sonidos que dibujan una sonrisa al escucharlos una y otra vez:
    La risa...

    • 7 min
    Fortalece el corazón

    Fortalece el corazón

    “Dicen que viajando se fortalece el corazón...”

    Cambiar la rutina diaria para embarcarnos en un nuevo viaje hacia cualquier punto del globo terráqueo es algo renovador, porque inmediatamente nos pone a pensar qué destinos visitaremos o a qué personas nos cruzaremos, una vez allí situados.

    Por más que el viaje se tratara de negocios igualmente al cambiar el entorno, todo se hace diferente porque no nos sentimos locales, la adrenalina y ansiedad que nos corre será distinta a si nos reuniéramos en el café de siempre.



    Esa ansiedad comienza desde el armado de las valijas, discriminando prendas según el clima de nuestro destino y tratando de que el sobrepeso sea mínimo a la vuelta ya que generalmente traemos cosas adicionales.



    Si tuviéramos la posibilidad de hacer un viaje hacia un pueblo con otra cultura por conocer, será todavía más enriquecedor.

    Se comenta que de esos tipos de lugares uno vuelve cambiado, con otro tipo de pensamientos.



    Inclusive en la actualidad, muchas parejas buscan una escapada individual para poder salir de la monotonía.



    Según artículos de varias revistas digitales, mencionan que es una tendencia de los últimos tiempos, que mujeres de entre 30 y 40 años viajen solas.



    Esta noche, mi cuñada Nadia, parte desde Argentina hacia Tailandia, solo

    teniendo reservados los primeros días de Hostel. Todo lo que venga después será sorpresa.

    Hace cinco años estuvo de vacaciones en Australia y desde aquel momento siempre soñó con ir a recorrer el Sudeste asiático. Hace tres meses sacó su pasaje.

    Saldrá desde de Ezeiza, aterrizará en Bangkok, donde tiene una reserva por cuatro noches en un hostel de la calle Principal de los

    Mochileros KHAO SAN ROAD, a partir de ahí comenzará a viajar preguntando a la gente y pidiendo recomendaciones de lugares. Su idea principal es recorrer Tailandia Malasia Singapur Indonesia FIlipinas Vietnam Laos Camboya Birmania India y las Islas Maldivas.

    Cree que este viaje va a llevarle varios meses, como mínimo 6. Claro que también ronda la posibilidad de que no le guste y volverse antes, o quizás se enamore de Asia y consiga un trabajo para establecerse un tiempo y luego seguir viajando.

    El Sudeste tiene mucho de la espiritualidad, eso la atrapa, busca tener un encuentro muy personal consigo misma y aprender de una cultura completamente diferente, crecer.

    Este viaje es distinto porque no son unas simples vacaciones, esta vez no hay fecha de regreso y ademas es su primera vez como mochilera, tiene la seguridad de que va a ser una experiencia increíble.



    Cuando le pregunté cómo se imaginaba a su regreso me dijo:

    Me Imagino muy feliz, con muchísimas anécdotas de viaje, con amigos nuevos de cualquier parte del mundo, pienso que este viaje me va a volar la

    cabeza, voy a reinventarme y volveré siendo mi mejor versión.



    Seguramente para cuando salga este episodio, ella estará surcando otros cielos.

    Quizás pueda hacerse un tiempito entre tanta novedad como para escuchar sus propias palabras temblorosas antes de partir.


    Te equivocas si piensas que la dicha procede sólo o en su mayor parte de las relaciones humanas. Dios la ha puesto por doquier. Se encuentra en todas y cada una de las cosas que podemos experimentar. Sólo tenemos que ser valientes y empezar a vivir al margen de las convenciones.

    Lo que quiero decir es que no necesitas tener a alguien contigo para traer una nueva luz en tu vida. Está ahí afuera, sencillamente, esperando que la agarres, y todo lo que tienes que hacer es el gesto de alcanzarla. Tú único enemigo eres tú mismo y esa terquedad que te impide cambiar las circunstancias que vives.



    Y es que Viajar es la mejor experiencia para crecer...

    • 6 min
    No sos vos, soy yo

    No sos vos, soy yo

    ¿Quién es?

    Soy yo.

    ¿Qué vienes a buscar?

    A ti.

    Ya es tarde.

    ¿Por qué?

    Porque ahora soy yo la que quiere estar sin ti.


    Uffffffffff

    Que complicadas que son las relaciones.

    Las relaciones humanas son la forma como tratamos a los demás y cómo los demás nos tratan a nosotros.



    Desde los orígenes que el ser humano aprendió a relacionarse con otros individuos, generando entre sí, comunidades o tribus con distintos fines en común.

    En nuestra sociedad actual el primer grupo con estrechas relaciones es el grupo familiar, desde los primeros años de vida.

    Luego en la educación inicial se establecen otros tipos de relaciones, con los compañeros de escuela y con docentes.

    Claro que para esto, el individuo siempre deberá ser capaz de establecer una comunicación para que haya un intercambio de información.

    Por supuesto que las relaciones humanas conforman un gran abanico de necesidades, así que la relación podrá variar desde una simple operación comercial hasta implicar cuestiones sentimentales o afectivas.



    En éstas últimas, en las relaciones afectivas, la comunicación es de vital importancia.

    El amor justamente, es el resultado de una tarea artesanal, no sólo para generarlo y construirlo, sino también para poder mantenerlo vivo.





    Volvimos luego de 3 años y la casa parecía otra.

    Hacía calor, estaba pesado, húmedo, y se veían unas nubes negras que anunciaban lluvia.

    Eran ya las 9.20 de la noche y la luz del pasillo no funcionaba, encedimos la lámpara amarilla de la cocina. Daba una luz tenue

    pero de todos modos podíamos arreglarnos bastante bien.

    Nuestros pasos hacían eco dentro de la vivienda.

    Los muebles estaban en el mismo lugar, tapados con sábanas blancas, generaban un aspecto triste y de desolación, como en esas películas yankis cuando una familia se muda a una casa antigua y a medio amoblar.

    En el ambiente se respiraba un aroma a naftalina y encierro.

    Ella fue hasta la habitación y preparó la cama. Fueron tantas horas de viaje que el cansancio se notaba en todo nuestro cuerpo.

    Lo primero que yo hice fue enchufar la heladera, cargar una botella con agua de la canilla y dejarla en el freezer para tener algo fresco para mas tarde.



    ¿Qué es ese ruido?

    Luego de unos segundos de silencio me asomé al living y me di cuenta que una de las enormes valijas que dejamos apiladas

    en el comedor, había caído al piso.

    Probé la cafetera y funcionaba, le ofrecí algo de beber pero me gritó desde la habitación que no, que gracias.

    Encendí la vieja radio del escritorio. Sonaba musica country, me sentía en el lejano oeste.



    Yo estaba bastante confundido todavía.

    Ella volvió y me dijo: la habitación está lista.....y yo también, me largo de acá.

    El remis la esperaba en la puerta y lo inevitable ocurriría. Se acercaba el momento, esos que nunca queremos que lleguen, que nos parecen mentira que estén sucediendo.

    La ayudé a levantar su maleta gris, ella llevaba su cartera y una bolsa verde de supermercado llena de zapatos.

    En el trayecto hasta el auto pensé en decirle lo mal que me sentía, hacerle saber que junto a ella se me iban momentos imborrables, quería que supiera que iba a extrañar no despertarme a su lado y que por un tiempo evitaría frecuentar todos los lugares que me hicieran recordar, decirle que nos deberíamos haber dicho TE QUIERO más seguido y que la rutina de los días siempre nos jugó en contra, pero mi cabeza no respondía porque al mismo tiempo se me pasaban cientos de fotogramas de toda mi vida junto a ella.



    El camino hasta la puerta se hizo demasiado corto y sin que...

    • 6 min

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