Leche y Miel Peter Mena

La salvación y la justicia son dos caras de la misma moneda. La salvación es ser salvo del pecado, de la muerte y del poder del enemigo. La justicia es la naturaleza de Dios conferida a nosotros como un regalo que se recibe por la fe. Entender que el creyente ha sido hecho justo por las obras de Jesús es fundamental para nuestra intimidad con Dios.

En este nuevo episodio, Pete explica lo que significa relacionarse con la muerte de Cristo repasando Romanos 6.  

Te tomaré como pueblo mío y seré tu Dios. Entonces sabrás que yo soy el Señor tu Dios, quien te ha librado de la opresión de Egipto. Te llevaré a la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob; te la daré a ti como tu posesión exclusiva. ¡Yo soy el Señor!”. (Éxodo 6:7-9)

Dios no sólo salva a Israel de Egipto, sino que quiere llevarlo a la tierra prometida. Moisés es enviado por Dios para salvar a Israel de la esclavitud; más adelante en la historia Dios envía a Jesús para salvar a la humanidad de la esclavitud y el pecado. 

En este episodio Pete explica cómo las obras de Moisés y Josué se correlacionan con las obras de Jesús en relación con nuestra salvación. 

Dios no hizo nuestros corazones nuevos engañosos y enfermos. Nos hizo uno con Él, como Él, llevando Su imagen. Si queremos ver el avance del evangelio donde estamos, debemos estar dispuestos a imitar a Dios, a caminar en amor y a dar libremente lo que se nos ha dado. 

Por lo tanto, dile al pueblo de Israel: “Yo soy el Señor. Te libertaré de la opresión que sufres y te rescataré de tu esclavitud en Egipto. Te redimiré con mi brazo poderoso y con grandes actos de juicio. Te tomaré como pueblo mío y seré tu Dios. Entonces sabrás que yo soy el Señor tu Dios, quien te ha librado de la opresión de Egipto. (Éxodo 6:6-7) Las obras del Señor para Moisés, Josué y el pueblo de Israel reflejan lo que Jesús haría por toda la humanidad en su vida, muerte y resurrección. En este episodio Pete Mena habla de cómo Israel se conecta a la historia del Evangelio. 

Fuiste creado para tener intimidad con Dios. Hubo una gloria que la humanidad tuvo con Dios en el principio donde lo conocimos cara a cara.  Lo que sucedió es que recibiste un conocimiento que nunca debiste tener. Al recibir este conocimiento la humanidad comenzo a conocer cosas que nunca debieron saber y porque empezaron a reconocer esto, empezaron a juzgarse a ustedes mismos y a los demás. La humanidad empezo a decir que es bueno y que es malo juzgando cosas separados de una relación con Dios. La humanidad tomó ese conocimiento, engañada por el diablo, y lo que sucedió es que con ese conocimiento se juzgó a sí mismo malvado. Cuando haces esto empiezas a esconderte de la presencia de Dios, la humanidad se ha estado escondiendo de la presencia de Dios desde ese día. Y cuando vives escondiéndote de Dios empiezas a creer que puedes vivir separado de Dios, con el conocimiento del bien y del mal que él tomó del jardín.

Dios ha hecho un camino para que nazcamos de nuevo, participemos de la naturaleza divina y disfrutemos del fluir del Espíritu de Dios que nos permite dar fruto mientras permanecemos en Él. En este episodio nos sumergimos en las obras de Jesús y cómo se aplican a nuestras vidas.