363 episodes

Somos el Centro Cristiano Esperanza de Valencia, España. Cada semana encontrarás enseñanzas motivadoras, relevantes, divertidas y prácticas que te ayudarán a crecer en tu vida personal, espiritual y tu relación con Dios.

CCE VALENCIA Podcast CCE Valencia

    • Religion & Spirituality

Somos el Centro Cristiano Esperanza de Valencia, España. Cada semana encontrarás enseñanzas motivadoras, relevantes, divertidas y prácticas que te ayudarán a crecer en tu vida personal, espiritual y tu relación con Dios.

    Mega FE

    Mega FE

    El pastor explora varios temas de perseverancia y fe. La mujer cananea que analizamos en la historia de Mateo 15:21 simboliza a aquellos que están en la periferia, fuera de los límites, y deben cruzar fronteras para acceder a la bendición.

    Se destacan cuatro límites que debe atravesar: el silencio de Dios, las voces autorizadas que rechazan la fe, la exclusión y la victimización.

    Necesitamos tener una mega-fe como la de esta mujer, que rompa límites y abrace las promesas de Dios.

    • 1 hr 16 min
    Un obrero aprobado

    Un obrero aprobado

    Este mensaje explora el concepto de ser un obrero aprobado a través del ejemplo de David, destacando que la aprobación de Dios va más allá de los estándares humanos. Se enfatiza la importancia de ser aprobado por Dios en diversas áreas de la vida, y se resalta el carácter y las acciones que Dios aprueba en un líder.

    Debemos buscar la aprobación de Dios en nuestras vidas, siguiendo el ejemplo de David y confiando en el Señor. Cabe resaltar tres áreas en las que todo buen líder necesita ser aprobado: tener un Samuel, vencer un Goliat y sanarse de un Saúl.

    David fue aprobado por Dios por ser un adorador profundo, por buscar el bien del pueblo, por su humildad, obediencia, paciencia y por no tomar venganza.

    • 1 hr
    Somos iglesia | Entrevista 3

    Somos iglesia | Entrevista 3

    ¿Qué es la Iglesia? Muchos pensarían que la Iglesia es solo un edificio de cuatro paredes, un lugar al que asistes cada semana o simplemente un lugar donde cabe gente buena. Pero somos conscientes de que pertenecemos a algo mayor que nosotros. La Iglesia es el lugar donde nos despojamos y entregamos todo en cada acción, en cada abrazo, en cada palabra, en cada sonrisa.

    Todo esto cobra gran relevancia cuando servimos con el corazón. Damos lo que Dios nos ha dado. Cuando no escatimamos esfuerzo, valor, tiempo, constancia y sobre todo amor.

    El amor es la razón por la que adoramos, por la que exaltamos, por la que aprendemos. Es aquello que le da la vida a nuestra fe para creer. Creer en el Dios de lo imposible, creer en la semilla que dejamos a la siguiente generación.

    Creer que el mundo es mejor si va de la mano de Dios. Es nuestro deber crecer y estar dispuestos a pagar el precio, no mirando las circunstancias, sino a aquel que prometió estar con nosotros hasta el final y en medio de esto celebrar. Celebrar las pequeñas victorias que nos darán la motivación para seguir adelante, para no rendirnos.

    Sino por el contrario, estar preparados para impactar a una sociedad carente del amor de Dios. Porque es ahí cuando todo lo que hacemos tiene sentido, tiene un propósito eterno y este es reflejar el amor de nuestro Padre Celestial y acercar a las personas a su corazón. Esto solo es posible si nuestros pensamientos están alineados con el Padre.

    Entendemos que no se trata de nosotros, sino de aquel que dio su vida para darnos una nueva esperanza. Para cambiar culpa por gloria, para cambiar lamento en danza, para equilibrar la oscuridad por luz eterna. Aquella luz que ilumina nuestros corazones, aquel que nos da la dirección y un destino eterno, aquel que transforma vidas rotas para convertirlas en vidas extraordinarias y que a la vez se vuelve luz para los demás.

    Testimonios vivos, cartas abiertas, historias que inspiran. Es por ello que somos desafiados a preguntarnos, ¿Cuál será mi historia? ¿Cómo la estoy construyendo? ¿Qué me motiva a seguir cada día? ¿En qué estoy invirtiendo los dones y talentos que Dios me ha dado? Elegir las metas del reino es crucial para encontrar nuestro propósito, para seguir los pasos que nos enseñó Jesús y conectar a las personas con su Padre Celestial. Nuestro desafío es servir a los demás de una forma que podamos reflejar el amor de Dios y llevar esperanza a aquellos que están en el olvido, que puedan conocer que Dios no los ha abandonado y que su amor se extiende a sus vidas a través de la nuestra.

    Tú y yo somos el reflejo de ese amor puro, porque es un amor sin límites, eterno, dulce y poderoso. Somos la Iglesia, somos parte de lo más importante que Jesús instituyó en este mundo. Somos parte de la historia de vidas transformadas por el poder del Espíritu Santo.

    Tú y yo somos parte del propósito de Dios en esta tierra, y eso es el regalo más grande que podemos tener. El Creador del Cosmos nos ha hecho parte de sus planes y es una noticia que nos alegra todos los días, porque es ahí cuando todo tiene sentido, cuando tu esfuerzo y entrega valen la pena, cuando gastamos nuestra vida en bendecir a los demás. Eso se llama una vida con propósito.

    Juntos estamos impactando el mundo con nuestras vidas, lo estamos transformando por medio de nuestra generosidad económica, de tiempo y servicio. Y juntos seguimos inspirando a otros a vivir una vida significativa y relevante, que sólo se puede alcanzar de la mano de Dios. Gracias por ser la Iglesia.

    Gracias por ser la sal y luz que este mundo necesita. Gracias por ser parte de la historia de vidas transformadas en esta ciudad y hasta lo último de la Tierra.

    • 1 hr
    Somos iglesia | Entrevista 2

    Somos iglesia | Entrevista 2

    ¿Qué es la Iglesia? Muchos pensarían que la Iglesia es solo un edificio de cuatro paredes, un lugar al que asistes cada semana o simplemente un lugar donde cabe gente buena. Pero somos conscientes de que pertenecemos a algo mayor que nosotros. La Iglesia es el lugar donde nos despojamos y entregamos todo en cada acción, en cada abrazo, en cada palabra, en cada sonrisa.

    Todo esto cobra gran relevancia cuando servimos con el corazón. Damos lo que Dios nos ha dado. Cuando no escatimamos esfuerzo, valor, tiempo, constancia y sobre todo amor.

    El amor es la razón por la que adoramos, por la que exaltamos, por la que aprendemos. Es aquello que le da la vida a nuestra fe para creer. Creer en el Dios de lo imposible, creer en la semilla que dejamos a la siguiente generación.

    Creer que el mundo es mejor si va de la mano de Dios. Es nuestro deber crecer y estar dispuestos a pagar el precio, no mirando las circunstancias, sino a aquel que prometió estar con nosotros hasta el final y en medio de esto celebrar. Celebrar las pequeñas victorias que nos darán la motivación para seguir adelante, para no rendirnos.

    Sino por el contrario, estar preparados para impactar a una sociedad carente del amor de Dios. Porque es ahí cuando todo lo que hacemos tiene sentido, tiene un propósito eterno y este es reflejar el amor de nuestro Padre Celestial y acercar a las personas a su corazón. Esto solo es posible si nuestros pensamientos están alineados con el Padre.

    Entendemos que no se trata de nosotros, sino de aquel que dio su vida para darnos una nueva esperanza. Para cambiar culpa por gloria, para cambiar lamento en danza, para equilibrar la oscuridad por luz eterna. Aquella luz que ilumina nuestros corazones, aquel que nos da la dirección y un destino eterno, aquel que transforma vidas rotas para convertirlas en vidas extraordinarias y que a la vez se vuelve luz para los demás.

    Testimonios vivos, cartas abiertas, historias que inspiran. Es por ello que somos desafiados a preguntarnos, ¿Cuál será mi historia? ¿Cómo la estoy construyendo? ¿Qué me motiva a seguir cada día? ¿En qué estoy invirtiendo los dones y talentos que Dios me ha dado? Elegir las metas del reino es crucial para encontrar nuestro propósito, para seguir los pasos que nos enseñó Jesús y conectar a las personas con su Padre Celestial. Nuestro desafío es servir a los demás de una forma que podamos reflejar el amor de Dios y llevar esperanza a aquellos que están en el olvido, que puedan conocer que Dios no los ha abandonado y que su amor se extiende a sus vidas a través de la nuestra.

    Tú y yo somos el reflejo de ese amor puro, porque es un amor sin límites, eterno, dulce y poderoso. Somos la Iglesia, somos parte de lo más importante que Jesús instituyó en este mundo. Somos parte de la historia de vidas transformadas por el poder del Espíritu Santo.

    Tú y yo somos parte del propósito de Dios en esta tierra, y eso es el regalo más grande que podemos tener. El Creador del Cosmos nos ha hecho parte de sus planes y es una noticia que nos alegra todos los días, porque es ahí cuando todo tiene sentido, cuando tu esfuerzo y entrega valen la pena, cuando gastamos nuestra vida en bendecir a los demás. Eso se llama una vida con propósito.

    Juntos estamos impactando el mundo con nuestras vidas, lo estamos transformando por medio de nuestra generosidad económica, de tiempo y servicio. Y juntos seguimos inspirando a otros a vivir una vida significativa y relevante, que sólo se puede alcanzar de la mano de Dios. Gracias por ser la Iglesia.

    Gracias por ser la sal y luz que este mundo necesita. Gracias por ser parte de la historia de vidas transformadas en esta ciudad y hasta lo último de la Tierra.

    • 59 min
    Somos iglesia | Entrevista 1

    Somos iglesia | Entrevista 1

    ¿Qué es la Iglesia? Muchos pensarían que la Iglesia es solo un edificio de cuatro paredes, un lugar al que asistes cada semana o simplemente un lugar donde cabe gente buena. Pero somos conscientes de que pertenecemos a algo mayor que nosotros. La Iglesia es el lugar donde nos despojamos y entregamos todo en cada acción, en cada abrazo, en cada palabra, en cada sonrisa.

    Todo esto cobra gran relevancia cuando servimos con el corazón. Damos lo que Dios nos ha dado. Cuando no escatimamos esfuerzo, valor, tiempo, constancia y sobre todo amor.

    El amor es la razón por la que adoramos, por la que exaltamos, por la que aprendemos. Es aquello que le da la vida a nuestra fe para creer. Creer en el Dios de lo imposible, creer en la semilla que dejamos a la siguiente generación.

    Creer que el mundo es mejor si va de la mano de Dios. Es nuestro deber crecer y estar dispuestos a pagar el precio, no mirando las circunstancias, sino a aquel que prometió estar con nosotros hasta el final y en medio de esto celebrar. Celebrar las pequeñas victorias que nos darán la motivación para seguir adelante, para no rendirnos.

    Sino por el contrario, estar preparados para impactar a una sociedad carente del amor de Dios. Porque es ahí cuando todo lo que hacemos tiene sentido, tiene un propósito eterno y este es reflejar el amor de nuestro Padre Celestial y acercar a las personas a su corazón. Esto solo es posible si nuestros pensamientos están alineados con el Padre.

    Entendemos que no se trata de nosotros, sino de aquel que dio su vida para darnos una nueva esperanza. Para cambiar culpa por gloria, para cambiar lamento en danza, para equilibrar la oscuridad por luz eterna. Aquella luz que ilumina nuestros corazones, aquel que nos da la dirección y un destino eterno, aquel que transforma vidas rotas para convertirlas en vidas extraordinarias y que a la vez se vuelve luz para los demás.

    Testimonios vivos, cartas abiertas, historias que inspiran. Es por ello que somos desafiados a preguntarnos, ¿Cuál será mi historia? ¿Cómo la estoy construyendo? ¿Qué me motiva a seguir cada día? ¿En qué estoy invirtiendo los dones y talentos que Dios me ha dado? Elegir las metas del reino es crucial para encontrar nuestro propósito, para seguir los pasos que nos enseñó Jesús y conectar a las personas con su Padre Celestial. Nuestro desafío es servir a los demás de una forma que podamos reflejar el amor de Dios y llevar esperanza a aquellos que están en el olvido, que puedan conocer que Dios no los ha abandonado y que su amor se extiende a sus vidas a través de la nuestra.

    Tú y yo somos el reflejo de ese amor puro, porque es un amor sin límites, eterno, dulce y poderoso. Somos la Iglesia, somos parte de lo más importante que Jesús instituyó en este mundo. Somos parte de la historia de vidas transformadas por el poder del Espíritu Santo.

    Tú y yo somos parte del propósito de Dios en esta tierra, y eso es el regalo más grande que podemos tener. El Creador del Cosmos nos ha hecho parte de sus planes y es una noticia que nos alegra todos los días, porque es ahí cuando todo tiene sentido, cuando tu esfuerzo y entrega valen la pena, cuando gastamos nuestra vida en bendecir a los demás. Eso se llama una vida con propósito.

    Juntos estamos impactando el mundo con nuestras vidas, lo estamos transformando por medio de nuestra generosidad económica, de tiempo y servicio. Y juntos seguimos inspirando a otros a vivir una vida significativa y relevante, que sólo se puede alcanzar de la mano de Dios. Gracias por ser la Iglesia.

    Gracias por ser la sal y luz que este mundo necesita. Gracias por ser parte de la historia de vidas transformadas en esta ciudad y hasta lo último de la Tierra.

    • 1 hr 4 min
    Activando el cielo en la tierra

    Activando el cielo en la tierra

    1.⁠ ⁠Una persona lo activa
    Marcos 5: 25-34

    2.⁠ ⁠Poniendo el enfoque correcto
    Hebreos 12:2

    3.⁠ ⁠Lenguaje que activa Su reino
    Numeros 13:25 hasta 14:4

    • 45 min

Top Podcasts In Religion & Spirituality

Joel Osteen Podcast
Joel Osteen, SiriusXM
CCF Sermon Audio
Christ's Commission Fellowship
The Bo Sanchez Podcast
The Abundance Network
Ask Pastor John
Desiring God
Abide Bible Sleep Meditation
Abide Bible Sleep Meditation
Renewing Your Mind with R.C. Sproul
Ligonier Ministries