Criminología en serie Alejandra Lavín Torres

En el corazón del sur de Moscú, el parque Bitsevsky, se despliega a lo largo de 22 km cuadrados. Este parque es atravesado por dos grandes ríos, el Chertanovka y el río Bitsa, los cuales se extienden unos 10 km. Aquí, más de 500 especies de plantas conviven con 78 especies de aves y 33 de mamíferos, creando todo un paraíso para los amantes de la naturaleza.
Los senderos del parque no solo son transitados por excursionistas, ciclistas y turistas, sino que también son un lugar de encuentro para los entusiastas del ajedrez. Bajo el manto verde, una compleja red de sistemas de drenaje da servicio al sur de Moscú.
No obstante, no todo es naturaleza y cultura, sino que existe una cara menos amable de este inmenso pulmón de Moscú. Este parque será el coto de caza de uno de los asesinos más prolíficos de Rusia durante 14 años, y el alcantarillado formará parte de su particular modus operandi.

⛔️Este episodio habla sobre abuso sexual infantil⛔️

El 1 de marzo de 2021, Lexington Burke llama a la policía para denunciar dos desapariciones. La de su ex mujer Bennylyne y su preciosa hija de dos años, Jellica. 

Después de haber intentado contactar con Bennylyne por teléfono varias veces nada. Incluso el departamento de trabajo social local le ha llamado para decirle que Bennylyne no se ha presentado a una cita que tenían concertada. 

Lexington había acudido al apartamento donde viven su ex mujer y su hija en Kingswood. Llamó a la puerta y nadie respondió. Pegó la oreja a la puerta. Nada, ni un solo ruido. 

Entonces se decidió a dejar una nota en el buzón. 

Pasaron los días y ante la ausencia de respuesta, la preocupación iba en aumento. 

¿Dónde estarán Bennylyn y Jellica Burke?

Dorothea Puente aparenta ser una adorable señora que realiza generosas donaciones y dirige una pensión donde acoge a personas vulnerables. Pero sólo eso… aparenta. ¿Qué es lo que esconde la casera de la muerte y su casa de los horrores? 

En la helada mañana del 16 de abril de 1874, la agencia indígena Los Pinos se encuentra envuelta en un silencio roto solo por el crepitar del fuego y el murmullo de los hombres preparando el desayuno. De repente, un hombre emerge de entre los árboles, vestido con harapos, descalzo, con sus pies solo cubiertos por telas y cargando con un rifle Winchester, un cuchillo, una cafetera y una pipa de fumar.

Los hombres dejan inmediatamente lo que están haciendo, observando con asombro al recién llegado. Su aspecto es desaliñado, con barba descuidada y largo cabello que cae en mechones sobre su sucio rostro.

El hombre pide desesperado alojamiento y comida, la cual apenas puede tolerar dado su grave estado de inanición.

Después de unos tragos de whisky que le ofrecen para calentarse, finalmente empieza a hablar. Comienza a relatar su increíble historia de supervivencia en las peligrosas montañas rocosas. Lleva perdido desde febrero… 

De canibalismo prehistórico al canibalismo patológico ➡️ https://criminologiaenserie.com/2023/09/27/del-canibalismo-prehistorico-al-canibalismo-patologico/

La diosa hindú Kali, diosa del tiempo, la muerte y la destrucción, es considerada en ocasiones como símbolo del amor maternal y figura materna a la que acudir en busca de protección. 

No obstante, a menudo es representada como una temible figura con múltiples manos, cabello despeinado, sacando la lengua, un collar de cabezas humanas y un cinturón adornado con brazos cortados. Sostiene en una mano una cabeza humana de la que gotea sangre y en la otra un cuchillo. 

En esta historia Kali muestra su lado más temible en el que se realizan ofrendas de sangre en su nombre e incluso sacrificios humanos. Y es por el favor de esta deidad por el que dos niños aparecerían brutalmente asesinados en los primeros meses del año 1981. 

Se hacía llamar “Fogosa”  en los chats y encontró a su “Aventurero”. Sin embargo, en su vida no virtual, era una ama de casa entregada a su esposo y a sus dos hijos. Hasta que los miembros de su familia empezaron a enfermar uno a uno… 
Análisis de mujeres asesinas ➡️ Criminal-mente de Paz Velasco De La Fuente.