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20. El congreso de las madres de los políticos. Por Raquel Cachafeiro Infusión con Duendes y Hadas

    • Life Science

Hoy tuve un sueño y como en sueños estoy educada, comprendí que era el complementario de una pesadilla. Soñé que había un congreso de madres de los políticos. Y soñé que las madres hablaban porque estoy harta de los discursos políticos llenos de palabras altisonantes y vacíos, inconsecuentes, de mentiras y sobradas actuaciones. Qué pena! Tanto valor, tanta formación, tantas horas de madre dedicadas para ahora ver cómo se juega con lo que escuchan las almas. Porque cuando escuchamos a los que dirigen los bienes que todos debemos compartir, los momentos de ilusión, las pasiones, por crear juntos una nueva sociedad o algo nuevo. A mi me falta un: ¡pasa! que te voy a hablar con la zapatilla. Atrévete a pasar.

Y tuve un sueño. Las madres hablaban del origen del término madre. Las madres estaban estudiando dónde hemos fallado. Y digo las madres y digo cada madre, porque indudablemente eran individuos. Personas individuales eran únicas cada una.
Dicen que madre no hay más que una, o decimos ¿por qué lo decimos? Yo no estoy segura si se eso tiene valor para mí. Pero bueno. Circula entre la cultura, como tantas otras joyas que están ya desgastadas. Como más vale lo malo conocido que bueno por conocer. Podríamos ponerle una apostilla. Vale, lo malo conocido me hace estar alerta y sé por dónde quiero o quiero no moverme o no quiero moverme mejor.
La palabra madre viene de mar. Mar, mare maris, sale del mar. No soy una erudita ni una experta en latín o en etimología, pero sí una buscadora del sentido. ¿De dónde partió? ¿cuál es el origen y cuál es la potencia que todavía tienen los términos?

Escucho con verdadera atención y cuando escucho, oigo. Y cuando oigo, me pregunto y voy más allá. Me ha pasado siempre me he preguntado por las expresiones más sencillas de cada día. Me da la gana. Nunca lo he entendido. Te vas a enterar. Mmmm. ¿Tiene alguien capacidad de asegurar que yo me voy a enterar sin que yo participe? Tantas expresiones que usamos y han perdido con perdón. La madre. La madre es también la masa madre. Me encanta el pan, pan quiere decir todo. Todo lo que nos puede aportar ese cereal tan amado. O esos cereales tan amados. Ahora ya no sólo cereales. Tenemos panes de legumbres. Tenemos panes de muchas cosas. Pero querido trigo, yo no te voy a olvidar. Queridos centeno, querido maíz. He recorrido los campos, me he dedicado a observar morfológicamente como crecéis sin saliros de madre y de mar mare maris. Vamos a una acepción que me vuelve loca. Me encanta. Loca de pasión, loca de locura…

Hoy tuve un sueño y como en sueños estoy educada, comprendí que era el complementario de una pesadilla. Soñé que había un congreso de madres de los políticos. Y soñé que las madres hablaban porque estoy harta de los discursos políticos llenos de palabras altisonantes y vacíos, inconsecuentes, de mentiras y sobradas actuaciones. Qué pena! Tanto valor, tanta formación, tantas horas de madre dedicadas para ahora ver cómo se juega con lo que escuchan las almas. Porque cuando escuchamos a los que dirigen los bienes que todos debemos compartir, los momentos de ilusión, las pasiones, por crear juntos una nueva sociedad o algo nuevo. A mi me falta un: ¡pasa! que te voy a hablar con la zapatilla. Atrévete a pasar.

Y tuve un sueño. Las madres hablaban del origen del término madre. Las madres estaban estudiando dónde hemos fallado. Y digo las madres y digo cada madre, porque indudablemente eran individuos. Personas individuales eran únicas cada una.
Dicen que madre no hay más que una, o decimos ¿por qué lo decimos? Yo no estoy segura si se eso tiene valor para mí. Pero bueno. Circula entre la cultura, como tantas otras joyas que están ya desgastadas. Como más vale lo malo conocido que bueno por conocer. Podríamos ponerle una apostilla. Vale, lo malo conocido me hace estar alerta y sé por dónde quiero o quiero no moverme o no quiero moverme mejor.
La palabra madre viene de mar. Mar, mare maris, sale del mar. No soy una erudita ni una experta en latín o en etimología, pero sí una buscadora del sentido. ¿De dónde partió? ¿cuál es el origen y cuál es la potencia que todavía tienen los términos?

Escucho con verdadera atención y cuando escucho, oigo. Y cuando oigo, me pregunto y voy más allá. Me ha pasado siempre me he preguntado por las expresiones más sencillas de cada día. Me da la gana. Nunca lo he entendido. Te vas a enterar. Mmmm. ¿Tiene alguien capacidad de asegurar que yo me voy a enterar sin que yo participe? Tantas expresiones que usamos y han perdido con perdón. La madre. La madre es también la masa madre. Me encanta el pan, pan quiere decir todo. Todo lo que nos puede aportar ese cereal tan amado. O esos cereales tan amados. Ahora ya no sólo cereales. Tenemos panes de legumbres. Tenemos panes de muchas cosas. Pero querido trigo, yo no te voy a olvidar. Queridos centeno, querido maíz. He recorrido los campos, me he dedicado a observar morfológicamente como crecéis sin saliros de madre y de mar mare maris. Vamos a una acepción que me vuelve loca. Me encanta. Loca de pasión, loca de locura…

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