Aquí siempre hay alas Karla Nieto Lobo

La única constante que tenemos en nuestra vida es que todo va a cambiar desde nuestro aspecto físico hasta nuestra forma de pensar y ver el mundo.

De todas las sensaciones o sentimientos negativos que un ser humano puede sentir creo que la envidia es la más dañina. No solo porque la envidia mata, sino porque la envidia se esconde.

Cuando estamos pequeños y un adulto nos hacia un regalo, nuestra primera reacción era abrirlo inmediatamente, acto seguido nuestro padre o madre nos llamaba la atención con una frase típica ¿Cómo es qué se dice? A continuación, dábamos las gracias y nos disponíamos a lo realmente importante en ese momento para nosotros abrir el regalo.

La pregunta es ¿Realmente crees que estábamos aprendiendo el verdadero sentimiento de agradecimiento? 

Sinceramente yo no, aquí estamos aprendido a ser educados, pero no estamos aprendiendo el verdadero significado y finalidad de expresar agradecimiento.

Desde que tengo uso de razón puedo decir que las comparaciones son parte de mi vida, y me atrevería a decir que las comparaciones son parte de la vida de todos. Siempre nos tiende a comparar o nos tendemos a comparar nosotros con otras personas que "están mejor" que nosotros: están mas flacos, más gordos, tienen los ojos claros, tienen los ojos oscuros, tienen una casa mas grande, un carro mas nuevo, una carrera con más salida profesionales.

Desde lo que compramos, hasta los negocios que creamos y por supuesto no menos importante en nuestra vida los colores juegan un papel importantísimo, colores como los rojos, naranjas y amarillos evocan emociones calientes que van desde la calidez y la comodidad hasta la ira y la hostilidad. Tonos opuestos como azules, verdes y púrpuras evocan emociones frías como la tranquilidad y la tristeza.

Cada color tiene una energía diferente lo que nos provoca sensaciones diferentes.

La psicología del color es un campo de estudio dirigido a analizar los efectos que pueden producir los colores sobre nosotros y de qué manera interfiere en nuestras emociones y decisiones.

¿Alguna vez has tenido una tarea importante y en lugar de hacerla has pasado las horas navegando por internet, revisando continuamente tus correos o abriendo y cerrando la nevera como si mágicamente fuera aparecer algo diferente? Si es así, no estás solo.