Oremos Resimus
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- Religion & Spirituality
Media hora de oración para hablar con Dios. De Él, de ti. De sus cosas, de tus cosas. De los que ama, de los que amas.
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O50 No seas higuera seca
La higuera se secó porque no servía para nada. Fue el Señor y le pidió fruto, no había nada que hacer con ella y la despreció. Dar fruto es lo que nos pide esta vida, en la familia, en los trabajos, con los amigos. Dios también nos pide frutos de alegría y paz.
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O49 La Iglesia, madre y maestra
La Iglesia es madre y maestra. Acompaña nuestra vida diaria y vela con solicitud por cada uno de nosotros que somos sus hijos. Al mismo tiempo se nos enseña, se nos cuida, se nos protege. Es un lugar en el que se cuida, se alimenta, se sana y se protege. Se cuida también el depósito de la fe. Aquello que nos une y nos reúne.
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O48 Elegidos para ser santos
Andamos muchas veces despistados, pensando para qué estamos aquí, qué somos, qué hacemos. Nos falta darnos cuenta de que somos elegidos, hemos sido elegidos, desde antes de la creación del mundo. ¿Para qué? para ser santos! Ahí es nada. En el diálogo con el Señor descubrimos qué es lo que Dios nos pide.
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O47 Contra la envidia, caridad
Esos pecados que nos aprisionan y nos limitan y nos recortan. Y a su lado, la virtud correspondiente que nos libera y amplía horizontes. La caridad es la virtud de las virtudes, la primera que nos tiene que ocupar. Y es una virtud apostólica, pocas herramientas más eficaces que la caridad para atraer almas a la vida cristiana.
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O46 La misericordia está por encima de la ley
A veces le pasa al Señor que es tan bueno, que la ley se le queda corta, le marca, le impide su bondad. Y en esos casos, como las curaciones en sábado, tiene que estirar su señorío y proponerlo para hacer ver a todo el mundo que la ley es para el bien y que él es Señor por encima de todo.
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O45 El ejército de los pequeños
Muchas veces recordamos en la Iglesia la imagen de una barca, azotada por las dificultades, por las olas. En ella un grupo de personas normales, que, cuando están solas, echan de menos al Señor. Pero él no faltará, nos acompaña, así que todo funcionará.