8 min

Santísima Trinidad Reflexionando desde Auckland, NZ

    • Cristianismo

Oración de un Nativo Americano

Oh Gran Espíritu, cuya voz oigo en los vientos y cuyo aliento da vida al mundo, escúchame. Vengo a ti como uno de tus muchos hijos. Soy pequeño y débil; necesito tu fuerza y tu sabiduría. Haz que mis ojos siempre contemplen el atardecer rojo y púrpura. Haz que mis manos respeten las cosas que has creado y mis oídos estén atentos para escuchar tu voz. Hazme sabio para que pueda conocer las cosas que has enseñado a tus hijos, las lecciones que has escondido en cada hoja y roca. Hazme fuerte, no para ser superior a otras personas, sino para poder luchar contra mi mayor enemigo, que soy yo mismo. Hazme siempre dispuesto a venir a ti con los ojos claros, para que cuando la vida se desvanezca como el atardecer que se apaga, mi espíritu pueda llegar a ti sin vergüenza.

Oración de un Nativo Americano

Oh Gran Espíritu, cuya voz oigo en los vientos y cuyo aliento da vida al mundo, escúchame. Vengo a ti como uno de tus muchos hijos. Soy pequeño y débil; necesito tu fuerza y tu sabiduría. Haz que mis ojos siempre contemplen el atardecer rojo y púrpura. Haz que mis manos respeten las cosas que has creado y mis oídos estén atentos para escuchar tu voz. Hazme sabio para que pueda conocer las cosas que has enseñado a tus hijos, las lecciones que has escondido en cada hoja y roca. Hazme fuerte, no para ser superior a otras personas, sino para poder luchar contra mi mayor enemigo, que soy yo mismo. Hazme siempre dispuesto a venir a ti con los ojos claros, para que cuando la vida se desvanezca como el atardecer que se apaga, mi espíritu pueda llegar a ti sin vergüenza.

8 min