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#101. Santos de andar por casa Yo estaré siempre con vosotros. Catequesis de andar por casa

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A veces podemos pensar que eso de ser santo o santa es cosa de personas que no tuvieron dificultades en su vida, que todos les fue bien, lo tuvieron super claro desde el primer momento y así ¡qué fácil es ser santo!

Dos santos de gran devoción popular, son Sta. Rita de Casia y S. Antonio de Padua, a los que nos vamos a acercar para ver la mano providente de Dios en medio de grandes dificultades.

Sta. Rita de Casia: www.agustinos.es/orden-san-agustin/santos-agustinianos/santa-rita-de-casia

Bautizada con el nombre de Margarita en 1380 en Roccaperona. Se casó con 16 años, tuvo dos hijos mellizos, y con la oración y mucho amor y paciencia alcanzó la conversión para su marido. Enviudada a los 36 años por un ajuste de cuentas a Paolo, su marido, y le invadía el temor de que sus hijos quisieran también hacer justicia a la muerte de su padre. Sus hijos murieron por la epidemia. Ella entregó su vida en el monasterio de las Agustinas, y murió allí después de 40 años de una vida entrega plenamente al Señor.

S. Antonio de Padua:  www.biografiasyvidas.com/biografia/a/antonio_de_padua.htm

Nacido en Lisboa en 1195, murió en Padua en 1231.

En torno a 1210, ingresó en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, tuvo que abandonarlo por la oposición de sus padres. Se trasladó en 1212 al monasterio de Santa Cruz de Coimbra, donde tampoco pudo perseverar por el enfrentamiento que se vivió en esta comunidad entre el Rey Alfonso II de Portugal y el papa Inocencio III. Finalmente hacia el 1219, fecha en que probablemente era ya sacerdote, conoció a la pequeña comunidad franciscana de Coimbra, establecida poco antes en el eremitorio de Olivais, y se sintió atraído por su modo de vida fraterna, evangélica y en pobreza.

Junto a esto, hay otras circunstancias, aparentemente adversas, pero que van conduciendo su vida en la voluntad del Padre y que podemos leer en la web.

En estos dos hermanos que ya participan de la vida del cielo, como en otros muchos que llenan nuestro calendario, descubrir que tú y yo, en nuestras circunstancias más cotidianas, también estamos llamados a abrirnos a la acción de Dios y confiar plenamente en su proyecto de amor sobre nosotros.

A veces podemos pensar que eso de ser santo o santa es cosa de personas que no tuvieron dificultades en su vida, que todos les fue bien, lo tuvieron super claro desde el primer momento y así ¡qué fácil es ser santo!

Dos santos de gran devoción popular, son Sta. Rita de Casia y S. Antonio de Padua, a los que nos vamos a acercar para ver la mano providente de Dios en medio de grandes dificultades.

Sta. Rita de Casia: www.agustinos.es/orden-san-agustin/santos-agustinianos/santa-rita-de-casia

Bautizada con el nombre de Margarita en 1380 en Roccaperona. Se casó con 16 años, tuvo dos hijos mellizos, y con la oración y mucho amor y paciencia alcanzó la conversión para su marido. Enviudada a los 36 años por un ajuste de cuentas a Paolo, su marido, y le invadía el temor de que sus hijos quisieran también hacer justicia a la muerte de su padre. Sus hijos murieron por la epidemia. Ella entregó su vida en el monasterio de las Agustinas, y murió allí después de 40 años de una vida entrega plenamente al Señor.

S. Antonio de Padua:  www.biografiasyvidas.com/biografia/a/antonio_de_padua.htm

Nacido en Lisboa en 1195, murió en Padua en 1231.

En torno a 1210, ingresó en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, tuvo que abandonarlo por la oposición de sus padres. Se trasladó en 1212 al monasterio de Santa Cruz de Coimbra, donde tampoco pudo perseverar por el enfrentamiento que se vivió en esta comunidad entre el Rey Alfonso II de Portugal y el papa Inocencio III. Finalmente hacia el 1219, fecha en que probablemente era ya sacerdote, conoció a la pequeña comunidad franciscana de Coimbra, establecida poco antes en el eremitorio de Olivais, y se sintió atraído por su modo de vida fraterna, evangélica y en pobreza.

Junto a esto, hay otras circunstancias, aparentemente adversas, pero que van conduciendo su vida en la voluntad del Padre y que podemos leer en la web.

En estos dos hermanos que ya participan de la vida del cielo, como en otros muchos que llenan nuestro calendario, descubrir que tú y yo, en nuestras circunstancias más cotidianas, también estamos llamados a abrirnos a la acción de Dios y confiar plenamente en su proyecto de amor sobre nosotros.

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