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Los Agustín González de Star Wars - Cara Redux Lo Tengo Todo Documentado

    • Music History

No, no te has equivocado: somos Lo Tengo Todo Documentado, el podcast que ha acabado ya con Amar es para siempre, Cuéntame y tenemos funestos planes para el Zarapito. Esas dos series que han abarcado décadas han sucumbido al paso del tiempo, pero aquí estamos nosotros aguantando el tirón, cogiendo el dobladillo a las unidades temporales, incumpliendo promesas y volviendo al ruedo cuando todo el mundo ya se pensaba que habían acabado como nosotros. Un poco como Fantomas en las películas de Louise de Funès y un mucho como cualquier político condenado por un mínimo caso de corrupción y robo de millones de euros que vuelve a tener un cargo público por arte de birlibirloque.

Lo bueno es que nuestros fans (capitaneados por las respectivas progenitoras de Juan Salom de España y un servidor) ya nos conocen más que un nublado y hace unas semanas ya lo veían todo perdido. Verbigracia: «considerando la improbabilidad de que se edite la cara D en 2023…». Sivispacem, un saludo y gracias por conocernos mejor que nosotros mismos.

Y dicho lo cual, ante ti tienes la última parte de estos especiales sobre «La Guerra de las Galaxias: Episodio IV, una nueva esperanza» que hemos denominado «Los Agustín González de Star Wars» y con los que hemos querido homenajear a dos de nuestros barbudos favoritos del cine: rimando con nuestro George porque terminamos en un episodio -el cuarto- con el que empezó todo para él y apostando por la gratísima idea de Francis Ford e irnos a grabar este podcast a las Islas Filipinas mientras remontamos un río en una barcaza y hacemos surf ne medio de humo anaranjado. Seguimos pensando que era una buena manera de sacar el proyecto adelante y asegurar un ambiente sano, sin problemas y sin peligro de infarto para ninguno de los participantes. Lo raro es que cuando hemos comentado este plan sin fisuras a familiares, amigos o, incluso su Santidad, todo el mundo se ha echado las manos a la cabeza. Por lo que sea.


Como decimos, no cejamos en nuestro empeño de contar cómo se llevó a cabo «La Guerra de las Galaxias: Episodio IV, una nueva esperanza» y, esta vez, nos centramos en maquillaje y montaje; por lo que vamos a hablar mucho sobre el venerable Stuart Freeborn, pero también sobre dos cualquiera en este mundo del látex, las pelucas y los hocicos de pitiminí: Rick Baker y Rob Bottin. Un «casi nada al aparato» de manual que da sentido a todas esas adorables personas que siguen pasando lista y discutiendo naderías sobre los parroquianos de la cantina (¡Ah, ese fandom bueno!).

Y, siguiendo una evolución lógica que nos sorprende incluso a nosotros mismos, terminaremos como lo hacen las pelis: contando la historia de los tres improvisados compañeros de piso de Goerge Lucas: Richard Chow, Paul Hirsch y Marcia Lucas, que acamparon cada uno en una de las plantas de la casa de George armados con kilómetros de bobinas en varios formatos, unas tijeras de esas de las que no pinchan y un rollo de celo en el dedo índice a modo. de rosquilla No tengáis ninguna duda: sin este trío la película hubiera sido otra cosa bien distinta y, por seguro, bastante más aburrida.

Como decimos, con ese podcast terminamos de glosar las andanzas de estos profesionales del cine cuyas carreras y premios hablan por sí solos, pero que permanecen en el anonimato. Para ello (además seguir homenajeando a nuestro secundario del cine español favorito) hemos contado con la colaboración desinteresada (o pagada en palmeras de chocolate, moneda de cambio de cualquier transacción buena que se precie) de Nacho Díaz, que atesora premios, nominaciones y películas a tutiplén y con Laurent Dufreche, que además de sufrir estoicamente los rigores del transporte de media distancia y coleccionar nominaciones a los Goya, ha tenido a bien hasta a preguntar a un exdirector de Panavision Europa para que nos explicara cierto lío de formatos en el negativo. Sí, cómo nos vamos a querer

No, no te has equivocado: somos Lo Tengo Todo Documentado, el podcast que ha acabado ya con Amar es para siempre, Cuéntame y tenemos funestos planes para el Zarapito. Esas dos series que han abarcado décadas han sucumbido al paso del tiempo, pero aquí estamos nosotros aguantando el tirón, cogiendo el dobladillo a las unidades temporales, incumpliendo promesas y volviendo al ruedo cuando todo el mundo ya se pensaba que habían acabado como nosotros. Un poco como Fantomas en las películas de Louise de Funès y un mucho como cualquier político condenado por un mínimo caso de corrupción y robo de millones de euros que vuelve a tener un cargo público por arte de birlibirloque.

Lo bueno es que nuestros fans (capitaneados por las respectivas progenitoras de Juan Salom de España y un servidor) ya nos conocen más que un nublado y hace unas semanas ya lo veían todo perdido. Verbigracia: «considerando la improbabilidad de que se edite la cara D en 2023…». Sivispacem, un saludo y gracias por conocernos mejor que nosotros mismos.

Y dicho lo cual, ante ti tienes la última parte de estos especiales sobre «La Guerra de las Galaxias: Episodio IV, una nueva esperanza» que hemos denominado «Los Agustín González de Star Wars» y con los que hemos querido homenajear a dos de nuestros barbudos favoritos del cine: rimando con nuestro George porque terminamos en un episodio -el cuarto- con el que empezó todo para él y apostando por la gratísima idea de Francis Ford e irnos a grabar este podcast a las Islas Filipinas mientras remontamos un río en una barcaza y hacemos surf ne medio de humo anaranjado. Seguimos pensando que era una buena manera de sacar el proyecto adelante y asegurar un ambiente sano, sin problemas y sin peligro de infarto para ninguno de los participantes. Lo raro es que cuando hemos comentado este plan sin fisuras a familiares, amigos o, incluso su Santidad, todo el mundo se ha echado las manos a la cabeza. Por lo que sea.


Como decimos, no cejamos en nuestro empeño de contar cómo se llevó a cabo «La Guerra de las Galaxias: Episodio IV, una nueva esperanza» y, esta vez, nos centramos en maquillaje y montaje; por lo que vamos a hablar mucho sobre el venerable Stuart Freeborn, pero también sobre dos cualquiera en este mundo del látex, las pelucas y los hocicos de pitiminí: Rick Baker y Rob Bottin. Un «casi nada al aparato» de manual que da sentido a todas esas adorables personas que siguen pasando lista y discutiendo naderías sobre los parroquianos de la cantina (¡Ah, ese fandom bueno!).

Y, siguiendo una evolución lógica que nos sorprende incluso a nosotros mismos, terminaremos como lo hacen las pelis: contando la historia de los tres improvisados compañeros de piso de Goerge Lucas: Richard Chow, Paul Hirsch y Marcia Lucas, que acamparon cada uno en una de las plantas de la casa de George armados con kilómetros de bobinas en varios formatos, unas tijeras de esas de las que no pinchan y un rollo de celo en el dedo índice a modo. de rosquilla No tengáis ninguna duda: sin este trío la película hubiera sido otra cosa bien distinta y, por seguro, bastante más aburrida.

Como decimos, con ese podcast terminamos de glosar las andanzas de estos profesionales del cine cuyas carreras y premios hablan por sí solos, pero que permanecen en el anonimato. Para ello (además seguir homenajeando a nuestro secundario del cine español favorito) hemos contado con la colaboración desinteresada (o pagada en palmeras de chocolate, moneda de cambio de cualquier transacción buena que se precie) de Nacho Díaz, que atesora premios, nominaciones y películas a tutiplén y con Laurent Dufreche, que además de sufrir estoicamente los rigores del transporte de media distancia y coleccionar nominaciones a los Goya, ha tenido a bien hasta a preguntar a un exdirector de Panavision Europa para que nos explicara cierto lío de formatos en el negativo. Sí, cómo nos vamos a querer

4 hrs 48 min