Ayer, Hoy Y Siempre Lutheran Hour Ministries

Es bueno poder compartir una vez más con ustedes una historia que nos hermana y que nos da la oportunidad de conocernos mejor. Y es que a veces uno trata a las personas sin realmente conocerlas del todo, hasta que un día alguien se nos revela como un ser excepcional. Como ocurre en la historia de Elsa y Gerardo.

Puede que muchos reconozcan como propia la historia de hoy, pues se trata de la pérdida de un hijo. Esta terrible pérdida, como les ocurrió a Araceli y a Nazario, no es la primera vez que ocurre. Es siempre doloroso tener que enfrentar la muerte de un hijo. Pero si no tenemos la fe suficiente, ni la inteligencia necesaria para entender la situación, podemos cometer el error de Nazario.

Siempre tenemos algo por lo cual dar gracias a Dios: el aire que respiramos, las flores, los animales, el bello mundo que nos rodea y las criaturas del universo, porque todo es parte de la creación de Dios. Dios nos ha dotado de inteligencia para discernir, sensibilidad para disfrutar de lo hermoso y entendimiento para proteger nuestra integridad física y espiritual, como lo veremos en la historia de hoy.

¿Alguna vez se han fijado qué difícil es complacer a todos? por más que se desee siempre habrá alguien descontento, como ocurre en la dulce historia de Isabel y Damián. Ambos eran viudos y compartían una gran afinidad el uno por el otro. Pero el hijo de Damián, aún dolido por la pérdida de su madre, se oponía a su relación. Pero el Señor obra en formas misteriosas. ¿Aceptará Damián a Isabel como a su segunda madre?