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Derechos Consagrados Baradit Constituyente

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Muchos no sabemos que estamos bajo algo llamado CONTRATO SOCIAL. 
Cuando uno lleva a su hijo a inscribirlo en el registro civil lo está ingresando a esta comunidad que se llama Chile. De alguna manera ahí firmamos este CONTRATO SOCIAL, que tiene más o menos lo mismo que un contrato de trabajo, de esos que la mayoría hemos firmado alguna vez en nuestra vida: donde me comprometo a trabajar y el empleador se compromete a entregarme las condiciones para desarrollar mi trabajo. Si soy contador, me entregará un computador, una buena silla y un lugar bien iluminado. También un baño porque tengo necesidades y seguramente un lugar donde prepararme un te o comer. 

El contrato social no es diferente. En esta SOCIEDAD, donde soy SOCIO de esta SOCIEDAD que se llama país, me comprometo a trabajar para el desarrollo común, a respetar las leyes, no matar a nadie, no robar, etc. Y el Estado se compromete a su vez a entregarme las condiciones para desarrollar ese trabajo, por ejemplo, me educa para trabajar mejor, me cuida la salud para que trabaje tranquilo, me protege de los delincuentes con una policía y defiende las fronteras con un Ejército. Es decir, cumplo con mis deberes y él a cambio me entrega unas cosas llamadas derechos. Hasta ahí vamos bien, cierto? 

Cuál es el desastre que estamos tratando de cambiar con esta nueva Constitución. Que en 1980 la derecha de este país instaló un modelo perverso que tuvo la genial idea de convertir esos derechos en un negocio para unos pocos. 

Y ¿Por qué lo aceptamos? En realidad no lo aceptamos, fue impuesto por una dictadura que no le preguntó a nadie, porque nos tenían con un fusil apuntándonos a la cabeza. Pensión, Vivienda, Salud, Educación. ESO, todo eso, la Constitución del ’80 lo convirtió en el negocio de unos pocos, en objetos comerciables a los que solo tenían acceso las personas con dinero y las que no se tenían que conformar con miseria y servicios de muy mala calidad. ESO es lo que defiende el RECHAZO en esta Convención: mantener una máquina que le inyecta a privados millones de millones de pesos cada mes desde los bolsillos de la gente necesitada, GRATIS, SIN NINGÚN ESFUERZO, SIN MOVER UN DEDO, para que hagan negocios que los enriquecen aún más y entregarle servicios deplorables a los chilenos y chilenas. ESA ES la máquina de hacer millones fácil que están defendiendo con dientes y muelas. Las últimas semanas hemos declarado el fin de la SALUD mediocre que padece la mayoría. 

La Convención ha declarado el fin del sistema ÚNICO de previsión privada, las AFP. La Convención ha declarado el fin del modelo educacional pinochetista. Ha declarado prioritario el consumo de agua para los seres humanos y la mantención del medio ambiente y ha declarado el fin de su privatización. Recursos hay, impuestos para los más ricos hay, royalties para las transnacionales hay. 

Escuchen, porque parece un sueño: 

Pensión digna asegurada para nuestros padres y madres, 

Salud de calidad para todos y todas, 

Vivienda digna propia para nuestro pueblo. 

Educación gratuita desde la escuela hasta la universidad para nuestros hijos e hijas, entre muchas otras cuentas que llevaban años sin ser pagadas. 

La Convención ha cumplido, ahora le entregamos este nuevo Chile a la gente lo que nos mandató. 

A pesar de las mentiras, 

A pesar de las calumnias, 

A pesar del racismo y del clasismo, 

A pesar de nuestros propios errores, 

a pesar de la obstaculización y el terror. de nuestra incapacidad de comunicar bien todo lo que hemos hecho, a pesar del odio y el acoso que hemos padecido, Acá estamos con el corazón en la mano, con la nueva constitución en la mano. Más flacos, más cansados, más viejos. Pero enteros. Para que la esperanza le gane al miedo y la verdad le gane a la mentira. Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!

Muchos no sabemos que estamos bajo algo llamado CONTRATO SOCIAL. 
Cuando uno lleva a su hijo a inscribirlo en el registro civil lo está ingresando a esta comunidad que se llama Chile. De alguna manera ahí firmamos este CONTRATO SOCIAL, que tiene más o menos lo mismo que un contrato de trabajo, de esos que la mayoría hemos firmado alguna vez en nuestra vida: donde me comprometo a trabajar y el empleador se compromete a entregarme las condiciones para desarrollar mi trabajo. Si soy contador, me entregará un computador, una buena silla y un lugar bien iluminado. También un baño porque tengo necesidades y seguramente un lugar donde prepararme un te o comer. 

El contrato social no es diferente. En esta SOCIEDAD, donde soy SOCIO de esta SOCIEDAD que se llama país, me comprometo a trabajar para el desarrollo común, a respetar las leyes, no matar a nadie, no robar, etc. Y el Estado se compromete a su vez a entregarme las condiciones para desarrollar ese trabajo, por ejemplo, me educa para trabajar mejor, me cuida la salud para que trabaje tranquilo, me protege de los delincuentes con una policía y defiende las fronteras con un Ejército. Es decir, cumplo con mis deberes y él a cambio me entrega unas cosas llamadas derechos. Hasta ahí vamos bien, cierto? 

Cuál es el desastre que estamos tratando de cambiar con esta nueva Constitución. Que en 1980 la derecha de este país instaló un modelo perverso que tuvo la genial idea de convertir esos derechos en un negocio para unos pocos. 

Y ¿Por qué lo aceptamos? En realidad no lo aceptamos, fue impuesto por una dictadura que no le preguntó a nadie, porque nos tenían con un fusil apuntándonos a la cabeza. Pensión, Vivienda, Salud, Educación. ESO, todo eso, la Constitución del ’80 lo convirtió en el negocio de unos pocos, en objetos comerciables a los que solo tenían acceso las personas con dinero y las que no se tenían que conformar con miseria y servicios de muy mala calidad. ESO es lo que defiende el RECHAZO en esta Convención: mantener una máquina que le inyecta a privados millones de millones de pesos cada mes desde los bolsillos de la gente necesitada, GRATIS, SIN NINGÚN ESFUERZO, SIN MOVER UN DEDO, para que hagan negocios que los enriquecen aún más y entregarle servicios deplorables a los chilenos y chilenas. ESA ES la máquina de hacer millones fácil que están defendiendo con dientes y muelas. Las últimas semanas hemos declarado el fin de la SALUD mediocre que padece la mayoría. 

La Convención ha declarado el fin del sistema ÚNICO de previsión privada, las AFP. La Convención ha declarado el fin del modelo educacional pinochetista. Ha declarado prioritario el consumo de agua para los seres humanos y la mantención del medio ambiente y ha declarado el fin de su privatización. Recursos hay, impuestos para los más ricos hay, royalties para las transnacionales hay. 

Escuchen, porque parece un sueño: 

Pensión digna asegurada para nuestros padres y madres, 

Salud de calidad para todos y todas, 

Vivienda digna propia para nuestro pueblo. 

Educación gratuita desde la escuela hasta la universidad para nuestros hijos e hijas, entre muchas otras cuentas que llevaban años sin ser pagadas. 

La Convención ha cumplido, ahora le entregamos este nuevo Chile a la gente lo que nos mandató. 

A pesar de las mentiras, 

A pesar de las calumnias, 

A pesar del racismo y del clasismo, 

A pesar de nuestros propios errores, 

a pesar de la obstaculización y el terror. de nuestra incapacidad de comunicar bien todo lo que hemos hecho, a pesar del odio y el acoso que hemos padecido, Acá estamos con el corazón en la mano, con la nueva constitución en la mano. Más flacos, más cansados, más viejos. Pero enteros. Para que la esperanza le gane al miedo y la verdad le gane a la mentira. Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!

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