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14o. Domingo Ordinario-Jesús envía a sus discípulos La Palabra Contemplada

    • Christianity

En el Evangelio de este domingo Jesús envía a 72 de sus discipulos a continuar su misión de sanar a los enfermos, exorcisar a los demonios y proclamar la Buena Nueva.  ¿A donde te envía Jesús hoy?

“ Alégrense con Jerusalén, gocen con ella todos los que la aman.” Isaías 66:10

La primera lectura de este domingo nos viene del último capítulo del libro del profeta Isaías. En el pasaje vemos el llamado del profeta a una alegría desbordada por el regreso de los exiliados a la tierra prometida, aun antes de que sucediera. Una clave con la que podemos entender el Antiguo Testamento es leyéndolo teniendo en cuenta la Tierra Prometida como un punto central. Con esta clave el texto adquiere un significado muy profundo: desde el libro de Génesis hasta los Macabeos, la historia es una que liga el propósito con el obtener, perder, viajar hacia, y recuperar la Tierra Prometida. Este es uno de los pocos pasajes que caracteriza a Dios en términos maternos: “Como áquel a quien su madre consuela, así yo los consolaré a ustedes.” Como sabemos Dios es espíritu puro, y no puede asignársele un genero masculino o femenino. Mientras que la mayoría de los pasajes describen a Dios como Padre (y Jesús mismo así lo hizo), también tenemos unos pocos como este que lo describen con imágenes maternales. Con alegría dirigimos nuestras oraciones a Dios al saber que Él nos acompaña en nuestro camino hacia la Jerusalén celestial.

“No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo” – Gálatas 6:14

La segunda lectura proviene de la carta de San Pablo a los Gálatas. Galicia era el poblado donde los que se habían convertido a Cristo por la predicación de Pablo habían sido seducidos por otros predicadores a adoptar las costumbres judías, sobre todo la circuncisión. Esto para Pablo es una traición a Cristo, y por eso este tema ocupa un lugar prominente en la carta. De hecho cuando Pablo dice “Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz,” él esta respondiendo al hecho de que los circuncidados hacían alarde de que ellos eran los elegidos, los que se salvarían por este signo. Pero para Pablo que había tenido un encuentro tan especial con Jesucristo no había otra señal, sino el signo de la Nueva Alianza: la cruz del Señor Jesucristo. Esto era central para Pablo: nosotros predicamos a un Cristo crucificado. Por eso para nosotros la cruz nos identifica como seguidores de Cristo ya que por esta cruz nuestro Dios redimió al mundo. De ser instrumento de tortura se volvió instrumento de salvación. Los que estamos en Jesús hemos vuelto a nacer, somos una nueva creación como nos dice aquí San Pablo, aludiendo a este nuevo estado de vivir en la gracia de Dios por el bautismo. Lo que cuenta ahora no es la circuncisión sino la creación nueva dice San Pablo, hablando de que en la Nueva Alianza lo que cuenta es la gracia de Dios derramada para nuestra salvación en la cruz.

“Los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir.” – Lucas 10:1

En el evangelio de este vemos a Jesús envíar a 72 de sus discípulos a ir y predicar por los poblados. En un cierto nivel nos muestra el carácter práctico de la misión de Jesús: llama a sus discípulos, les enseña, y ahora tienen un “entrenamiento” antes de ser lanzados en su misión final – el ir por todo el mundo predicando el Evangelio. La preparación para ellos, y también para nosotros que buscamos seguir a Cristo y unirnos a su misión, es el de despojarnos de todo y abandonarnos en plena confianza de que él proporcionara todo lo que necesitamos. Otra cosa que aprender de la gran riqueza que nos ofrece este pasaje es el hecho de que Jesús los manda de dos en dos. El apostolado se vive en acompañamiento. Nos apoyamos mutuamente, rezamos por nuestras necesidades y la de los demás. Nuestra fe se vive y se celebra no en soledad sino en comunidad. Si tu vas solo por e

En el Evangelio de este domingo Jesús envía a 72 de sus discipulos a continuar su misión de sanar a los enfermos, exorcisar a los demonios y proclamar la Buena Nueva.  ¿A donde te envía Jesús hoy?

“ Alégrense con Jerusalén, gocen con ella todos los que la aman.” Isaías 66:10

La primera lectura de este domingo nos viene del último capítulo del libro del profeta Isaías. En el pasaje vemos el llamado del profeta a una alegría desbordada por el regreso de los exiliados a la tierra prometida, aun antes de que sucediera. Una clave con la que podemos entender el Antiguo Testamento es leyéndolo teniendo en cuenta la Tierra Prometida como un punto central. Con esta clave el texto adquiere un significado muy profundo: desde el libro de Génesis hasta los Macabeos, la historia es una que liga el propósito con el obtener, perder, viajar hacia, y recuperar la Tierra Prometida. Este es uno de los pocos pasajes que caracteriza a Dios en términos maternos: “Como áquel a quien su madre consuela, así yo los consolaré a ustedes.” Como sabemos Dios es espíritu puro, y no puede asignársele un genero masculino o femenino. Mientras que la mayoría de los pasajes describen a Dios como Padre (y Jesús mismo así lo hizo), también tenemos unos pocos como este que lo describen con imágenes maternales. Con alegría dirigimos nuestras oraciones a Dios al saber que Él nos acompaña en nuestro camino hacia la Jerusalén celestial.

“No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo” – Gálatas 6:14

La segunda lectura proviene de la carta de San Pablo a los Gálatas. Galicia era el poblado donde los que se habían convertido a Cristo por la predicación de Pablo habían sido seducidos por otros predicadores a adoptar las costumbres judías, sobre todo la circuncisión. Esto para Pablo es una traición a Cristo, y por eso este tema ocupa un lugar prominente en la carta. De hecho cuando Pablo dice “Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz,” él esta respondiendo al hecho de que los circuncidados hacían alarde de que ellos eran los elegidos, los que se salvarían por este signo. Pero para Pablo que había tenido un encuentro tan especial con Jesucristo no había otra señal, sino el signo de la Nueva Alianza: la cruz del Señor Jesucristo. Esto era central para Pablo: nosotros predicamos a un Cristo crucificado. Por eso para nosotros la cruz nos identifica como seguidores de Cristo ya que por esta cruz nuestro Dios redimió al mundo. De ser instrumento de tortura se volvió instrumento de salvación. Los que estamos en Jesús hemos vuelto a nacer, somos una nueva creación como nos dice aquí San Pablo, aludiendo a este nuevo estado de vivir en la gracia de Dios por el bautismo. Lo que cuenta ahora no es la circuncisión sino la creación nueva dice San Pablo, hablando de que en la Nueva Alianza lo que cuenta es la gracia de Dios derramada para nuestra salvación en la cruz.

“Los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir.” – Lucas 10:1

En el evangelio de este vemos a Jesús envíar a 72 de sus discípulos a ir y predicar por los poblados. En un cierto nivel nos muestra el carácter práctico de la misión de Jesús: llama a sus discípulos, les enseña, y ahora tienen un “entrenamiento” antes de ser lanzados en su misión final – el ir por todo el mundo predicando el Evangelio. La preparación para ellos, y también para nosotros que buscamos seguir a Cristo y unirnos a su misión, es el de despojarnos de todo y abandonarnos en plena confianza de que él proporcionara todo lo que necesitamos. Otra cosa que aprender de la gran riqueza que nos ofrece este pasaje es el hecho de que Jesús los manda de dos en dos. El apostolado se vive en acompañamiento. Nos apoyamos mutuamente, rezamos por nuestras necesidades y la de los demás. Nuestra fe se vive y se celebra no en soledad sino en comunidad. Si tu vas solo por e

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