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2 Esperanza de triunfo sobre el mal La Gran Esperanza

    • Christianity

“Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón” (Génesis 3:15). Esta enemistad no es natural. Cuando el hombre violó la ley divina, su naturaleza se corrompió, llegando a ser semejante a la de Satanás. Los ángeles caídos y los hombres perversos se unieron en un compañerismo desesperado. Si Dios no se hubiera interpuesto, Satanás y el hombre hubieran conformado una alianza contra el cielo, y toda la familia humana se habría unido en oposición a Dios.

“Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón” (Génesis 3:15). Esta enemistad no es natural. Cuando el hombre violó la ley divina, su naturaleza se corrompió, llegando a ser semejante a la de Satanás. Los ángeles caídos y los hombres perversos se unieron en un compañerismo desesperado. Si Dios no se hubiera interpuesto, Satanás y el hombre hubieran conformado una alianza contra el cielo, y toda la familia humana se habría unido en oposición a Dios.

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