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APATOSAURUS Y UN SPINOSAURUS MONTAN ORQUESTA DE SALSA EN PUERTO RICO HAZ CUENTP LARGO Dinolandia,Cuentos,libros de dinosaurios

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Había una vez un Apatosaurus llamado **Largo** y un Spinosaurus llamado **Spinny** que vivían en la selva. Largo era un dinosaurio muy amigable y le encantaba explorar la selva. Spinny, por otro lado, era un dinosaurio muy talentoso y le gustaba tocar la guitarra. Un día, mientras Largo y Spinny estaban explorando la selva, se encontraron con un grupo de dinosaurios que estaban tocando música. Largo y Spinny se acercaron y comenzaron a escuchar la música. La música era salsa, un género musical muy popular en Puerto Rico. Largo y Spinny se enamoraron de la música al instante. Decidieron que querían formar su propia orquesta de salsa. Largo y Spinny comenzaron a buscar músicos para unirse a su orquesta. Se encontraron con un grupo de dinosaurios que tocaban la trompeta, el piano y la batería. Juntos, Largo, Spinny y los otros dinosaurios comenzaron a ensayar. Los días pasaron y la orquesta de salsa de Largo y Spinny se convirtió en la mejor de la selva. Los otros animales de la selva se dieron cuenta de lo talentosos que eran Largo y Spinny y comenzaron a asistir a sus conciertos. Un día, un grupo de dinosaurios de Puerto Rico llegó a la selva. Los dinosaurios de Puerto Rico habían oído hablar de la orquesta de salsa de Largo y Spinny y querían que tocaran en Puerto Rico. Largo y Spinny estaban muy emocionados de ir a Puerto Rico. Sabían que sería una gran aventura y que tendrían la oportunidad de conocer a muchos dinosaurios de otros lugares. Los días pasaron y Largo y Spinny llegaron a Puerto Rico. Se encontraron con muchos dinosaurios que estaban muy emocionados de conocerlos. Largo y Spinny comenzaron a tocar la guitarra y la batería, y los dinosaurios de Puerto Rico comenzaron a bailar. La música de Largo y Spinny era tan buena que los dinosaurios de Puerto Rico no podían dejar de bailar. Los días pasaron y Largo y Spinny se enamoraron más y más de la música. Se convirtieron en la pareja más feliz de Puerto Rico. Desde entonces, Largo y Spinny han estado explorando el mundo y han aprendido muchas cosas nuevas. Han hecho muchos amigos y han aprendido a respetar las culturas y los monumentos de otros dinosaurios. La moraleja de esta historia es que la música puede unir a las personas, incluso a través de las especies. Jose Pardal

Había una vez un Apatosaurus llamado **Largo** y un Spinosaurus llamado **Spinny** que vivían en la selva. Largo era un dinosaurio muy amigable y le encantaba explorar la selva. Spinny, por otro lado, era un dinosaurio muy talentoso y le gustaba tocar la guitarra. Un día, mientras Largo y Spinny estaban explorando la selva, se encontraron con un grupo de dinosaurios que estaban tocando música. Largo y Spinny se acercaron y comenzaron a escuchar la música. La música era salsa, un género musical muy popular en Puerto Rico. Largo y Spinny se enamoraron de la música al instante. Decidieron que querían formar su propia orquesta de salsa. Largo y Spinny comenzaron a buscar músicos para unirse a su orquesta. Se encontraron con un grupo de dinosaurios que tocaban la trompeta, el piano y la batería. Juntos, Largo, Spinny y los otros dinosaurios comenzaron a ensayar. Los días pasaron y la orquesta de salsa de Largo y Spinny se convirtió en la mejor de la selva. Los otros animales de la selva se dieron cuenta de lo talentosos que eran Largo y Spinny y comenzaron a asistir a sus conciertos. Un día, un grupo de dinosaurios de Puerto Rico llegó a la selva. Los dinosaurios de Puerto Rico habían oído hablar de la orquesta de salsa de Largo y Spinny y querían que tocaran en Puerto Rico. Largo y Spinny estaban muy emocionados de ir a Puerto Rico. Sabían que sería una gran aventura y que tendrían la oportunidad de conocer a muchos dinosaurios de otros lugares. Los días pasaron y Largo y Spinny llegaron a Puerto Rico. Se encontraron con muchos dinosaurios que estaban muy emocionados de conocerlos. Largo y Spinny comenzaron a tocar la guitarra y la batería, y los dinosaurios de Puerto Rico comenzaron a bailar. La música de Largo y Spinny era tan buena que los dinosaurios de Puerto Rico no podían dejar de bailar. Los días pasaron y Largo y Spinny se enamoraron más y más de la música. Se convirtieron en la pareja más feliz de Puerto Rico. Desde entonces, Largo y Spinny han estado explorando el mundo y han aprendido muchas cosas nuevas. Han hecho muchos amigos y han aprendido a respetar las culturas y los monumentos de otros dinosaurios. La moraleja de esta historia es que la música puede unir a las personas, incluso a través de las especies. Jose Pardal

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