En Gracia y Sabiduría Radio Stereo Resurrección

Por consiguiente, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones.

(1Timoteo 2:8)

Hay un solo Dios, y un solo mediador (Jesús, el Verbo hecho carne).

El mandamiento (y distintivo) mayor de la fe cristiana es el amor. Un cristiano ama, porque ha sido amado. Y ama incluso a quien no lo merece, porque recuerda que él tampoco merecía el amor que ha recibido.

Pablo vuelve a remarcar la tarea que le ha encomendado a Timoteo: aférrate y predica el Evangelio de Cristo, combate a quienes se oponen con fábulas y engaños, sé firme en estas cosas.

Así como la vida de Pablo fue transformada por el poder del Cristo, así fue la nuestra. Y es el Evangelio, y solo el Evangelio, el que tiene el poder de cambiar a un pecador en un hijo de Dios.

¿Y entonces? La ley condena a los pecadores, pero para aquel que ha puesto su fe y confianza en Jesucristo, la ley es buena, porque nos ayuda a ver nuestro pecado y necesidad del Evangelio, nos mantiene lejos de la autosuficiencia y cerca de Jesús.