La radio de los mil tiempos Radio 5

El jazz fue un elemento más de propaganda radiofónica durante la Segunda Guerra Mundial. Los nazis prohibieron la difusión de jazz en su país, pero el ministro de Propaganda, Goebbels, creó una big band llamada Charlie and his Orchestra para tratar de influir en el público extranjero. La estrategia consistía en transformar las letras de las canciones de moda en Broadway o en Hollywood para convertirlas en alegatos nazis. La BBC se resistía también a incluir jazz y swing en sus emisiones, pero a partir de 1943 las cosas empezarno a cambiar con la llegada de los primeros soldados norteamericanos a Europa. Entonces, las emisoras aliadas contraatacaron. Empezaron a programar emisiones de jazz en alemán para desmoralizar a las tropas nazis. 

La radio no fue el fruto de una intuición genial, sino el resultado de una evolución de décadas. Por eso, en diferentes países se atribuye su paternidad a distintos científicos, aunque en la memoria colectiva de la mayor parte del mundo su invención esté unido al italiano Guglielmo Marconi. Este último episodio de La radio de los mil tiempos recuerda los primeros pasos de este medio de comunicación, hasta 1920, el año en que salieron al aire las primeras programaciones regulares de información y entretenimiento. Desde entonces, la radio dejó de ser una curiosidad científica propia de inventores individuales, y se convirtió en un negocio empresarial que pronto atrajo a multitudes. 

Fue una broma inofensiva, una llamada sin mala intención. Mel Greig y Michael Christian, dos DJ's de la emisora 2day FM de Sidney, Australia, querían obtener información sobre la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, ingresada en un hospital de Londres. Para ello se hicieron pasar por la misma reina Isabel II y el príncipe Carlos. Contra todo pronóstico, consiguieron su objetivo. Pero tres días después, la persona descolgó el teléfono en el hospital, una enfermera llamada Jacinta Saldanha, se ahorcó. Para los dos DJ's, su éxito se transformó en pesadilla.

El levantamiento de Varsovia fue la acción clandestina más grande y heroica de la Segunda Guerra Mundial. Aquella insurrección tuvo su propia emisora: Radio Blyskawica (relámpago, en polaco). Entre el 8 de agosto y el 4 de octubre de 1944 trató de sostener la moral de los civiles y soldados de Varsovia, fue portavoz del llamado ejército interior polaco, e informó al mundo de lo que pasaba en la ciudad, con emisiones en alemán, inglés y francés. A medida que se desvanecía la esperanza de éxito, la emisora informaba de los terribles sufrimiento de la población, de la bestialidad alemana en la represión y de la enorme devastación de la ciudad. El levantamiento fracasó por la falta de ayuda exterior. Tras 63 días de lucha, el ejército interior polaco se rindió. El 4 de octubre, tras dar su último mensaje, se destruyó el transmisor.  

La voz de Canarias libre llevó a las ondas durante algo más de dos años la causa de la independencia canaria. Era portavoz del MPAIAC, creado y dirigido por Antonio Cubillo. Empezó a emitir el 2 de diciembre de 1975 por la radio argelina, ya que este país apoyaba al movimiento. Sus llamadas a la independencia, incluso a la lucha armada, se combinaban con un carácter desenfadado e irónico que atraía, lo que hizo al programa popular bien pronto no sólo en Canarias, sino en el resto de España. Terminó el 25 de enero de 1978 gracias a la mediación de Felipe González. 

La voz de la paz fue un caso singular entre las emisoras piratas. Transmitió desde 1973, según su slogan, desde algún lugar del Mediterráneo. Se dirigía a Oriente Medio, emitía desde un barco anclado la mayor parte del tiempo en aguas internacionales frente a Tel Aviv, y alternaba la música pop occidental con mensajes de paz. Fue ante todo un empeño personal de un filántropo y pacifista israelí llamado Abbie Nathan. Con dificultades técnicas y económicas, con la hostilidad de los gobiernos de la zona, consiguió transmitir hasta 1993. La iniciativa tuvo un final triste, pero quedó como el símbolo de un sueño que aún está por cumplirse.