23 min

[5] La fórmula del éxito Protagonistas del Cambio

    • Marketing

Me gustaría que dedicases unos segundos a pensar qué es lo que te impide mostrar la mejor versión ti. Piensa en las excusas que has puesto para no salir de tu supuesta  zona de confort. Y sí, digo supuesta, porque en muchos casos la tranquilidad, el conformismo son la antesala del “esqueismo”.




Es que no puedo.
Es que es muy difícil.
Es que no tengo miedo.




El “esqueismo” es la justificación de los mediocres. Comenzarás a crecer, cuando tu propósito sea más fuerte que tus excusas.




Dicen que no hay mayor desdicha para una persona que apuntar bajo y que le vaya bien. La mediocridad apaga la mente, llena tu vida de miedos y de inseguridad. Ten claro amigo, amiga, protagonista del cambio que la única forma de salir de la mediocridad es seguir buscando la excelencia.




Después de más de 20 años de trayectoria profesional he tenido la oportunidad de tratar con muchas personas. Y puedo asegurarte que hay dos perfiles bien diferenciados los cuales puedes identificar fácilmente. Por un lado vas a encontrar personas que se quejan continuamente de todos y de todo. Por otro lado encontrarás a los que crecen sin importarle las dificultades ni las personas que las generan. Los que se quejan, se victimizan y justifican su situación continuamente estableciéndose en la mediocridad. Y créeme cuando te digo que la mediocridad es el peor enemigo de la prosperidad. Ya lo dijo Jules Romains:




La gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de gente.



Dicen que somos la media de las 5 personas con las que pasamos más tiempo. Una de las grandes claves que nos va a permitir mantenernos a salvo de este virus llamado mediocridad es el elegir bien a quiénes van a ser nuestros compañeros de viaje en nuestro día a día. Y sí, he dicho virus. La mediocridad actúa como tal. No la ves, pero se muestra a través de síntomas que la evidencian. Se contagia con facilidad en entornos donde prima la comodidad y no se promueve el talento. Ten en cuenta que la mediocridad es excelente en los ojos de los mediocres tal como dijo Joseph Joubert (moralista y ensayista francés).




Aléjate de la gente que trata de empequeñecer tus ambiciones. La gente pequeña siempre hace eso, pero la gente realmente grande, te hace sentir que tú también puedes ser grande. Acostúmbrate a vivir en la exigencia continua. La incomodidad de la superación continua. Aprende a disfrutar en este ecosistema. Siéntete cómodo o cómoda, trabajando la incomodidad.




Como te he dicho anteriormente, la mediocridad es como un virus, y al igual que cualquier virus no entiende de sexo, religión ni perfiles profesionales. Otras de las formas en las que la mediocridad se hace visible ante nosotros consiste en la situación en la que cargos de responsabilidad no tienen la capacidad de identificar el talento de los miembros de su equipo. Precisamente, la mediocridad también consiste en estar delante de la grandeza y no, no darse cuenta.








Todos hemos sido los primeros alguna vez.



Como mínimo, nueve meses antes de nacer ;). A veces, la elevada toxicidad de nuestro entorno social nos impide ver nuestro potencial. Yo estoy convencido de que todos nacemos con el convencimiento de que no hemos venido a este mundo a ser uno más haciendo lo que hacen los demás. Debes creer en la grandeza que atesoras, debes creer que al otro lado de tus miedos, está lo que deseas. Si crees, creas.




Permíteme que hablemos de éxito y la necesidad de cambio para alcanzarlo.



Vivimos en la era de la información y la comunicación. Tenemos acceso a un universo de conocimiento increíble, como jamás ha existido. Identifica tus referentes y síguelos. Sigue a los referentes de tus referentes y analiza lo que hacen, cómo lo hacen y de qué fuentes se nutren. 




Hace unos años tuve la oportunidad de asistir a una conferencia impartida por el doctor Ichack Adizes. En ella, este reconocido profesor y con

Me gustaría que dedicases unos segundos a pensar qué es lo que te impide mostrar la mejor versión ti. Piensa en las excusas que has puesto para no salir de tu supuesta  zona de confort. Y sí, digo supuesta, porque en muchos casos la tranquilidad, el conformismo son la antesala del “esqueismo”.




Es que no puedo.
Es que es muy difícil.
Es que no tengo miedo.




El “esqueismo” es la justificación de los mediocres. Comenzarás a crecer, cuando tu propósito sea más fuerte que tus excusas.




Dicen que no hay mayor desdicha para una persona que apuntar bajo y que le vaya bien. La mediocridad apaga la mente, llena tu vida de miedos y de inseguridad. Ten claro amigo, amiga, protagonista del cambio que la única forma de salir de la mediocridad es seguir buscando la excelencia.




Después de más de 20 años de trayectoria profesional he tenido la oportunidad de tratar con muchas personas. Y puedo asegurarte que hay dos perfiles bien diferenciados los cuales puedes identificar fácilmente. Por un lado vas a encontrar personas que se quejan continuamente de todos y de todo. Por otro lado encontrarás a los que crecen sin importarle las dificultades ni las personas que las generan. Los que se quejan, se victimizan y justifican su situación continuamente estableciéndose en la mediocridad. Y créeme cuando te digo que la mediocridad es el peor enemigo de la prosperidad. Ya lo dijo Jules Romains:




La gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de gente.



Dicen que somos la media de las 5 personas con las que pasamos más tiempo. Una de las grandes claves que nos va a permitir mantenernos a salvo de este virus llamado mediocridad es el elegir bien a quiénes van a ser nuestros compañeros de viaje en nuestro día a día. Y sí, he dicho virus. La mediocridad actúa como tal. No la ves, pero se muestra a través de síntomas que la evidencian. Se contagia con facilidad en entornos donde prima la comodidad y no se promueve el talento. Ten en cuenta que la mediocridad es excelente en los ojos de los mediocres tal como dijo Joseph Joubert (moralista y ensayista francés).




Aléjate de la gente que trata de empequeñecer tus ambiciones. La gente pequeña siempre hace eso, pero la gente realmente grande, te hace sentir que tú también puedes ser grande. Acostúmbrate a vivir en la exigencia continua. La incomodidad de la superación continua. Aprende a disfrutar en este ecosistema. Siéntete cómodo o cómoda, trabajando la incomodidad.




Como te he dicho anteriormente, la mediocridad es como un virus, y al igual que cualquier virus no entiende de sexo, religión ni perfiles profesionales. Otras de las formas en las que la mediocridad se hace visible ante nosotros consiste en la situación en la que cargos de responsabilidad no tienen la capacidad de identificar el talento de los miembros de su equipo. Precisamente, la mediocridad también consiste en estar delante de la grandeza y no, no darse cuenta.








Todos hemos sido los primeros alguna vez.



Como mínimo, nueve meses antes de nacer ;). A veces, la elevada toxicidad de nuestro entorno social nos impide ver nuestro potencial. Yo estoy convencido de que todos nacemos con el convencimiento de que no hemos venido a este mundo a ser uno más haciendo lo que hacen los demás. Debes creer en la grandeza que atesoras, debes creer que al otro lado de tus miedos, está lo que deseas. Si crees, creas.




Permíteme que hablemos de éxito y la necesidad de cambio para alcanzarlo.



Vivimos en la era de la información y la comunicación. Tenemos acceso a un universo de conocimiento increíble, como jamás ha existido. Identifica tus referentes y síguelos. Sigue a los referentes de tus referentes y analiza lo que hacen, cómo lo hacen y de qué fuentes se nutren. 




Hace unos años tuve la oportunidad de asistir a una conferencia impartida por el doctor Ichack Adizes. En ella, este reconocido profesor y con

23 min