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8: El legado de Las Rosas Homenaje al Campo - Podcast de Almacén Rural

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La historia tiene caminos que se entrecruzan. Por un lado, Leticia D´Arenberg. Llegó a Uruguay en 1951, junto a sus padres que deseaban alejarse de Europa, preocupados por la evolución de la situación internacional a causa de la guerra de Corea. Ella contó que disponer de un campo “era un gran sueño mío” porque “soy una gran defensora de la tierra, del reino animal y del reino vegetal”.



En ese trillo se cruzaron Daniel Tenca y Javier Echeverría. En un primer momento lo hicieron como administradores del área lechera y ganadera, respectivamente. El asunto cambió cuando por cuestiones personales, la fundadora de “Las Rosas” armó una sociedad junto a Tenca y Echeverría. Hoy “ellos son La Rosa Blanca y yo soy Las Rosas”. 



Sobre su experiencia en Uruguay, D´Arenberg, confió que “he tenido tanto problema” que “me pusieron de rodillas tres veces”, pero por suerte pude “volver a levantar la bandera de mi familia, que fue bien enterrado en el barro”. En sentido contrario y sobre Tenca y Echeverría dijo que tendría que “hacerles un monumento” a los dos. En cambio, los aludidos dicen que “estaremos eternamente agradecidos”.



Fotografía de Laetitia D´Arenberg: Cortesía de Mauricio Pizard

La historia tiene caminos que se entrecruzan. Por un lado, Leticia D´Arenberg. Llegó a Uruguay en 1951, junto a sus padres que deseaban alejarse de Europa, preocupados por la evolución de la situación internacional a causa de la guerra de Corea. Ella contó que disponer de un campo “era un gran sueño mío” porque “soy una gran defensora de la tierra, del reino animal y del reino vegetal”.



En ese trillo se cruzaron Daniel Tenca y Javier Echeverría. En un primer momento lo hicieron como administradores del área lechera y ganadera, respectivamente. El asunto cambió cuando por cuestiones personales, la fundadora de “Las Rosas” armó una sociedad junto a Tenca y Echeverría. Hoy “ellos son La Rosa Blanca y yo soy Las Rosas”. 



Sobre su experiencia en Uruguay, D´Arenberg, confió que “he tenido tanto problema” que “me pusieron de rodillas tres veces”, pero por suerte pude “volver a levantar la bandera de mi familia, que fue bien enterrado en el barro”. En sentido contrario y sobre Tenca y Echeverría dijo que tendría que “hacerles un monumento” a los dos. En cambio, los aludidos dicen que “estaremos eternamente agradecidos”.



Fotografía de Laetitia D´Arenberg: Cortesía de Mauricio Pizard

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