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¿Dónde está tu mirada? (parte 7)-EP69-Números Viandas de Vida

    • Christianity

“31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. 32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí. 33 El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva. 34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, yo me volveré. 35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.”

Números 22:31-35



¿Algunas veces has pensado que harías las cosas del pasado diferentes si hubieras sabido en ese entonces lo que sabes ahora? Por ejemplo, muchas veces cargamos con consecuencias por actuar impulsivamente, sin pararnos a pensar, a orar o a observar cuidadosamente lo que pasa a nuestro alrededor, llevándonos así a sufrimientos que nos pudiésemos habido ahorrar.



Algo similar le pasó a Balaam en la porción que leemos para la meditación de este día. En vez de haber parado en su camino cuando el asna empezó a actuar erráticamente, para poner atención a lo que estaba sucediendo; para orar a Dios y pedirle claridad en su mente y en su mirada sobre lo que estaba sucediendo, azotó más y más fuerte al asna, queriendo forzar su avance.



Su mirada estaba tan desviada o sesgada, que hasta empezó a hablar con el asna como si fuera algo de lo más normal, en vez de procurar hablar con Dios para comprender lo extraño de los acontecimientos.



No fue sino hasta que Dios abrió los ojos de Balaam, que éste pudo ver y comprender lo perverso de su caminar, y el por qué se estaba encontrando con tanta resistencia en su camino.

“31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. 32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí. 33 El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva. 34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, yo me volveré. 35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.”

Números 22:31-35



¿Algunas veces has pensado que harías las cosas del pasado diferentes si hubieras sabido en ese entonces lo que sabes ahora? Por ejemplo, muchas veces cargamos con consecuencias por actuar impulsivamente, sin pararnos a pensar, a orar o a observar cuidadosamente lo que pasa a nuestro alrededor, llevándonos así a sufrimientos que nos pudiésemos habido ahorrar.



Algo similar le pasó a Balaam en la porción que leemos para la meditación de este día. En vez de haber parado en su camino cuando el asna empezó a actuar erráticamente, para poner atención a lo que estaba sucediendo; para orar a Dios y pedirle claridad en su mente y en su mirada sobre lo que estaba sucediendo, azotó más y más fuerte al asna, queriendo forzar su avance.



Su mirada estaba tan desviada o sesgada, que hasta empezó a hablar con el asna como si fuera algo de lo más normal, en vez de procurar hablar con Dios para comprender lo extraño de los acontecimientos.



No fue sino hasta que Dios abrió los ojos de Balaam, que éste pudo ver y comprender lo perverso de su caminar, y el por qué se estaba encontrando con tanta resistencia en su camino.

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