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Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

Un Mensaje a la Conciencia ahp@conciencia.net (Hermano Pablo y Carlos Rey)

    • Religion & Spirituality

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

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    (Aniversario del «Juego del Siglo»)

    Hijo del director de una oficina de correos, comenzó a jugar fútbol a los nueve años, en las categorías inferiores del fútbol alemán. A los trece años ya formaba parte del Bayern Múnich, en su ciudad natal. A los dieciocho años ya había debutado con el Bayern, y cumplidos los veinte había hecho su debut con la selección alemana. A lo largo de su carrera, «der kaiser» participó como jugador en tres torneos de la Copa Mundial de Fútbol y como director técnico en otros dos, siendo así la segunda persona del mundo, después del brasileño Mario Zagallo, en conseguir la codiciada copa como jugador y como entrenador.

    Si bien Franz Beckenbauer sobresalió como mundialista desde el principio, marcando dos goles en su primer partido en Inglaterra 1966, tuvo una participación inolvidable en México 1970. En «el juego del siglo», la semifinal entre Alemania e Italia, su selección alemana se vio obligada a jugar tiempos extras por segunda vez consecutiva y, para colmo de males, no pudo hacer cambios por haber agotado sus sustituciones. Frente a más de 114 mil espectadores que colmaron el Estadio Azteca, Beckenbauer se jugó el todo por el todo en el tiempo suplementario, terminando el partido con un hombro dislocado y el brazo en cabestrillo. Sin embargo, su esfuerzo heroico no se vio recompensado. Los pánzers alemanes marcaron dos goles más, pero la escuadra azzurri marcó tres, el de la victoria en los minutos en que agonizaba el partido y se morían de cansancio los jugadores.

    No obstante, Beckenbauer comentó: «México 1970 fue un torneo excepcional. En aquella época no había... tanta preocupación por la seguridad.... Simplemente había un policía armado en la entrada como única vigilancia. Obviamente, es algo impensable en la actualidad.... El torneo de México estuvo lleno de colorido. El país era una gran fiesta del fútbol.»1

    Lo irónico de las declaraciones hechas por el astro alemán es que, mientras los veintidós jugadores de los dos equipos se entregaban en la cancha del Azteca, veintitrés presos en la ciudad de Tixtla, cerca de Acapulco, se escapaban de una cárcel con todas las armas que había en ella. ¡Los reos aprovecharon la complicidad del guardia que se quedó vigilándolos para que los otros guardias de turno pudieran ver el partido por televisión en un bar frente al presidio!2

    Gracias a Dios, en la gran fiesta que habrá en el cielo, nadie tendrá que preocuparse por su salud física o mental, ni por su seguridad corporal o espiritual. Es que allí no habrá enfermedad ni dolor, ni tristeza ni temor, sino paz y tranquilidad, gozo y felicidad. Porque en el cielo no habrá ni un solo perdedor; todos serán ganadores. Más vale que aseguremos la entrada hoy mismo. A diferencia de las copas mundiales de fútbol, la entrada al local es gratuita, y la fiesta no dura nada más un mes sino toda una eternidad.

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net



    1
    «Franz Beckenbauer: El cerebro de Alemania» En línea 12 enero 2006.


    2
    «Aprovechando la volada», En línea 12 enero 2006.

    • 4 min
    «El resultado de un gran amor prohibido»

    «El resultado de un gran amor prohibido»

    En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

    «Tengo una hija de veintitrés años. Esa hija es el resultado de un gran amor prohibido con un hombre que tiene un hogar con dos hijos.... Yo todo el tiempo cuidé de que nadie se enterara. Él siempre ha respondido por mi hija, y le dio el apellido, pero no ha estado todo el tiempo con ella.

    »Hace unos seis años decidimos terminar la relación, pero recientemente mi hija vio en las redes sociales una foto del papá con la familia. Se enteró de todo, y con mucha rabia le escribió al papá. Él me llamó de inmediato, pero a ella no le respondió nada. Ahora no sé cómo abordar el tema.»

    Este es el consejo que le dio mi esposa:

    «Estimada amiga:

    »Nos alegra que nos haya confiado su dilema. Ni siquiera podemos imaginarnos lo que está sufriendo su hija y el dolor emocional que está experimentando....

    »Sin embargo, su hija es una mujer adulta. Ella no necesita que usted siga protegiéndola. No quiere que usted sea su mediadora, por lo que le escribió directamente al papá. Ella está en su pleno derecho de estar enojada con él y de expresarle lo que siente sin que usted se interponga tratando de limar asperezas.

      »Su consulta hace pensar que usted quiere enmendar las cosas en beneficio de su hija, pero sin causarle ninguna molestia al ex amante suyo. Si es eso lo que usted desea, entonces le está mostrando lealtad al hombre y no a su hija.

    »Es muy probable que su hija esté juzgando la manera como usted reacciona para ver a quién le va a mostrar lealtad. Lo que ella necesita de parte de usted es que la apoye emocionalmente para afrontar la traición que está sufriendo. Ella no necesita que usted le diga que no se enoje, y tampoco que le diga lo que debe o no debe escribir o decir.

    »Le recomendamos que le diga al papá de su hija que él no puede valerse de usted como intermediaria.... Luego cuéntele a su hija lo que le dijo al papá. Dígale que siente mucho que ella esté sufriendo y que usted haya permitido que sucediera al mantener una relación con un hombre casado.

    »Así como la mayoría de los hijos nacidos como fruto de una relación adúltera, su hija no dejará de sufrir el castigo por lo que usted y el papá optaron por hacer. No es justo que los hijos sean castigados por el pecado de los padres, pero usted no pensó en eso cuando comenzó a cultivar una relación con un hombre casado.

    »Dios la ama muchísimo, a pesar de las maneras en que usted ha quebrantado sus leyes divinas. El pecado que usted ha cometido no es peor que el de las demás personas, incluso el nuestro, ya que todo pecado quebranta la ley de Dios. La buena noticia es que Él la perdonará si se lo pide, tal como nos ha perdonado a nosotros.»

    Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 675.

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net

    • 4 min
    El milagro de la recuperación

    El milagro de la recuperación

    Trepando hábilmente, la muchacha llegó a la punta del mástil. Allí, apoyándose en una sola mano, levantó los pies en alto y quedó haciendo equilibrio. Los espectadores del circo Barnum aplaudieron con entusiasmo.

    María Lazar, rumana que tenía en ese entonces dieciocho años de edad, estaba en la punta de un mástil de cinco metros sostenido por su esposo. El esposo estaba sobre otro mástil de ocho metros sostenido por un ayudante. Con el largo de los dos mástiles y el de los dos hombres, María estaba a casi diecisiete metros de altura.

    Por alguna razón inexplicable, María de pronto perdió el equilibrio y cayó al suelo desde esa altura. El golpe le quebró la espalda y la dejó paralizada.

    Pasaron diez años de terapia, sufrimiento, fe y esperanza, al término de los cuales María Lazar, con su esposo y el ayudante, y en el mismo circo, volvió a intentar la misma hazaña. Poco a poco fue subiendo el mástil hasta llegar arriba. Después de poner las manos sobre la pequeña plataforma y de girar el cuerpo hasta tener los pies hacia arriba, se balanceó por un buen tiempo.

    Los espectadores, que conocían la historia, aplaudieron con más entusiasmo que antes. Luego, así como había subido, María se deslizó por el mástil bajando al suelo. Había logrado realizar la hazaña con éxito y profesionalismo.

    ¿Qué impulsó a María Lazar a cristalizar un sueño imposible y lanzarse otra vez a la profesión? Fue su intenso amor al circo y su profunda fe en Dios. Estos produjeron en ella el milagro de la recuperación. Su columna se soldó, los nervios se restituyeron, los músculos volvieron a cobrar fuerza, y su cuerpo recuperó su agilidad.

    Dos poderes benéficos actuaron en María. Uno fue su amor al oficio, su pasión por el circo. El otro fue su inalterable fe en Dios. Ella siempre creyó que el Señor no habría de abandonarla, y no dejó de orar un solo día.

    Cuando combinamos la pasión de vencer con la fe en Dios, salimos adelante a pesar de las dificultades y los contratiempos de la vida. Porque una pasión intensa, cuando es buena, y la fe en Dios, que es la fuente de vida y de verdad, dan fuerza sobrenatural para sobreponerse a cualquier adversidad.

    No nos demos por vencidos. Si lo que nos proponemos es sano y es para el beneficio de los demás, y si sabemos que es algo que Dios aprueba, tenemos asegurada la victoria. Mantengamos firme la visión en medio de la adversidad, y nunca perdamos la fe en Dios. Con Él de nuestra parte, podemos ser vencedores hasta el fin de nuestros días en esta tierra.

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net

    • 4 min
    «La gran heroína de la Guerra del Pacífico»

    «La gran heroína de la Guerra del Pacífico»

    (Natalicio de Antonia Moreno de Cáceres)

    En su obra Mujeres que forjaron el Perú, Bruno Pólack incluye a una mujer que, a causa de la carrera militar y política de su esposo, llegó a ser dos veces la Primera Dama del Perú. Pero fue a causa de la participación misma de esa mujer durante la segunda parte de la Guerra del Pacífico entre Perú y Chile que ocurrió la siguiente historia que ilustra cabalmente la razón por la que el escritor peruano titula su capítulo sobre Antonia Moreno Leyva de Cáceres: «La gran heroína de la Guerra del Pacífico»:

    »Con sus pasos observados al detalle —narra Pólack—, Antonia Moreno —esposa «del combatiente más ilustre», el General de Brigada Andrés Avelino Cáceres Dorregaray— tenía la obligación de ser mucho más cuidadosa y astuta, pues de sus acciones dependía buena parte del éxito de la Campaña de la Breña. Ya tenía en su poder un pequeño cañón... y todos coincidían en que había que sacarlo lo más pronto posible de la ciudad [de Lima].... Urgía que esa importante arma estuviera en manos de la resistencia, por lo que convinieron en que unas mulas esperaran la carga fuera de las murallas de la ciudad para llevarla inmediatamente a su destino. Pero, con las calles atestadas de soldados chilenos, ¿cómo se podría sacar dicho armatoste fuera de los confines de la ciudad?

      »A nuestra heroína se le ocurrió que existía sólo una salida posible para resolver el problema. Mandó a desarmar el cañón en varias partes y lo depositó en el interior de un ataúd de madera, el cual sería cargado por las calles simulando una comitiva apesadumbrada de deudos hasta el cementerio. Muy cerca de ahí, en un descampado, los esperarían las mulas que iban a servir de transporte para llevar la peligrosa carga hasta [Cáceres en la sierra central]....

      »Bajo la mirada de atentos soldados chilenos que rondaban por las calles semidesiertas de Lima, el ataúd fue llevado por una muchedumbre de nerviosos deudos... de la patria... que llevaban [además,] escondido donde podían... un cargamento de armas y municiones.... Paso a paso, calle a calle, surgía con cada soldado chileno la posibilidad de ser descubiertos. No se podía correr, pues había que ir a paso de velorio e incluso llorar si era necesario....

    »La misión resultó exitosa y el «cadáver» resucitó a los pocos días con estruendosos cañonazos que anunciaban que la resistencia no se rendiría», concluye Pólack.1

    Así como el peso abrumador del cañón y de las otras armas recayó sobre los hombros de aquellos soldados peruanos ese día, también en nuestra vida hay días en que sentimos que estamos llevando el peso del mundo sobre los hombros. Sólo que el enemigo nuestro sabe lo que estamos cargando, y se esfuerza más bien por hacernos creer la mentira de que hay que llevar solos esas cargas.

    Lo cierto es que el único en la historia humana que ha podido soportar el peso del mundo es Jesucristo, el Hijo de Dios. Cuando murió por nuestros pecados, Él llevó, solo, ese peso sobre sus hombros para que nosotros jamás tuviéramos que llevar solos nuestras cargas. Y ahora espera que, a nuestra vez, cumplamos su ley ayudándonos mutuamente, llevando los unos las cargas de los otros.2

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net



    1
    Bruno Pólack, «Antonia Moreno: “La gran heroína de la Guerra del Pacífico”», Mujeres que forjaron el Perú, Bicentenario: Colección Perú 1821-2021 (Lima: Editorial Planeta Perú, 2018; Edición Digital, 2020), Loc. 41-152.


    2
    1P 2:24; Gá 6:2

    • 4 min
    Salvados por fuego

    Salvados por fuego

    Don Juan era un anciano de setenta y cuatro años que participó cuando joven en la guerra del Paraguay. El gobierno lo encargó de un trabajo de medición poco tiempo después de la campaña del general Roca contra los indios. Como el trabajo era peligroso, uno de los jefes expedicionarios le envió quince soldados aptos para medir la tierra y para defenderse del enemigo.

    Los veinte que componían el convoy de carretas y animales trabajaban de día. Para dormir más tranquilos, de noche hacían campamento rodeados por las carretas unidas con lazos. Se suponía que al centinela lo mantendría despierto el peligro de un ataque sorpresivo.

    Una noche los indios les cayeron en número crecido, pero en lugar de atropellarlos, se contentaron con incendiar el pajonal. No demoraron las llamas en alumbrar aquel sitio. Los soldados temblaban de miedo. ¡Estaban a punto de morir asados!

    De pronto don Juan recordó la laguna donde el día anterior les habían dado de beber a los animales. Dio la voz, y sus hombres se echaron a correr. Impulsados por el calor que les picoteaba el cuerpo, llegaron en tropel al agua luminosa y se tiraron de cabeza. Al ver llegar las llamaradas, se sumergieron para evitar quemarse la cara. Pero pronto se dieron cuenta de que las llamaradas se demorarían en su paso por la laguna, y que la única defensa que les quedaba era zambullirse una y otra vez, conteniendo el aliento hasta sentirse reventar o hasta sentir que el fuego se alejaba.

    Al amanecer salieron del agua, colorados como flamencos y sin embargo tiritando de frío. Con todo, no podían dejar de reírse al pensar que el fuego encendido para su muerte los había salvado al ahuyentar a los indios.

    ¡Por algo será que a este cuento el popular autor argentino Ricardo Güiraldes le pone por título «Puchero de soldao»!1 Aunque no sea tan evidente, también nosotros los casados tenemos a un enemigo que nos amenaza con fuego. Ese enemigo es Satanás, y el fuego es el de las malas pasiones, que conducen al adulterio. Cuando ese «matamatrimonios» amenaza con quemarnos vivos, debemos correr al agua que es nuestro cónyuge. No dejemos que el fuego consuma nuestro matrimonio; más bien, pidámosle a Dios que nos ayude a apagar las llamaradas de las malas pasiones2 con el agua protectora de ese ser amado a quien le juramos lealtad para toda la vida. Así, al igual que don Juan y sus hombres, veremos la frustración de los planes del enemigo. Porque ese fuego que ha encendido para matar nuestro matrimonio no nos consumirá, sino que nos salvará, pues hará que nos acerquemos a nuestro cónyuge y con eso alejará de nosotros a Satanás, el enemigo de nuestra felicidad conyugal.

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net



    1
    Ricardo Güiraldes, Cuentos de muerte y de sangre (Buenos Aires: Editorial Losada, 1978), pp. 31-33.


    2
    Ro 7:5-6; Col 1:21; 2Ti 2:22

    • 4 min
    «Nunca se me ha dado un beso»

    «Nunca se me ha dado un beso»

    En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

    «Soy una mujer de treinta y seis años que se siente realmente vacía y olvidada. Me da vergüenza decir que a mi edad nunca he estado en una relación de pareja. Nunca se me ha dado un beso, y me siento culpable. Creo que si hubiera sido una persona diferente y que me gustara salir, bailar [y divertirme], sería otra historia.

    »Salí en algunas citas, pero [quedé muy decepcionada]....

    »He llorado muchas lágrimas. ¡Estoy tan deseosa de besos y abrazos! ... Además, mi deseo fue tener una niña, ser madre, y es lo que más duele.... ¿Por qué Dios puso deseos en mi corazón si no es posible que se cumplan?»

    Este es el consejo que le dio mi esposa:

    «Estimada amiga:

    »Usted hace una pregunta interesante acerca de cómo Dios pone deseos en nuestro corazón. Los deseos específicos a los que se refiere son aquellos que Dios puso en el corazón de la raza humana en general a fin de que pudieran seguir naciendo futuras generaciones....

    »Sin embargo, el comprender que la mayoría de las personas tienen esos mismos deseos no va a hacer que se sienta mejor. En realidad, de ahí surge la pregunta: “¿Por qué permitió Dios que todo el mundo, excepto yo, viera sus deseos cumplidos?”

    »Lamentablemente, compararse con los demás es una fórmula para la depresión, que la hace creer que es demasiado tarde para usted y que todas sus oportunidades ya pasaron.

    »A la depresión la acompañan sentimientos de culpabilidad y de autocondenación. A pesar de que no puede cambiar el ADN con el que nació y que la identifica como la persona que es, usted se siente culpable por no haberlo cambiado. Usted nació como una persona introvertida, no como una persona extrovertida, y no tiene por qué sentirse culpable por eso.

    »Naturalmente, a los introvertidos les resulta mucho más difícil hacer amistades. Pero no es necesario salir de noche para lograrlo. Hace falta más bien buscar actividades que les gusten, y frecuentar lugares donde estén otras personas introvertidas (y extrovertidas). Los mejores lugares son los que se valen de voluntarios, tales como albergues para animales, bibliotecas, hospitales, iglesias y otras organizaciones sin fines lucrativos. Cuanto más grande sea la organización, más oportunidades tendrá para formar nuevas amistades y conocer a hombres que pudieran interesarle.

    »En cuanto al deseo de tener una hija, le recomendamos que investigue dónde se encuentran los recursos cerca de usted para niños desamparados y abandonados. Es posible que haya oportunidades para donar su tiempo como voluntaria a fin de ayudar a esos niños desafortunados. Usted tiene mucho amor que dar, y éstos lo necesitan con urgencia. Y tarde o temprano, tal como mi esposo y yo, usted bien pudiera decidir adoptar a uno o más de ellos.»

    Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 803.

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net

    • 4 min

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