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En este video, veremos la historia personal de Luis Aránguiz, de cómo cambió su perspectiva política y religiosa, de progresista a conservador. A través de un proceso de reflexión y evolución fue experimentando un cambio significativo en sus creencias religiosas, políticas y finalmente en una visión del mundo. En este relato nos acercamos a una profunda conversación, y compartimos los factores que llevaron a Luis a cuestionar sus creencias progresistas previas y a adoptar una perspectiva conservadora.

La educación teológica en Latinoamérica es una de las más ricas y diversas del mundo. Con una larga tradición de estudio y reflexión teológica, esta región ha sido hogar de algunos de los pensadores más influyentes en la historia de la teología.

Desde la época colonial, la teología ha sido un componente fundamental de la educación superior en Latinoamérica. Las primeras universidades del continente, como la Universidad de San Marcos en Lima, Perú, y la Universidad Nacional de México, establecieron departamentos de teología y filosofía como parte de sus programas de estudio.

En la actualidad, hay cientos de instituciones teológicas en toda Latinoamérica, que van desde pequeñas escuelas bíblicas hasta grandes facultades teológicas universitarias. Estas instituciones ofrecen una amplia gama de programas de estudio, desde programas de certificación y diploma hasta programas de maestría y doctorado en teología.

Junto al Doctor en teología y también pastor Oswaldo Fernández comentaremos sobre la educación teológica en Latinoamérica dónde es especialmente importante debido a la fuerte presencia de la religión en la vida diaria de muchas personas.

Al parecer, la vieja interpretación de Génesis 1:26: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra (Génesis 1:26. RVR60)”, a la luz de herramientas hermenéuticas que se desentienden del prisma de la racionalidad moderna, no da cabida a considerar el señorear como excusa para vivir en un mundo en crisis como si esta no existiera, sino más bien para hacerse cargo de generar las soluciones. Y ahí está el tremendo valor y fortaleza de este ensayo: buscar aquellas respuestas desde la Ecología Bíblica, no desde la Eco –Teología. Dichos conceptos suenan parecidos, pero en su fondo no lo son, puesto que toman diferentes puntos de inicio: la Biblia (en el caso de la Ecología Bíblica) y las Ciencias de la Religión (en el caso de la Eco – Teología).

Desde una mirada bíblica, podemos decir que el fracaso es parte del plan divino de Dios para nuestras vidas. A través del fracaso, Dios nos enseña humildad y dependencia de Él, recordándonos que nuestra confianza debe estar en Él y no en nuestras propias habilidades. En la Biblia, vemos cómo los personajes bíblicos a menudo experimentaron el fracaso, pero Dios los usó para cumplir su propósito y llevar a cabo su voluntad.

Por otro lado, el éxito también puede ser visto como una bendición de Dios, pero no debemos confiar en él como nuestra fuente de felicidad y satisfacción. En lugar de enfocarnos en el éxito o el fracaso en sí mismos, debemos buscar el proceso de Dios en nuestras vidas y confiar en su plan para nosotros, que en simples palabras su plan es caminar con Él.

La iglesia puede organizar y participar en proyectos de servicio comunitario, como la limpieza de calles, la distribución de alimentos y ropa para los necesitados, y el voluntariado en hospitales y hogares de ancianos.
La iglesia puede proporcionar asistencia financiera y apoyo emocional a los necesitados en su comunidad, incluyendo personas sin hogar, refugiados, y víctimas de desastres naturales o de violencia.
La iglesia puede fomentar el emprendimiento social al alentar a los miembros a iniciar proyectos que aborden problemas sociales en su comunidad. Esto podría incluir iniciativas que brinden empleo a personas marginadas, mejoren la educación en áreas desfavorecidas o promuevan la sostenibilidad ambiental.
La iglesia puede abogar por la justicia y económica en su comunidad y en todo el mundo. Esto podría incluir la promoción de políticas públicas justas, la defensa de débiles y la lucha contra la discriminación.
La iglesia puede involucrarse en su rol social, emprendimiento y justicia a través de actividades y prácticas que fomenten el bienestar de su comunidad y promuevan valores de justicia.

En compañía de Pedro Barahona, un reconocido músico (baterista) en el ámbito local e internacional, conversaremos de las implicancias generales que es vivir y participar en el rubro de la música, las prioridades del cristiano, la misión y cómo compartir el evangelio a aquellos que no conocen los principios cristianos.