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Podcast 59 – Los miedos Podcast sobre Biografia Humana

    • Wissenschaft

Los miedos son comunes en la infancia desde terrores nocturnos, pesadillas, miedo a ir al colegio, de quedarse solo y nos acompañan en nuestro desarrollo. Algunos miedos se transforman en fobias en los adultos, son más crónicos y no son nada más que miedos desplazados. La mayoría de las cosas que hacemos son por miedo, el miedo nos paraliza. También puede ocurrir que el miedo lo mandemos a la sombra, entonces no desaparece, parecemos seguros, de manera falsa y parece que nos atrevemos a todo, pero no desaparece. Podemos actuar sin miedo, pero aparecerá durante la noche a través de las pesadillas y el sonambulismo En los bebés y los niños los miedos tienen una función fisiológica. Por ejemplo, el reflejo del moro en recién nacidos o respuesta de sobresalto, es normal y deseamos que esté presente porque nos muestra que el bebé tiene un desarrollo normal y empieza con el miedo a caerse. Entonces tiene esa reacción sana de aferrarse a alguien que es un instinto de supervivencia que nos hace reaccionar. Los niños tienen siempre presente el miedo al extraño tanto en el cuarto mes, como en el octavo y también al año, es cuando van cogidos a la falda de mamá. Lo vemos cuando van a un cumpleaños algunos tienen miedo y tardan un tiempo a adaptarse. También si alguien los coge en brazos y no lo conocen, lloran, esto es el desarrollo normal. Son miedos sanos y los papás pueden acompañarlos de una forma normal. Lo mismo con el miedo a la muerte a partir de los 6 años, las pesadillas, los terrores nocturnos, todo eso es la señal de que lo que vivo diurnamente en mi vida diaria y tiene más o menos tensión y hace que ese estrés que siento como niño lo voy asimilando y elaborando por la noche. No se puede evitar que un niño tenga pesadillas, es sano lo que hay que hacer es acompañarlo. Y es importante lo que nombramos los padres, como lo acompañamos, si lo descalificamos diciendo que “eso no existe o eres un miedoso”, o si realmente podemos tomarlo como algo real que siente el niño en ese momento. Pero tampoco significa que va a transformarse en un fóbico. Hay una cronología de los miedos que está estudiada, se sabe cuales son los miedos normales a los que hay que acompañar y los que no lo son tanto. De los 0 a los 2 años los miedos a los ruidos fuertes, los bebés se asustan ante el ruido. También cuando van a caerse y pierden el apoyo. El ruido excesivo los asusta. También el separarse de mamá o de las personas conocidas, tienen miedo a los extraños y miedo a los animales. De 3 a 5 años miedo a separarse de sus padres, suele coincidir con la época de llevarlos a la guardería y las que funcionan bien piden que se quede una persona de referencia para acompañarlos. Miedo oscuridad, a los seres sobrenaturales. Al “coco” al hombre del saco. De los 6 a los 12 años temen a la muerte, a la separación de las personas conocidas y a las enfermedades y al daño físico. De los 13 a los 18 cuando somos adolescente miedo a no ser queridos por los otros, a no ser aceptados, al fracaso. Visto behachísticamente las sensaciones no son buenas ni malas. El miedo tampoco es bueno ni malo, el miedo es. Hay un miedo en las etapas de la vida que son completamente naturales y de supervivencia, y luego otros más patológicos que quedan enquistados y no nos permiten vivir. A los consultantes les explicamos lo de la noche y las necesidades básicas del bebé Genéticamente somos iguales que los niños y bebés del Cromañón, tenían el mismo miedo en su cueva que un niño hoy en día. En nuestra memoria genética hay un miedo a los depredadores, realmente si no tenemos un adulto cerca que nos esté tutelando, la sensación es que nos va a comer cualquier bicho. Eso es así. Entonces la vivencia del niño, no es que estoy entre algodones, en una habitación pintadita de azul, con nubes, a tres metros del cuarto de mi madre, es que estoy solo completamente, en la selva y cualquier bicho va a venir y me va a

Los miedos son comunes en la infancia desde terrores nocturnos, pesadillas, miedo a ir al colegio, de quedarse solo y nos acompañan en nuestro desarrollo. Algunos miedos se transforman en fobias en los adultos, son más crónicos y no son nada más que miedos desplazados. La mayoría de las cosas que hacemos son por miedo, el miedo nos paraliza. También puede ocurrir que el miedo lo mandemos a la sombra, entonces no desaparece, parecemos seguros, de manera falsa y parece que nos atrevemos a todo, pero no desaparece. Podemos actuar sin miedo, pero aparecerá durante la noche a través de las pesadillas y el sonambulismo En los bebés y los niños los miedos tienen una función fisiológica. Por ejemplo, el reflejo del moro en recién nacidos o respuesta de sobresalto, es normal y deseamos que esté presente porque nos muestra que el bebé tiene un desarrollo normal y empieza con el miedo a caerse. Entonces tiene esa reacción sana de aferrarse a alguien que es un instinto de supervivencia que nos hace reaccionar. Los niños tienen siempre presente el miedo al extraño tanto en el cuarto mes, como en el octavo y también al año, es cuando van cogidos a la falda de mamá. Lo vemos cuando van a un cumpleaños algunos tienen miedo y tardan un tiempo a adaptarse. También si alguien los coge en brazos y no lo conocen, lloran, esto es el desarrollo normal. Son miedos sanos y los papás pueden acompañarlos de una forma normal. Lo mismo con el miedo a la muerte a partir de los 6 años, las pesadillas, los terrores nocturnos, todo eso es la señal de que lo que vivo diurnamente en mi vida diaria y tiene más o menos tensión y hace que ese estrés que siento como niño lo voy asimilando y elaborando por la noche. No se puede evitar que un niño tenga pesadillas, es sano lo que hay que hacer es acompañarlo. Y es importante lo que nombramos los padres, como lo acompañamos, si lo descalificamos diciendo que “eso no existe o eres un miedoso”, o si realmente podemos tomarlo como algo real que siente el niño en ese momento. Pero tampoco significa que va a transformarse en un fóbico. Hay una cronología de los miedos que está estudiada, se sabe cuales son los miedos normales a los que hay que acompañar y los que no lo son tanto. De los 0 a los 2 años los miedos a los ruidos fuertes, los bebés se asustan ante el ruido. También cuando van a caerse y pierden el apoyo. El ruido excesivo los asusta. También el separarse de mamá o de las personas conocidas, tienen miedo a los extraños y miedo a los animales. De 3 a 5 años miedo a separarse de sus padres, suele coincidir con la época de llevarlos a la guardería y las que funcionan bien piden que se quede una persona de referencia para acompañarlos. Miedo oscuridad, a los seres sobrenaturales. Al “coco” al hombre del saco. De los 6 a los 12 años temen a la muerte, a la separación de las personas conocidas y a las enfermedades y al daño físico. De los 13 a los 18 cuando somos adolescente miedo a no ser queridos por los otros, a no ser aceptados, al fracaso. Visto behachísticamente las sensaciones no son buenas ni malas. El miedo tampoco es bueno ni malo, el miedo es. Hay un miedo en las etapas de la vida que son completamente naturales y de supervivencia, y luego otros más patológicos que quedan enquistados y no nos permiten vivir. A los consultantes les explicamos lo de la noche y las necesidades básicas del bebé Genéticamente somos iguales que los niños y bebés del Cromañón, tenían el mismo miedo en su cueva que un niño hoy en día. En nuestra memoria genética hay un miedo a los depredadores, realmente si no tenemos un adulto cerca que nos esté tutelando, la sensación es que nos va a comer cualquier bicho. Eso es así. Entonces la vivencia del niño, no es que estoy entre algodones, en una habitación pintadita de azul, con nubes, a tres metros del cuarto de mi madre, es que estoy solo completamente, en la selva y cualquier bicho va a venir y me va a

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