El Estudio del Pentateuco Vive la Experiencia

En tu corazón hay un deseo, una necesidad que por mucho tiempo lo has puesto en las manos de Dios, pasan los días, las semanas, los años, y no se ven señales ni la manera de que esa petición que por tanto tiempo has anhelado, se haga una realidad, tal vez tu fe y confianza han decaído y has llegado a dudar del cuidado de Dios para ti. 3. En el episodio de hoy, Dios hace algo extraordinario, algo contundente para que a Abram no le quepa duda de que sus promesas son ciertas y verdaderas, si Dios lo prometió, es porque así lo hará, si lo hizo con Abram, también lo hará contigo, el día de hoy te quiere dar la seguridad de que Él es confiable y que es seguro esperar el cumplimiento de sus promesas.

Una de las características de grandeza, según los parámetros de este mundo, es la posesión de bienes materiales, y aunque aparentemente no es nuestro objetivo en la vida, llenarnos de riquezas, lo que sí es una realidad, es la necesidad del sustento diario, hay una línea muy delgada entre suplir nuestras necesidades y caer en la ambición y la avaricia.

Es cierto que, ante la necesidad de pagar una deuda, la colegiatura de los hijos, la hipoteca de la casa o la mensualidad del carro, la impotencia, y la desesperación se asoman a nuestra vida, y sabes que en el corazón pueden aparecer también la amargura y la envidia, no te sientas culpable por haberte sentido de esta manera en algún momento, lo más importante es que lo puedas reconocer, para que se lo entregues a el único que puede sanar tu ansiedad y tu corazón herido.

Se dice que el verdadero carácter se muestra, tanto en las crisis, como en la prosperidad. Las palabras y las acciones por más insignificantes que éstas sean, demuestran a todas luces, la esencia de la persona. Pero lo más sorprendente es que Dios se manifiesta en los momentos de crisis, quizás es difícil reconocerlo, porque la mente se ciega ante el dolor, la ansiedad y la preocupación, sin embargo lo cierto, es que Dios siempre está allí. 

Abram, que venía de un fracaso espiritual al tratar de salvarse por su propia astucia, en este episodio nos muestra una faceta de su carácter, cargado de nobleza, humildad y dependencia total de Dios, en otras palabras, es la esperanza de saber, que a pesar de los errores, mientras haya vida, el amor, la consideración y la compasión de Dios por cada una de nosotras, estará presente, más allá de nuestra falta de fe, más allá de nuestros errores, siempre se puede escribir un capítulo nuevo en nuestra historia, si estamos dispuestas a ver más allá de lo que nuestros ojos y nuestras creencias pueden ver. Recuerda, Dios sobre pasa tus creencias limitantes y tus errores del pasado.

La vida nos ha obligado a muchas de nosotras, a salir adelante, a no esperar que las cosas se resuelvan por sí solas, y entonces tomamos el control y resolvemos. Estamos tan acostumbradas a ello, que Dios no figura como amigo y consejero, tenemos todo bajo control, pero es una forma de vivir solitaria y agotadora. Dios había hecho un pacto con Abram, pero éste falló, y a pesar de que Abram faltó al idear un plan por su propia cuenta, Dios no se desentendió de su compromiso. 

De una manera prodigiosa se manifestó para salvar a Sarai y preservar el matrimonio de Abram, ¡qué fidelidad! y que muestra de amor y de cuidado. Cuando no sepas que hacer y te sientas tentada a tomar las cosas bajo tu control, recuerda que Dios es fiel y siempre está dispuesto a amarte y protegerte, aunque te equivoques.

La inteligencia emocional nos dice que una persona que no está en control de sus emociones, es propensa a problemas de concentración, la consecuencia de esto es que la persona no puede tomar decisiones objetivamente. Hay momentos en la vida, que es tan pesada la carga, que nos impide tomar decisiones favorables.  No había visto la historia de Abram, desde la perspectiva que salió sin saber a donde iba, y cuando llegó al lugar asignado, no fue un vergel, listo para ser habitado, sin embargo, a pesar de las circunstancias en contra, de toda la carga emocional y mental que esto implicaba. Avanzó por fe, guiado por un Dios que siempre pide algo de nosotros, pero que lo acompaña de una promesa y de una bendición, ¿estás tú dispuesta a hacer lo mismo?

Hay momentos en la vida donde no sabes que rumbo tomar, es esa encrucijada desafiante, donde el único pensamiento que tienes es que es de vida o muerte la decisión a tomar. La confusión es producto de la incertidumbre, la duda de saber si es Dios que te está guiando por ese camino, o es tu propia intuición o deseos. Lo admirable de Abram fue su obediencia explícita a la orden de Dios, aún sin saber todos los detalles de la empresa que se le encomendaba, él actuó por fe. En tu caso y en el mío, ¿será posible, que antes de obedecer, tenemos que tener la seguridad de lo que va a pasar? Te invito a que escuches el episodio de hoy, con la promesa que Dios te hace: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ti, planes de bien y no de mal”.