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Romanos 5:12-21 Adán y Cristo, pecado y gracia Teología callejera

    • Christianity

En el día de hoy comenzaremos a ver la comparación paulina entre Adán y Cristo, y de cómo una decisión de Adán, que fue injusta y pecaminosa, termina arrojando al mundo entero bajo maldición, a sufrir para siempre el reinado tiránico de la muerte, por causa del pecado de uno —que infecta a todos sus descendientes, convirtiéndolos también en míseros pecadores condenados a padecer el fruto de la corrupción del corazón y la muerte espiritual manifestada continuamente en el recordatorio de la muerte corporal—, eso se nos presenta de este lado de la balanza (Adán, por medio de una acción pecaminosa, libera un veneno mortal que infectará a la humanidad para siempre, sin aparente remedio); mientras que, del otro lado de la balanza se nos presenta a Jesús —más valioso y precioso que toda la creación junta— resolviendo todo este dilema, por medio de un acto de justicia, en favor de toda la humanidad, y se presenta a Jesús como el único capaz de revertir la maldición de Adán, por medio de su muerte, a través de la fe.
Generación tras generación de pecado y maldición son aniquiladas por medio de la muerte sacrificial de uno. Resolviendo así la problemática global y eterna causada por unamala decisión de uno de nosotros.
Aquí apreciamos lo que el escritor también esboza en su primera carta a los corintios, cuando declara que “la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres” (1 Corintios 1:25 LBLA). 
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En el día de hoy comenzaremos a ver la comparación paulina entre Adán y Cristo, y de cómo una decisión de Adán, que fue injusta y pecaminosa, termina arrojando al mundo entero bajo maldición, a sufrir para siempre el reinado tiránico de la muerte, por causa del pecado de uno —que infecta a todos sus descendientes, convirtiéndolos también en míseros pecadores condenados a padecer el fruto de la corrupción del corazón y la muerte espiritual manifestada continuamente en el recordatorio de la muerte corporal—, eso se nos presenta de este lado de la balanza (Adán, por medio de una acción pecaminosa, libera un veneno mortal que infectará a la humanidad para siempre, sin aparente remedio); mientras que, del otro lado de la balanza se nos presenta a Jesús —más valioso y precioso que toda la creación junta— resolviendo todo este dilema, por medio de un acto de justicia, en favor de toda la humanidad, y se presenta a Jesús como el único capaz de revertir la maldición de Adán, por medio de su muerte, a través de la fe.
Generación tras generación de pecado y maldición son aniquiladas por medio de la muerte sacrificial de uno. Resolviendo así la problemática global y eterna causada por unamala decisión de uno de nosotros.
Aquí apreciamos lo que el escritor también esboza en su primera carta a los corintios, cuando declara que “la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres” (1 Corintios 1:25 LBLA). 
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